Con hasta 20.000 empleos dependientes

'Cádiz, tenemos un problema': la crisis golpeará la única industria que volaba

Uno de cada tres empleos del sector aeronáutico en toda España se concentran en Andalucía y sostuvo a la industria en lo peor de la anterior crisis.

Investigadores australianos confirman un defecto de seguridad en el motor de Airbus A380
El Airbus A380 estaba llamado a ser la esperanza de la empresa hasta que empezó a dar problemas. 
EP

El caballero blanco de la industria andaluza tiene la armadura abollada y la crisis del coronavirus puede infligirle un sablazo de gravedad. El sector aeronáutico, que vino a enjugar las penas económicas y laborales de dos provincias históricamente castigadas por el paro como son Cádiz y Sevilla en lo peor de la anterior crisis, puede convertirse en la próxima gran víctima antes de acabar el año. "El hachazo va a ser tremendo", resume en pocas palabras Antonio Conde, presidente del Consejo Empresarial de Cádiz, la patronal de la industria auxiliar que sirve de apoyo a los gigantes del sector en la zona como Airbus o Alestis. Tan grande como que pueden quedarse con un tercio de la fuerza laboral que tenían hace un año.

Entre unos y otros, el sector emplea a más de 3.500 personas de manera directa y de alta cualificación por lo general en la zona de la Bahía de Cádiz, lo que la convierte en la industria más pujante de la provincia, por encima de la naval con Navantia al timón, el acero o el nudo petroquímico del Campo de Gibraltar o la piel de Ubrique. Según estimaciones de Comisiones Obreras, entre directos e indirectos, da una nómina a más de 20.000 gaditanos. En toda Andalucía, el impacto es mayor, dado que en Sevilla hay más factorías y uno de cada tres de los empleos de la aeronáutica en España (con unos 110.000 asalariados en total) son andaluces, según las cifras que maneja la patronal nacional, Tedae. 

Pero, por encima de las cifras puras y duras, lo que habían traído los aviones a Cádiz fue una esperanza. Con la espantada de las últimas factorías de la automoción (Delphi en 2007 y Visteon en 2011), la planta que Airbus instaló a pie de la Bahía, en el nudo industrial de Puerto Real, hace unos 30 años quedó como último foco de intensidad industrial en la zona. Con medio millar de empleados (más otros 300 en otra planta en El Puerto de Santa María), también sirvió de imán y en 2011 se instalaría Alestis, con otro medio millar de operarios, y Aernnova, con otros 300. 

Por su parte, la industria auxiliar aglutina a unos 1.500 trabajadores con picos cercanos a los 1.700, según el portavoz de los empresarios del sector en Cádiz. Son los recortes sufridos en esta cifra de un tiempo a esta parte los que pueden servir de piloto en rojo para toda la industria. Ya había empezado mal el año, cuenta Antonio Conde, con una pérdida de unos 500 empleos por el impacto de un triple problema previo al coronavirus. En pocos meses, se cuestionó la seguridad del A-380, se frenaron las contrataciones del A-400M (ambos de Airbus) y la estrella de Boeing (que pese a ser la gran rival de la europea también deja muchas horas de trabajo en Cádiz), el 737 Max, atrajo toda la mala prensa posible tras un par de accidentes extraños. 

De pronto, los tres grandes motores del sector echaron el freno y las grandes firmas lo primero que hicieron fue dejar de recurrir a las empresas auxiliares para compensar con la plantilla propia. Se anunciaron recortes (como la propia Airbus) que en principio no afectaban demasiado a España pero ahora, con el impacto de la pandemia, es evidente que se traducirá en pérdida de empleo en el próximo plan que presentará la compañía en septiembre y ante el que tiemblan los casi 4.000 trabajadores españoles del gigante europeo.

