Por qué España no va a crear empleo hasta que no vayamos más a la peluquería

    • Un índice vincula el crecimiento económico a la frecuencia con que los ciudadanos de un país se cortan el pelo.
    • Malas noticias: el número de clientes de peluquerías cayó un 6% en España en 2012.

Un indicador vincula el crecimiento económico a la afluencia de clientes a las peluquerías.
Un indicador vincula el crecimiento económico a la afluencia de clientes a las peluquerías.
Bruno Pérez

Los estadounidenses lo llaman haircut index y es otro de esos singulares indicadores microeconómicos, como el índice Big Mac o el Índice de los Abuelos, con los que los siempre audaces economistas norteamericanos aseguran poder medir el nivel de bienestar de una sociedad o adivinar las probabilidades de crecimiento de un país a partir de aspectos de lo más cotidianos.

En el caso concreto del haircut index, que se podría traducir de forma bastante libre como índice de las peluquerías, el meollo está en su capacidad de medir a partir de la frecuencia y el precio de los cortes de pelo en un determinado país, no sólo el nivel medio del coste de los servicios en el mismo, sino sus expectativas de crecimiento.

La tesis de este indicador, utilizado por ejemplo por la firma Sageworks, uno de los principales proveedores de análisis de mercado para empresas no cotizadas de Estados Unidos, es que la economía se comportará de manera positiva en la medida en que los ciudadanos de un país continúen acudiendo con cierta regularidad a la peluquería.

Existe hasta un patrón de comportamiento de lo que se considera normal, a partir de los datos proporcionados por los profesionales del sector. Se ha testado que en condiciones normales los clientes pasan por su peluquero cada seis semanas; un plazo que se amplía hasta los dos meses cuando la situación económica empeora; y que se puede dilatar aún más cuando la recesión es profunda.

Desde esta perspectiva, una mayor frecuencia en los cortes de pelo indicaría una mayor inclinación al consumo y, por consiguiente, un avance de que la situación económica va a mejorar; por el contrario, si los ciudadanos de un país empiezan a diltar la visita al peluquero... mala cosa.

La situación de España

Hemos decidido aplicar los postulados del haircut index el caso español y lo que nos hemos encontrado no permite hablar de buenas noticias.

Según datos de Cosmobelleza, el negocio de la peluquería y la estética cayó más de un 10% en España durante 2012, en línea con el desplome del consumo de los hogares revelado ya desde el arranque del ejercicio por Estadística.

Las consecuencias para el sector fueron tremendas: se facturaron 1.000 millones de euros menos que en 2011 y se registraron numerosos cierres de centros.

Cosmobelleza no ofrece información sobre el periodo medio que los españoles tardan en pasar por la peluquería, pero la caída del 6% en el número de clientes indica que éste se amplió de forma muy significativa porque, tarde o temprano, uno siempre termina teniendo que pasar por la peluquería.

Las noticias no son buenas, pero el haircut index no sólo es un indicador de la confianza de los consumidores y, por extensión, del comportamiento futuro de la economía.

El Instituto de Estadística de Nueva Zelanda ha constatado que los precios de los cortes de pelo adelantan, al menos en las antípodas, con extraordinaria precisión la evolución del IPC general.

Si así fuera estaríamos a la puertas de una deflación, es decir, una evolución negativa de los precios. Volviendo al balance del sector de Cosmobelleza la factura media cobrada por las peluquerías en 2012 se redujo entre el 3% y el 4%, y ello pese a la subida del IVA.

Las últimas cifras del IPC son un auténtico desafío a los escépticos con este indicador. Según el Instituto Nacional de Estadística, entre los pasados meses de enero y diciembre los precios cayeron un 1,4%, el mayor desplome registrado entre dos meses desde 1963... ¿Empiezan ahora a creer?

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