Nueva etapa en la organización 

El Ibex arropa a Garamendi y aboga por la estabilidad en la patronal hasta 2026

El presidente de la CEOE revalida su cargo con un amplio respaldo de los empresarios. Los primeros espadas de Telefónica, Endesa o Sabadell hacen hueco en su agenda para acudir a votar a las elecciones.

Garamendi
El Ibex arropa a Garamendi y aboga por la estabilidad en la patronal hasta 2026
Agencia EFE

Madrid amanecía nublada este miércoles. Una suerte de sirimiri vasco caía sobre la capital a primera hora de lo que se anunciaba como un día gris. A las 10 arrancaba la asamblea decisiva para Antonio Garamendi y empezaba el goteo de llamados a votar en el Auditorio Nacional de Música, entre ellos, algunos de los primeros espadas del Ibex, que hicieron un hueco en sus apretadas agendas para acudir a depositar su voto y arropar al empresario vasco. La calma tensa fue evolucionando con las horas hacia un nerviosismo patente y generalizado que explosionó al filo de las 14:30 horas. El de Getxo revalidaba su mandato y las nubes abrían paso a un sol cegador que irrumpía por las puertas del imponente edificio que dan a la Plaza Andrés Segovia.

Pero el sol se hizo de rogar en una jornada, cuando menos, convulsa. Garamendi desayunaba con titulares sobre un supuesto veto a la candidata Virginia Guinda, vicepresidenta de Foment del Treball, que le acusaba sin tapujos de no permitirle dirigirse a la asamblea y de intentar "controlar el voto" reduciendo las urnas a dos. En las horas previas en la CEOE se llegaba a temer, incluso, algún "movimiento extraño" por parte de la empresaria catalana, en referencia a posibles "impugnaciones" que, finalmente, no se dieron. Fuentes cercanas al presidente comentaban la polémica en los pasillos y tachaban de "juego sucio" las acusaciones de Guinda, asegurando que el proceso electoral contaría "de principio a fin con todas las garantías".

La polémica ensució inevitablemente la jornada, pero Garamendi se mantuvo al margen. El líder de la organización empresarial estuvo concentrado en su objetivo: revalidar el cargo con los máximos apoyos. Y se mantuvo confiado. Pronto recibió un importante espaldarazo. Al poco de abrirse las urnas acudía a depositar su papeleta el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, y se situaba "visiblemente cerca" de Garamendi para "arroparle", según interpretan varios de los presentes en la asamblea electoral. También buscaron un hueco para acudir al Auditorio José Bogas, consejero delegado de Endesa, o el presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu

La presencia de los líderes de algunas de las empresas más importantes del país fue interpretada como un "claro respaldo" y un "apoyo explícito" a Garamendi. Hay que recordar que en las elecciones de la CEOE no votan las empresas, sino los vocales de las patronales, de ahí que a ojos de los presentes y del propio equipo de Garamendi cobrara especial relevancia la aparición de representantes del Ibex al más alto nivel. Es cierto que Garamendi ha contado tradicionalmente con el apoyo de pesos pesados del Ibex como Telefónica, Banco Santander o Iberdrola, pero habitualmente las grandes cotizadas suelen optar por la neutralidad en este tipo de procesos. "Se ha demostrado que tiene más apoyos discretos en los sectores bancario y energético y eso es clave", afirma una fuente con mando en plaza en la CEOE.

En efecto, el respaldo de las energéticas y las entidades bancarias no es baladí. En un momento en el que el Gobierno va a poner en marcha sendos impuestos para penalizar los beneficios extraordinarios que están obteniendo como consecuencia de la crisis, para las empresas de ambos sectores resulta vital que la CEOE defienda sus intereses en la interacción con el Ejecutivo y así se lo han demandado a Garamendi, que les ha tendido la mano en esta batalla. Durante su discurso ante la asamblea tras resultar reelegido presidente lo dejó claro al criticar de manera contundente las nuevas figuras impositivas: "Los impuestos a la carta generan inseguridad jurídica e inestabilidad regulatoria", advirtió.

"Los impuestos a la carta generan inseguridad jurídica e inestabilidad regulatoria"

Garamendi es consciente de que en esta nueva etapa, más que nunca, está llamado a defender los intereses de las empresas a las que representa. No en vano, en los últimos tiempos ha sido muy criticado dentro de la casa por apoyar al Gobierno en algunas de las reformas que más afectan a los empresarios, como la del mercado laboral. Precisamente, su apoyo a esta última desató las críticas de algunas grandes patronales, entre ellas Foment, que empezó a promover de manera silenciosa una candidatura alternativa. La 'Operación desbancar a Garamendi' se fraguó a finales del año pasado y ha culminado con el paso al frente de Guinda. Y aunque no ha prosperado, lo cierto es que la empresaria catalana ha conseguido aunar un 13% de apoyos que el presidente debe leer ahora como 'voto de castigo' para "no volver a cometer errores del pasado", avisan desde el flanco díscolo.

El apoyo del Ibex 35 es clave porque en sectores de peso de la organización empresarial se interpreta también como una apuesta por la estabilidad. "A los empresarios de la gran empresa no les interesa en absoluto una patronal politizada ni en guerra, sino que abogan más bien por un ambiente continuista, sin aventuras ni politiqueos", explica una fuente de la CEOE con contactos en el Ibex. La sensación generalizada es de llamada a la estabilidad en un momento económico complejo en el que van a tener que desplegar la estrategia del "control de daños", en el sentido de mitigar el impacto y atenuar algunas de las reformas que vienen, como la subida de las cotizaciones sociales para sostener el sistema de las pensiones o las nuevas figuras impositivas que afectarán de manera importante a algunos sectores.

Este miércoles salió el sol para Garamendi, que logró aglutinar más del 80% de los votos de la Asamblea Electoral. Pero en los próximos tiempos vendrán nubarrones que le obligarán, de alguna manera, a endurecer su discurso con el Gobierno, tal y como le han venido reclamando las organizaciones territoriales y sectoriales críticas. Queda por despejar la incógnita de si el reelegido presidente optará por una gestión conciliadora e integradora o por pasar cuentas al flanco opositor. Pero fuentes de la cúpula de la organización insisten en que "si Garamendi quiere optar a un mandato tranquilo y sin contestación interna tendrá que adoptar una posición más firme con el Gobierno y los sindicatos". Tiene cuatro años por delante.

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