Incertidumbre en la OPEP ante la nueva situación política de Irak

  • La Organización de los Países Exportadores de Petróleo está atenta a lo que suceda estas semanas en Irak, después de que el opositor Iyad Alaui desbancara al presidente Nuri Al Maliki en las pasadas elecciones. Nadie sabe qué va a pasar con los contratos multimillonarios que el Gobierno de Al Maliki había cerrado con petroleras internacionales como BP o Shell, pero de llevarse a cabo, Irak podría posicionarse al frente del panel petrolero, lo que alteraría las relaciones geopolíticas de la región.
Futuro incierto para el petróleo de Irak
Futuro incierto para el petróleo de Irak
EFE
Tom Hundley | GlobalPost

(Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos). La Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) es una institución profundamente opaca. Sus comunicados públicos parecen estar escritos con esmero para tratar de no revelar sus cálculos.Este panel de 12 países controla casi un tercio del suministro global diario de petróleo, no lo suficiente como para tener control absoluto sobre el precio del barril, pero sí como para poder manipular constantemente el precio a su favor.

Sus imponentes oficinas centrales en Viena y las refinadas maneras de sus delegados contrastan con el ambiente corrupto, violento y represivo que impera en la mayor parte de los estados miembros.El mundo está ahora pendiente de cómo este muy efectivo pero disfuncional grupo se las arregla con el elefante que tiene en medio de su salón.

El elefante en cuestión es Irak y el puñado de acuerdos que ha ido cerrando en los últimos meses con algunas de las principales compañías petrolíferas del planeta.Irak calcula que estos acuerdos impulsarán las extracciones en los próximos siete años, que pasarán de los actuales 2,4 millones de barriles por día (bpd) a algo entre 10 y 12 millones de bpd.

En ese camino, Irak pasará por delante de su entrometido vecino y rival, Irán (actual segundo productor de la OPEP con 4,1 millones de bpd), y eventualmente podría superar incluso a los saudíes, en la cabeza del ranking, con una producción actual de 10 millones de bpd.Si todo esto ocurre -el interrogante es amplio dado el incierto panorama en Irak-, no sólo se alteraría el orden jerárquico de la OPEP, sino que cambiaría el equilibrio geopolítico de la región.

"Irak es un problema para todo el mundo", asegura Giacomo Luciani, un experto en el sector petrolífero que trabaja para el Gulf Research Center de Dubai. "Pero de momento todo esto son meras especulaciones. No sabemos cuál será la demanda en cinco años, en 10 años, y no sabemos hasta qué punto puede aumentar la producción iraquí".

Irak a su vez ha estado enviando señales muy diversas. Por una parte están todas las habladurías sobre multiplicar por cuatro su producción en siete años, pero en marzo, antes de la última reunión de la OPEP en Viena, el ministro de Petróleo de Irak, Hussain Shahristani, dijo que Bagdad estaría dispuesto a discutir las cuotas de producción con sus colegas del organismo internacional una vez que su producción alcance los 4 millones de bpd.

Miembro fundador de la OPEP, Irak ha sido excusado de formar parte del régimen de cuotas de la organización durante muchos años debido a que todavía se tiene que recuperar de la drástica caída de producción tras la guerra con Irán, a la que sucedieron otras dos guerras y una década de sanciones internacionales.

Históricamente la OPEP ha establecido cuotas para Irak e Irán parecidas, basadas en sus reservas demostradas. Pero Irak ahora cree que debería de ser tratada al mismo nivel que Arabia Saudí.Si Irak consigue realmente extraer esa cantidad de petróleo diario, estaría desafiando el dominio saudí como productor líder, un país que individualmente puede ajustar el precio del petróleo con sólo ajustar el grifo de salida de sus pozos.

Los saudíes, sin embargo, no parecen muy preocupados antes esta posibilidad. Aparentemente comparten la visión de muchos analistas de que cuadruplicar la producción en siete años es más fácil de decir que de hacer.

"Creo que algunas de estas empresas petrolíferas han sobrestimado el nivel hasta el que Irak puede llevar su producción de petróleo", afirma Kristian Patrick Alexander, un analista político de la Zayed University de Abu Dabi.

Entre los factores que podrían ralentizar el proyecto iraquí, Alexander menciona un probable estallido de violencia, especialmente cuando se complete la retirada prevista de las tropas de EE UU a finales de 2011. También destaca la ausencia de una ley específica que garantice la legalidad de los acuerdos con las compañías extranjeras, la corrupción galopante, la disputa sobre el control de los campos petrolíferos en el Kurdistán y, finalmente, el pésimo estado de las infraestructuras iraquíes.

"Las proyecciones [de 10 a 12 millones de bpd] son en cierto modo optimistas", afirma.Si los saudíes pueden permitirse observar a largo plazo el regreso de Irak a la OPEP, Irán en cambio no puede."Irán es mucho más vulnerable a los precios en declive y la caída de ingresos. Arabia Saudí no necesita el dinero en la misma medida", asegura Luciani.

Aunque Irak supere sus niveles de producción de petróleo, Irán continuará siendo la fuerza política y dominante en el golfo. Pero ser sobrepasado por Irak podría hacer a Teherán sentir una mayor urgencia por desarrollar su capacidad nuclear, a fin de mantener su estatus.

El jugador clave podría acabar siendo China, el segundo importador mundial de energía. Los chinos dependen fuertemente del petróleo iraní, y como resultado Pekín ha intentado durante años proteger a Teherán lo máximo posible de las sanciones económicas de EE UU y sus aliados.Pero la situación está cambiando.

Ahora que la China National Petroleum Corporation ha firmado un importante acuerdo con Irak, Pekín está mostrando una nueva disposición a estudiar posibles sanciones internacionales a Irán. Malas noticias para el Gobierno de Teherán, donde la caída de los ingresos por petróleo haría más difícil aún la permanencia en el poder de un régimen cada vez más impopular.

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