Habrá que cambiar el 'chip' del empleo para aprovechar la mejora económica

Medio millón de afiliados más a la Seguridad Social en medio año. Concretamente, 511.000 altas sumadas desde enero a junio del presente ejercicio. Éste es uno de los datos más importantes de los que hemos conocido hoy sobre paro y empleo durante el pasado mes de junio. Porque en este indicador no influye el efecto desánimo. Es decir, los parados que ya no se registran en las oficinas públicas de empleo y por tanto no constan como desocupados, bien por frustración o porque ya no perciben ningún tipo de prestación. Tampoco influye en el sentido del dato la emigración de españoles a otros países.

Suelen coincidir los expertos en que la evolución del número de afiliados a la Seguridad Social es mejor reflejo del comportamiento del mercado de trabajo que el dato del paro registrado, afecta por los fenómenos mencionados y algunos otros.

El número de afiliados a la Seguridad ha subido en junio por quinto mes consecutivo y además suma también cinco meses de incrementos interanuales, es decir, en comparación a los mismos meses del año anterior. En febrero se inició esta senda positiva después de perder cotizantes de forma interanual desde el año 2008.

Desde junio de 2013, el sistema ha ganado en junio 291.130 cotizantes (+1,78%) después de haber caído durante los seis años anteriores.En términos desestacionalizados, sin tener en cuenta el efecto del calendario en el comportamiento del mercado laboral, el número de altas en la Seguridad Social aumenta ya por décimo mes consecutivo.Futuro próximo

Hasta agosto no habrá problemas para continuar con la reducción del paro y el aumento del empleo por la influencia del turismo estival en la economía española. La prueba de la verdad será a partir de septiembre. Pero el mercado laboral está superando las expectativas y cálculos previos de los economistas y expertos, y cada vez son más los que piensan que en esa segunda mitad del año los datos pueden seguir siendo positivos a diferencia de ejercicios precedentes.

En la jornada de desempleo juvenil organizada por la escuela de negocios IESE, que ha contado con la secretaria de Estado, Engracia Hidalgo; el presidente de la CEOE, Juan Rosell; y un buen número de presidentes de empresas y directivos, además de profesores y economistas, se han realizado algunos augurios optimistas. El dirigente de la patronal ha destacado que hace tan sólo medio año era impensable que ahora se estuvieran conociendo los datos que estamos conociendo. Por mejores de lo esperado. Y ha añadido que algunos indicadores como el de consumo interno, creciendo al 3%, están comportándose de forma sorprendentemente positivos.

Otros directivos de empresas y economistas comentaban en los corrillos que la recuperación va a ser más rápida de lo esperada y que el año 2015 será bueno, el año definitivo para una fuerte creación de empleo por el regreso del crédito bancario a nuestra economía.Cara y cruz

No obstante, a medida que te alejas de los datos y te acercas a la calle, en España, un país con más del 90% del tejido empresarial formado por pymes, más pequeñas y muy pequeñas que medianas, parecen convivir aún dos realidades. Es cierto que poco a poco las buenas perspectivas macro se van trasladando a lo micro. Pero aún muy lenta y prudentemente.

Sigue habiendo graves problemas de liquidez en las pymes, en los cobros, siguen despidiéndose empleados en no pocas empresas grandes, medianas y pequeñas, y continúa habiendo una gran prudencia en las alegrías en el gasto y la inversión, y por tanto en la contratación de personal.

Algo que creo que continuará durante un tiempo. Porque, al igual que los ciudadanos, las empresas han aprendido la lección de las vacas flacas tras los tiempos de vino y rosas. Se ha ganado en productividad y se ha reducido el absentismo. Se ha aprendido a hacer más con menos.Los 'gigs'

Y tras el trasfondo de la crisis, hay una tendencia creciente y generalizada a escala mundial hacia la reducción de las estructuras y los costes fijos, en favor de externalizar o subcontratar tareas y convertir esos costes en variables. A la larga, las grandes empresas cada vez crean menos empleo, cada día precisan menos profesionales porque ganan en productividad y eficiencia gracias a la tecnología y los procesos.

Por tanto, las grandes protagonistas son las pymes, los pequeños empresarios, los autónomos, los emprendedores, con proyecto empresarial o individuales. Ahí se generarán estoy seguro grandes oportunidades para prestar esos servicios que se externalizan de forma creciente. Y, para aprovecharlas, los profesionales españoles, sin una gran tradición emprendedora hasta hace bien poco, deben estar preparados mentalmente y abiertos al reciclaje constante y la formación continua.

Buena parte del futuro es de los que han sido bautizados en el mundo anglosajón como gigs, profesionales freelance, contratados por proyectos o a tiempo parcial, que combinan varias dedicaciones para sumar lo que sería un empleo en el sentido tradicional. Los sindicatos en España lo llaman precarización del trabajo, pero es un cambio internacional en la concepción del empleo y las relaciones laborales que se irá imponiendo poco a poco. Los buenos profesionales tendrán donde elegir. Cuanto antes se asuma, mejor preparado se estará.