Huelga desnuda la difícil situación de la aerolínea uruguaya Pluna

Montevideo, 4 jul.- El paro de dos días que iniciaron hoy los trabajadores de la aerolínea uruguaya Pluna desnudó las graves dificultades que tiene la compañía para encontrar un nuevo inversor, sin contar con el daño económico que la huelga está causando a la compañía.

Esta medida de los trabajadores, que fue recibida con sorpresa por la directiva de Pluna, según denunció ante la prensa uruguaya su presidente, Fernando Passadore, se está saldando de momento con miles de viajeros afectados directamente en sus vuelos y con pérdidas económicas superiores al millón de dólares.

Además, el paro parece haber afectado directamente a las negociaciones para encontrar un socio capitalista que se haga cargo del paquete del 75 % de las acciones en venta de la compañía y que en un principio parecía que iban a quedar en manos del empresario argentino Juan Carlos López Mena, dueño de la naviera Buquebús y de al aerolínea BQB.

Sin embargo, el diario El País de Montevideo denunció que los contactos entre el Gobierno uruguayo y el empresario se habrían "frenado" a consecuencia del paro y por el miedo a la situación que tendría que enfrentar con los trabajadores si al final se hiciera cargo de la aerolínea.

Los sindicatos de la empresa convocaron la huelga, que comenzó a las 21.30 hora local (00.30 GMT) del martes y está previsto que se extienda hasta las 18.00 hora local (21.00 GMT) del jueves, para exigir que se aclaren los planes de futuro para Pluna y exigir que se garanticen los 900 puestos de trabajo en la empresa.

El sindicato reaccionó así después de que se difundiera que López Mena estaría interesado en comprar las acciones de la aerolínea pero con la idea de deshacerse de varios aviones y despedir a unos 200 trabajadores para poder hacerla viable.

El portavoz del sindicato de Pluna, Nicolás de los Santos, lamentó en declaraciones a Efe que desde el Gobierno y la dirección de Pluna se esté responsabilizando a los trabajadores de los problemas de la empresa, cuando ellos son los que condujeron la situación hasta este punto.

"Si hubo irresponsables fueron los ministros y la dirección, que no nos llamó para reunirnos antes de que realizáramos nuestra asamblea. Y eso lo hicieron porque no querían avisarnos y aclarar lo que pretendían hacer con Pluna", indicó el sindicalista.

De los Santos indicó que para los trabajadores está claro que se pretende el ingreso de López Mena en la empresa y subrayó que a ellos no les importa quién sea el nuevo socio, sino los "términos" en los que entrará.

"Está el peligro de que sea para perder puestos de trabajo y achicar la empresa, que es lo que se propuso. Nos da la impresión de que no se está pensando en tener una empresa productiva para el país", dijo.

En atención al paro, Pluna decidió cancelar todos sus vuelos hasta las 12.00 hora local (15.00 GMT) del viernes para evitar "mayores molestias".

Lo anterior supuso la anulación de unos cien vuelos desde Montevideo hacia Asunción, Buenos Aires, Córdoba, Curitiba, Porto Alegre, Río de Janeiro, San Pablo y Santiago de Chile; afectó a unos 8.000 pasajeros y representa una pérdida para la compañía de 1,2 millones de dólares aproximadamente.

Casi todos los viajeros volaron hoy a sus destinos en otras compañías, reprogramaron sus viajes o fueron compensados por la empresa, según señaló el sindicato a Efe.

Por su parte, el presidente de Pluna calificó que el problema de esta huelga, "más allá" de los costes financieros, es el daño a la imagen de la empresa y "las dificultades que se generan a los pasajeros".

Así, dado "el momento" que vive Pluna, esta situación "no ayuda", agregó el funcionario, en declaraciones a medios locales.

El pasado 15 de junio el Gobierno uruguayo anunció un acuerdo con el grupo argentino Leadgate para una "salida ordenada" de Pluna, de la cual tenía la mayoría de las acciones, y anunció que buscaría un nuevo socio.

Hasta entonces Pluna estaba participada en un 75 % por la Sociedad Aeronáutica Oriental (SAO), que a su vez es propiedad de Leadgate, que tiene dos tercios del capital, y la aerolínea canadiense Jazz, que posee un tercio, mientras que el Estado es el dueño del restante 25 % de las acciones.

La aerolínea fue intervenida después de que la empresa estatal de combustibles Ancap amenazara con cortarle el suministro debido al no pago de una cuota de la refinanciación de una deuda de 18,5 millones de dólares.