¿Qué es y cómo se calcula el Impuesto de Sucesiones y Donaciones?

  • El Impuesto de Sucesiones ha sido motivo de controversia debido a las grandes diferencias que existen entre las comunidades autónomas.
Sello de notaria
Sello de notaria
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El impuesto de sucesiones y donaciones fue revisado e implantado en España en 1987 por el gobierno socialista de Felipe González, transfiriéndose con el de José Luis Rodriguez Zapatero su gestión a las autonomías dentro del marco de financiación autonómica.

España recauda en torno al 0,2% del PIB a través de esta figura tributaria, un porcentaje similar al que registran otros países de la Unión Europea como Alemania, Dinamarca, Reino Unido, Luxemburgo, Finlandia o Malta. Sin embargo, un total de 15 países no recaudan nada a través de este tipo de gravámenes, mientras que en otros la cifra es testimonial. En Grecia o Irlanda solo recaudan un 0,1% por el impuesto de sucesiones y en Italia, Portugal, Austria y Suecia no recaudan nada a través de esta figura fiscal.

¿Qué es el impuesto de Sucesiones y Donaciones?

El Impuesto de Sucesiones es un tributo que grava la transmisión de bienes y/o derechos entre personas físicas y suele ser centro de polémica debido a las grandes diferencias entre comunidades autónomas.

Esto sucede porque la gestión, recaudación y comprobación del Impuesto de Sucesiones son competencias que están cedidas a las comunidades autónomas. Además, estas pueden regular aspectos normativos como las reducciones en la base imponible o los tipos aplicados, lo que supone que recibir una herencia tiene unas consecuencias económicas diferentes en cada una de ellas. Por ejemplo, al recibir una herencia los andaluces pagan 100 veces más por este impuesto que los madrileños y 1.000 veces más que los canarios.

El impuesto de Sucesiones y el de Donaciones se pagan mediante el mismo modelo, pero es importante establecer las diferencias.

El impuesto de Sucesiones se paga cuando una persona fallece y deja bienes en herencia, es decir, grava las transmisiones o adquisiciones patrimoniales que se realicen a título gratuito y mortis causa. Haya o no testamento aquellos que perciban una herencia deberán pagar el impuesto de sucesiones en un plazo máximo de 6 meses desde la defunción. Existe la posibilidad de solicitar una prórroga por la misma cantidad de tiempo, no obstante su concesión implicará intereses de demora.

El impuesto de Donaciones, al contrario que ocurre en el de sucesiones, grava las transmisiones inter vivos obtenido por personas físicas a título gratuito. Al igual que en el Impuesto de Sucesiones, el encargado de realizar la liquidación de donaciones será el beneficiario, es decir, el que reciba la donación en un plazo máximo de 30 días naturales.

¿Cómo se calcula el Impuesto de sucesiones?

Recibir una herencia supone un incremento de patrimonio por el que hay que pagar. Por lo tanto, lo primero que hay que calcular es la base imponible que se obtiene del valor neto de los bienes y derechos que configuran la masa hereditaria bruta.

A esta cantidad hay que restarle las deudas, las cargas y los gastos deducibles para saber cuál es la herencia concreta y qué corresponde a cada heredero. El resultado es la base imponible del impuesto de sucesiones. Aquí cada comunidad aplica las reducciones que considere como puede ser el parentesco o una minusvalía. Sobre ese valor, se aplica el temido porcentaje del impuesto.

A nivel nacional hay una normativa que las autonomías usan como base, pero son ellas las responsables finales a la hora de definir la cantidad que tiene que pagar cada ciudadano. Los coeficientes multiplicadores varían en función del patrimonio pre-existente del heredero y del grupo parentesco entre el heredero y el fallecido.

¿Es mejor hacer la donación en vida?

Rebeca Vázquez, economista en Aveira Asesores, asegura a iAhorro que “en determinados casos, como por ejemplo en patrimonios elevados, es más aconsejable donar los bienes a los descendientes que transmitirlos en herencia. Ahora bien, como norma general la donación de bienes inmuebles es más cara que la sucesión. Se debería analizar cada caso en particular”, concluye. 

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