La reapertura de la economía española tras el 'shock' del coronavirus ha permitido que la industria pise a fondo el acelerador en junio. Pese a ello, la actividad del sector, que aportaba un 14,2% al PIB español a cierre de 2019, sigue contrayéndose por el impacto de la pandemia en el sexto mes del año. La crisis sanitaria ha provocado ya un retroceso histórico de nuestra riqueza en el primer trimestre del 5,2%, de acuerdo con los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística. El índice de gerentes de compra PMI del sector manufacturero, que elabora IHS Markit, aumentó el mes pasado hasta los 49 puntos desde los 38,3 de mayo, en lo que supone su nivel más alto desde febrero de 2020. Toda lectura por encima de 50 puntos de este indicador macroeconómico supone que la actividad se expande.
"La economía manufacturera de España se acercó a la estabilización en junio, ya que la actividad económica mostró signos de reactivación en línea con el relajamiento de las restricciones por la Covid-19", apunta Paul Smith, economista de IHS Markit. Desde su punto de vista, persisten a la vez dificultades para recuperar el terreno perdido en el sector, ya que las plantas de producción continúan operando muy por debajo de su capacidad, y los fabricantes han seguido recortando las horas de trabajo ante la debilidad de los nuevos pedidos.
"Los fabricantes redujeron notablemente sus niveles de personal. No obstante, la confianza ha mejorado un poco, volviendo a territorio positivo a medida que aumentan las esperanzas de que la recuperación de la pandemia esté en marcha", asegura el experto. La encuesta de junio muestra retrocesos tanto en la producción como en los nuevos pedidos, cuyo ritmo de descenso es mucho más lento. Además, vuelven a reducirse los pedidos para exportaciones, aunque menos que en meses previos.
Mejora la confianza en el futuro
La industria también se vio afectada por el retraso en la llegada de los suministros por las dificultades del transporte que han traído consigo los cierres a nivel mundial y por la escasez de existencias, al tiempo que sus precios continuaron a la baja por el abaratamiento del combustible y las rebajas de los proveedores. De cara al futuro, la confianza del sector volvió a situarse en terreno positivo en junio ante la relajación de las medidas de confinamiento y "a medida que aumentan las esperanzas de que la recuperación de la pandemia esté en marcha", añade Smith
La industria española ha recibido una estocada muy severa a raíz del confinamiento decretado en España desde el pasado mes de marzo para atajar el avance del virus. Tanto es así, que la actividad del sector secundario ha llegado a hundirse a niveles muy próximos a los registrados durante la recesión de 2009, en plena crisis financiera mundial, pero lo ha hecho además en menos tiempo de forma mucho más abrupta.
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