La historia de un tapón de plástico... el reciclaje solidario a 200 euros la tonelada

Plástico
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Mari Luz y su marido recogen con su furgoneta cada semana miles de tapones de plástico de contenedores, particulares, comercios, empresas o asociaciones repartidos por todo Asturias y lo llevan a una planta de triturado de Pravia, donde Jorge, el dueño de talleres Fernández, lo tritura, lava... Y lo vende para que el material vuelva otra vez al ciclo productivo. Una de las hijas de Mari Luz, Raquel, nació con una enfermedad rara, el Síndrome de Phelan-McDermid o deleción del cromosoma 22q13. "Es incurable, pero hay terapias para mitigar los efectos de la enfermedad y que quienes la padecen tengan mejor calidad de vida", explica Mariluz, que vive junto a su familia en el pequeño concejo de Candamo.

Cuando se vio ante esta situación, "con mi marido mileurista, una hija dependiente total... Hubo que buscar ingresos para paliar la situación y una persona que antes los recogía me habló del tema de los tapones de plástico. Empezamos con el coche y un pequeño remolque, luego con una furgoneta...", explica Mariluz. Esta asturiana calcula que anualmente entregan a la planta de reciclaje unas 25 toneladas de tapones de plástico, que le pagan a 200 euros la tonelada. "Cumplimos un a triple función: ayudamos al medio ambiente, a reciclar, a mi hija Raquel y a la investigación porque cada año, donamos el dinero sobrante del reciclaje de tapones para la investigación del Síndrome de Phelan-McDermid", cuenta orgullosa Mariluz.

"La recogida de tapones de plástico se ha convertido en un reciclaje social, comprometido con el medio ambiente y solidario. Todo empezó hace ya muchos años cuando alguien, creo que en Valencia, comenzó a recoger tapones para sufragar el tratamiento a una niña. Entonces se pagaba más por los tapones, hasta  1.400 euros la tonelada, pero ahora ya no es lo que era, las plantas de reciclaje", hay bastantes diseminadas por toda España, "lo pagan alrededor de 200 euros la tonelada y luego revenden el material, triturado, lavado y fundido, a unos 400 euros", cuenta Fernando, gerente de CML Celtibérica de Minipuntos Limpios, empresa, también asturiana, que ofrece un servicio integral de reciclaje.

La empresa se encarga de la fabricación, instalación y mantenimiento de los Minipuntos Limpios: limpieza, recogida, clasificación y transporte de los residuos hasta el punto limpio o gestores finales, seguro de responsabilidad civil y medioambiental, hojas de seguimiento de los residuos e informe anual de los mismos.

La producción de plástico está en constante crecimiento por lo que se calcula que para el 2020 se sobrepasarán las 500 millones de toneladas mundiales de plástico producidas por año. "Este dato nos obliga a las empresas de fabricación de maquinaria para reciclaje a redoblar nuestros esfuerzos por proveer de la maquinaria necesaria para esta indispensable labor a las plantas de reciclaje", ya que sólo se está reciclando un 10% del plástico producido, explican en Mayper, compañía valenciana que comenzó como una empresa de venta de molinos trituradores que con el tiempo evolucionó para ofrecer los servicios de diseño, fabricación e instalación de sistemas de reciclaje de residuos y trabaja con compañías de reciclaje de todo el mundo.

Reciclar tapones de plástico ayuda a cuidar el medioambiente a la vez que permite generar ingresos para las empresas del sector. ¿Pero qué tienen de especial los tapones de plástico con respecto a otros tipos de plástico? El valor de un tapón de plástico varía por diversas razones pero la principal es la del material con el que están fabricados: polietileno de alta densidad. El polietileno de alta densidad es un plástico de gran  calidad y de muchísima demanda en el mercado, ya que es limpio y ocupa poco espacio, algo de mucho beneficio a la hora de su respectiva recolección, tratamiento y reciclaje en las plantas.

No obstante son muchísimos los tapones de botellas que van a parar a los vertederos ya que aún no se tiene plena capacidad de recuperación en las plantas de recolección de basura. Las plantas de reciclaje tienen en sus procesos las funciones de lavar estos tapones de botellas, clasificarlos según del tipo de material para luego fundirlo y vender el producto obtenido para volver a introducirlo en la cadena de producción de plástico.

Hasta hace unos años, los tapones no se aprovechaban en absoluto. Antes de que las asociaciones empezaran a recogerlos, iban al vertedero debido a que los geoparques no tenían capacidad técnica suficiente para recuperar ese material tan pequeño. Cada tonelada de tapones, se calcula que en una tonelada se contienen unos 500.000 tapones, se paga sobre unos 200 euros de media. Tras el correspondiente tratamiento, el precio de la granza, el material resultante, asciende a 400 euros por tonelada. A partir de ahí, con esta granza se pueden volver a fabricar botellas de detergente y de leche, envases de comida, cajas de almacenaje, juguetes, cubos, tiestos, muebles de jardín, cajas de fruta...

En la mayoría de las ocasiones, asociamos el reciclaje de tapones exclusivamente a los típicos de las botellas de plástico, pero existe una amplia gama de tapones de este material que descartamos y que los enviamos directamente al contenedor amarillo de plástico, o lo que es peor, al contenedor orgánico. Hablamos de tapones de botellines de agua, refrescos, boquillas de productos de limpieza que se pulverizan, tapas de alimentos envasados, eso sí con la pegatina retirada, tapones de tubos de pasta de dientes, de desodorantes 'rollon', tapas de cajas de toallitas húmedas, tapones de bolígrafos y rotuladores, de pegamento de barra, capuchas de cepillos de dientes... Es la historia de un tapón de plástico. eso sí, los expertos no se ponen de acuerdo todavía si es mejor reciclar los tapones enroscados a la botella o sueltos. Hay opiniones para todos los gustos. Eso sí, todos coinciden en que hay que reciclarlos. Si no, los océanos se convertirán en mares... de plástico.

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