Industria afronta la revisión de tarifas mientras ultima la reforma eléctrica

  • El Ministerio de Industria afronta esta semana la revisión de las tarifas de luz y gas para el próximo trimestre mientras ultima la segunda fase de la reforma del sector eléctrico, basada fundamentalmente en medidas fiscales, y que previsiblemente se aprobará en la primera semana de julio.

Madrid, 24 jun.- El Ministerio de Industria afronta esta semana la revisión de las tarifas de luz y gas para el próximo trimestre mientras ultima la segunda fase de la reforma del sector eléctrico, basada fundamentalmente en medidas fiscales, y que previsiblemente se aprobará en la primera semana de julio.

Para atajar el problema del déficit de tarifa -desfase generado entre los costes y los ingresos del sistema y que supera los 24.000 millones- el ministro de Industria, José Manuel Soria, avanzó que en la segunda quincena de junio se aprobarían nuevas medidas, aunque parece que la reforma irá finalmente en el primer consejo de ministros de julio.

Sobre las nuevas medidas, que se sumarán a los recortes de costes del sistema adoptados a finales de marzo, Soria se ha limitado a apuntar que se "estudia" un aumento de los impuestos indirectos que gravan la generación de energía.

Esto puede traducirse de dos formas: una mayor tasa o peaje para las empresas por la electricidad que generan, independientemente de la fuente con que lo hagan; o un incremento del impuesto sobre la electricidad, que actualmente es del 5,1 %.

Junto a esto, fuentes conocedoras de la reforma apuntan a que se están barajando incrementos fiscales en el ámbito de los carburantes con la aplicación del denominado "céntimo verde".

Lo recaudado con este incremento impositivo en cada litro de carburante se destinaría a aliviar la generación del déficit de tarifa, donde las primas a las energías renovables tienen un peso considerable.

Desde el sector eléctrico, han defendido esta medida que, a su juicio, repartiría entre los todos consumidores energéticos, y no sólo los de electricidad, el coste de las renovables.

En el lado contrario, el sector petrolero ha rechazado la imposición de este gravamen adicional que dañaría la economía en un contexto, además, de fuerte caída del consumo de carburantes.

En marzo, el Gobierno optó por recortar algunos costes regulados del sistema, como la distribución o los pagos por capacidad, mientras que otras partidas como el transporte o las primas a las renovables no se tocaron.

Junto a la concreción de las nuevas medidas, que supondrán un incremento de los ingresos del sistema eléctrico y frenarían el ritmo de generación del déficit, el Gobierno debe concretar antes del 1 de julio la evolución de la tarifa eléctrica regulada o TUR para el próximo trimestre.

El primer componente para determinar esta tarifa, a la que están acogidos unos 20 millones de consumidores, se verá el martes con la celebración de la subasta denominada Cesur donde se determina el coste de la energía eléctrica.

Fuentes del sector apuntan a que el resultado de esta subasta- que supone alrededor de la mitad del recibo de la luz- será al alza, lo que presionará a un incremento de la tarifa.

No obstante, la decisión final está, como cada trimestre, en manos del Gobierno, que establece la otra mitad de la tarifa, los denominados peajes de acceso con los que se cubren los costes del sistema.

En la anterior revisión de marzo, el Gobierno incrementó con fuerza los peajes lo que, con un descenso del coste de la energía, se tradujo en un incremento medio final del recibo de la luz del 7 %.

El objetivo final de la revisión de la tarifa y de las medidas energéticas que tiene el Gobierno sobre la mesa es atajar el problema del déficit y que este desfase entre ingresos y costes deje de generarse.

Para completar la semana energética, el Gobierno también debería concretar antes del 1 de julio la evolución de la tarifa de gas natural -donde la subasta ha apuntado al alza- y de la bombona de butano, para la que el sector ya ha avanzado una subida de más del 5 %.

En la revisión de abril, la tarifa de gas se incrementó una media del 5 %; mientras que la bombona de butano se subió casi un 3 %.

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