El IPC cierra marzo en el 9,8%

La inflación desbocada se ceba todavía más con los celiacos: 1.000 euros al año

Tener que comprar alimentos sin gluten puede suponer un gasto anual adicional que desde las familias se denuncia hacen frente sin ninguna ayuda del Estado como sí sucede en otros países europeos. 

sin gluten
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La inflación está desbocada con una subida del 9,8%. Algo que no se veía en España desde 1985. Llenar la cesta de la compra es un ‘suplicio’ para muchas familias, pero “el más injusto de los impuestos” se multiplica “por tres, o por cuatro” para personas que sufren algún tipo de trastorno alimentario como los celiacos, que deben consumir productos libres de gluten. “Yo tengo dos hijos y uno de ellos es celiaco. Su cesta de la compra me supone al mes unos 80 euros más. Casi 1.000 euros al año. Es insostenible”, explica Rosa.

“El pan me cuesta 60 céntimos y el que es sin gluten 3,60. Si vamos a la pasta, unos espaguetis valen, nornalmente, unos 60-70 céntimos el paquete, los sin gluten, más de 2 euros. ¿Qué economía normal aguanta esto sin ningún tipo de ayudas? Y hablo de una economía normal, común en España, en la que una familia como nosotros, con dos hijos, ingresa 2.600 euros netos al mes. La hipoteca, luz, gas, comer... Y a eso añádele más de 1.000 euros adicionales al año para comprar los productos que puede ingerir mi hijo, que tiene la enfermedad celiaca”.

Rosa, que vive en una ciudad del área metropolitana de Madrid, hace una reflexión en voz alta que deriva en una crítica al gobierno: “Los precios de los alimentos sin gluten son, en la mayoría de los casos, abusivos, y no tenemos ninguna ayuda, más allá de algunos acuerdos puntuales que pueden hacer las asociaciones de celiacos con fabricantes o grandes superficies... Pero son acuerdos limitados, en su cuantía y su duración, y los celiacos comen todos los días y durante toda la vida. Ahora me acuerdo de las palabras de Pedro Sánchez al inicio de la pandemia: ‘Nadie se va a quedar atrás’. Pues yo conozco a algunos”, sentencia.

Desde FACE (Federación de Asociaciones de Celiacos de España) se reclama al ejecutivo “atención” ante "la fragilidad que vive el colectivo celiaco debido al elevado coste de productos sin gluten”.  Y es que ya “el informe elaborado por el Defensor del Pueblo en 2017 declara que el colectivo de personas celiacas necesita algún tipo de apoyo económico, ya sea mediante deducciones fiscales o a través de ayudas directas, para así hacer frente al sobrecoste excesivo al que tienen que enfrentarse las familias con miembros celiacos, como ya sucede en la gran mayoría de países europeos”.

Sí, Francia, Italia, Grecia, Bélgica, Suecia, Portugal... En todos estos países existe algún tipo de ayudas estatales para los celiacos, en España no. Y no estamos hablando de un colectivo pequeño por su número. “No hay estadísticas oficiales, porque no se dan, pero se calcula que en España entre el 1 y el 2% de la población es enfermo celiaco”, explica a La Información Cristina de Abreu, del departamento de Calidad y Seguridad Alimentaria de FACE. Entre 500.000 y un millón de personas serían pues celiacas en nuestro país. “¿Que si alguien del Gobierno se ha reunido con nosotros y nos ha hecho caso? Ahí estamos, esperando, pero eso es muy difícil. Nadie nos ha atendido hasta ahora”.

Dos ejemplos de ayudas a los celiacos son, por ejemplo, por citar dos países del sur de Europa y dentro de la UE, los de Grecia y Portugal. En nuestro país vecino, los pacientes celiacos hasta la edad de 10 años tienen derecho a subsidio complementario por invalidez, siendo necesaria una declaración acreditativa de que padece la enfermedad. Esta ayuda ronda los 170 euros anuales. Otro apoyo económico disponible es la posibilidad de desgravar en la declaración de la renta los productos alimenticios específicos sin gluten. En Grecia existe una ayuda de 100 euros/mes para adultos y hasta 150 euros/mes para niños celiacos, acreditando el diagnóstico oficial de la enfermedad.

Además, desde las asociaciones de celiacos recuerdan que el 80% de los productos manufacturados pueden contener gluten: embutidos, turrones, chocolates, salsas, tomates fritos, postres lácteos, condimentos, entre otros. Asimismo, los productos considerados como básicos en la dieta de cualquier persona, como el pan, la harina, las galletas, pastas italianas, entre otras, tienen que ser sustituidos por productos especiales sin gluten, cuyo precio es mucho más elevado. Las personas afectadas por la enfermedad celiaca están obligadas a seguir un régimen estricto, totalmente exento de gluten durante toda la vida. La ingesta de pequeñas cantidades, de una manera continuada, aunque el paciente no presentes síntomas, puede causar trastornos importantes y no deseables. Sin ser dramáticos, en ocasiones es cuestión de “vida o muerte”.

Y bien lo sabe Luisa. Una mujer de 85 años, viuda, que vive en un pueblo del interior de Gipuzkoa. Pese a sufrir trastornos estomacales e intestinales durante toda su vida, no fue diagnosticada como celiaca hasta que tenía 70 años. Prácticamente, toda su vida llevando una dieta con gluten cuando no podía hacerlo le ha abocado a tener enfermedades crónicas de las que ya no se recuperará. “Nadie me diagnosticó y no comer adecuadamente durante toda mi vida me ha llevado a sufrir una osteoporosis que me hace tener los huesos ‘de papel’ y, pese a no haber tomado una copa en mi vida, una cirrosis hepática irreversible”. Luisa, “con una pensión de 900 euros”, también sufre “los precios abusivos de los productos sin gluten. Es un escándalo. Se aprovechan de nuestra enfermedad. Y ahora, con lo que ha subido todo, los productos sin gluten lo han hecho aún más. Yo me he tenido que racionar el pan. La sociedad no está concienciada de la enfermedad que sufrimos y de lo que nos cuesta. Sufrimos dos veces. Por la enfermedad en sí y por lo que cuesta nuestra alimentación”.

Los celiacos sufren últimamente además otro problema con sus productos sin gluten: “el desabastecimiento” en las estanterías de algunos lineales y tiendas. “Por un lado está la moda”, nos dicen desde FACE. “Parece que es ‘tendencia’ consumir alimentos sin gluten en dietas de adelgazamiento, etc, cuando está demostrado que el gluten no aporta ninguna característica nutricional a los alimentos, solo elasticidad. Por comer sin gluten no vas a adelgazar ni deshincharte... Además, ahora, con los problemas que estamos teniendo de desabastecimiento, la gente que no es celiaca acapara también productos sin gluten cuando desaparecen de las tiendas, los productos con gluten y dejan sin ellos, cuando para los enfermos sí que son imprescindibles, a los celiacos. Hay que dejarlo muy claro: los productos sin gluten son para celiacos”.

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