Sea como sea, la industria auxiliar gaditana cree que se dejarán por el camino de aquí a final de año otros 500 empleos y, por tanto, perderán dos tercios de todo su volumen en menos de un ejercicio. De las previsiones a la realidad, y según datos del Servicio Andaluz de Empleo, la evolución de la contratación en la industria gaditana en el arranque del año deja cifras preocupantes. Entre enero y mayo de 2019, antes de que se encadenaran los problemas para todos los modelos de avión de los que se construían partes en la provincia, el sector secundario sumó más de 18.000 contratos. En este 2020 de coronavirus, la cifra ha caído en más de un 30%, hasta los 12.000. Sí: la enfermedad ha bajado la actividad, pero en el epígrafe de industria se suma toda la actividad de elaboración y reparto de la agrolimentaria, así como la logística en general. 

"Tenemos que aguantar el empleo como sea porque vienen tiempos muy malos", se protege desde Comisiones Obreras su responsable provincial de industria, Jesús Serrano. Víctima él mismo de los ajustes de la automoción de hace una década en la Bahía, sabe que las grandes empresas no tienen problemas en cambiar de lugar según los intereses económicos. Aun así, apunta hacia soluciones (y posibles problemas futuros) como las adoptadas en Alemania, donde el Gobierno de Merkel ha propuesto el rescate de Lufthansa. Lo bueno es que puede servir de ejemplo al Gobierno español; lo malo es que si Alemania, uno de los socios principales de Airbus, se gasta ese dineral en su aerolínea también presionará como nunca para que todo lo nuevo que se construya se haga allí. 

Porque habrá peleas para ensamblar los pocos aviones que se puedan contratar a partir de ahora por unas aerolíneas mundiales todas ellas en apuros. En todo el estado de alarma apenas se han terminado un par de aviones cuando antes se fabricaban una docena al mes. Antonio Montoro, secretario provincial de FICA UGT en Cádiz, no es que se tema lo peor, sino que ya constata el golpetazo del sector. "Precisamente, el sector que salvó a la provincia en la anterior crisis y uno que daba un valor añadido muy importante", expone. Para corroborar esa afirmación la patronal española de la aeronáutica calcula que la productividad de sus empleados más que triplica la media.  

"No sé qué nos va a quedar", añade el también número dos del sindicato a nivel andaluz, que tampoco se olvida de que el otro gran generador de empleos en Cádiz (aunque de una precariedad mayor) es el turismo, también golpeado por la crisis sanitaria. "La construcción, con todos sus problemas, es otra cosa pero el temor no es tanto de momento", añaden desde Comisiones Obreras.

Finalmente, queda la marejada por la que navega la segunda industria pesada de la Bahía: la naval. Con Navantia de motor laboral por excelencia (según la propia empresa, genera casi 13.000 puestos en Cádiz), las previsiones tampoco son buenas. Fuentes del sindicato CSIF apuntan a "ya se va tarde" para solucionar los problemas y que hay plantas como la de Puerto Real que están a punto de cruzarse de brazos por falta de trabajo

En un entorno como el naval, donde los plazos de contratación son muy largos, deberían haber empezado las negociaciones antes de que en pocos meses se terminen los últimos flecos. Preocupa la planta de Puerto Real, toda vez que San Fernando tiene tarea por delante con las corbetas para Arabia Saudí. Cádiz capital, por su parte, es la enésima víctima de la Covid, dado que en sus instalaciones se había apostado por la reparación de cruceros y a saber qué ocurre con ese negocio ahora. Todos estos problemas, al igual que ocurre de Airbus hacia abajo, repercuten igualmente en la potente industria auxiliar que vive de la gran compañía y que serán los primeros en recortar capacidad.

"El caso es que se mire por donde se mire, la industria en Cádiz lo tiene muy negro. Ahora que tanto se habla de Nissan o de Alcoa, aquí tememos por lo nuestro y tememos mucho, que no nos olvidamos que incluso en el mejor de los momentos no hemos bajado del 24% de paro en la provincia", señala Antonio Montoro, de UGT. "Con la enfermedad, casi toda la industria se fue al ERTE, como es lógico, y ahora se están alargando los plazos al máximo, pero no sabemos cuánto empleo quedará realmente dentro de unos meses y cuántos de esos trabajadores volverán a su puesto", concluyen los empresarios de la industria auxiliar aeronáutica. 

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