Según Funcas

La inflación castiga más a los hogares con menor renta y a los de las zonas rurales

Las rentas más bajas soportaron alzas de precios superiores al 10% interanual, mientras que las del último decil tuvieron una inflación inferior al 8%; en zonas castigadas por la despoblación el aumento superó también la media

Raymond Torres, Funcas
Raymond Torres, director de Coyuntura de Funcas
CONTACTO vía Europa Press

El proceso inflacionista que empezó a intensificarse en el verano de 2021, tras la pandemia, y que se vio agravado en 2022 por las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania "ha perjudicado de forma más intensa a los hogares con menor capacidad económica" y a aquellos ubicados en zonas rurales, según la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).

"Los hogares situados en el primer decil de gasto equivalente (los de menor renta) soportaron crecimientos de precios superiores al 10% interanual, mientras los ubicados en el último decil (los de mayor renta) tuvieron una inflación inferior al 8%", explica Funcas en un artículo de sus 'Cuadernos de información económica' publicado este miércoles.

De acuerdo con este artículo, ese desigual impacto se debe al peso diferente que tienen en cada hogar los grupos de gasto más afectados por la inflación, principalmente alimentos, energía, carburantes, hostelería y restauración; un peso decreciente según aumenta el nivel de renta.

Asimismo, las regiones más afectadas han sido Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura, Galicia, La Rioja y Aragón, zonas afectadas por la despoblación, en tanto que "han soportado subidas de precios por encima de la media nacional, en algunos casos superiores al 9%", mientras que en Madrid, Ceuta, Melilla, Canarias, País Vasco y Cataluña las subidas se sitúan "ligeramente por encima del 7%". "La inflación fue más intensa en los municipios pequeños, en los hogares formados por personas mayores de 65 años que viven solas y en las zonas rurales", resume el artículo de Funcas.

En otro artículo de la revista, el director de Coyuntura de Funcas, Raymond Torres, achaca el aumento de la inflación entre el segundo trimestre de 2021 y el primero de este año a la recuperación de los márgenes empresariales, "que se habían visto afectados por el parón de la actividad durante el confinamiento". 

En la fundación señalan cómo los últimos meses los mercados energéticos han revertido parte de la escalada de precios, a la vez que las cadenas de suministros han empezado a reorganizarse, suavizando los cuellos de botella y moderando el shock externo que originó el brote inflacionario. Sin embargo, otro brote de inflación, el de los alimentos, sigue presionando, y el IPC subyacente se mantiene en cotas elevadas (en el 6,1%, según el avance de mayo).

En suma, desde Funcas inciden en que los factores exógenos que habían impulsado la inflación tienden a amainar. "Se trata sin duda de una tendencia que sufrirá altibajos, por la volatilidad que caracteriza los mercados energéticos y alimentarios, y su vulnerabilidad ante las tensiones geopolíticas globales", indican. No obstante, bajo el supuesto de un entorno externo sin grandes sobresaltos, anticipan una menor aportación al IPC de los componentes energéticos y de los alimentos.

Funcas también aborda en uno de los artículos de la revista la evolución del ahorro de las familias en 2022, cuando el mayor consumo de la renta disponible supuso una caída del ahorro bruto hasta 58.457 millones de euros, algo más de la mitad que en 2021, lo que "dio por finalizada la generación de sobre ahorro que se había producido en los años anteriores".

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