El BCE obligado a actuar

El pesimismo por la alta inflación gana al miedo a la crisis financiera en la Eurozona

El IPC general se modera por el efecto escalón en los precios de la energía y la subyacente marca nuevo récord, frente a unas tensiones financieras que han ido a menos con la acción conjunta de los grandes bancos centrales

Christine Lagarde, presidenta del BCE.
Christine Lagarde, presidenta del BCE.
DPA vía Europa Press

La economía de la Eurozona resistió el embate de la crisis energética, de la inflacionaria y de las subidas de tipos de interés, evitando entrar en recesión en el cuarto trimestre del año y rebajando además su tasa de paro, que se mantiene en niveles mínimos en el 6,6%. La aparente calma en los mercados financieros ha sucedido a semanas de tormenta tras la quiebra del Silicon Valley estadounidense y la crisis del Credit Suisse en Europa. A ella contribuyeron la acción conjunta de los grandes bancos centrales occidentales para inyectar liquidez vía dólares, así como los mensajes lanzados por el Banco Central Europeo (BCE) dejando claro que está "plenamente equipado" para actuar si las tensiones fueran a más. 

De momento no es el caso y el emisor se ve obligado a poner el foco, de nuevo, en una inflación que no termina de doblegarse. Tanto los datos desagregados que han publicado esta semana las principales economías del euro como los que dio a conocer el viernes Eurostat, la oficina de estadísticas comunitaria, confirman que la tasa general de IPC se modera -en el conjunto de la región lo habría hecho en marzo por quinto mes consecutivo hasta el 6,9%-. Sin embargo, la subyacente, que al excluir de su cómputo los elementos más volátiles tiende a reflejar tensiones más estructurales de los precios, ha vuelto a marcar máximos históricos en marzo en el 5,7%.

No es la única razón que estaría detrás de ese pesimismo en torno a la inflación, puesto que el alivio en la tasa interanual de marzo se ha debido sobre todo al efecto escalón provocado por el fuerte aumento del precio de la energía hace un año y por su posterior retroceso, como han demostrado el avance de los datos en grandes economías como la alemana o la española. En el conjunto del área del euro el componente energético pasó de subir al 13,7% en febrero en relación al mismo mes de hace un año a caer un 0,9% en marzo, también en términos interanuales. Y es muy probable que en abril esa misma tasa vuelva a repuntar por un efecto escalón... pero a la inversa

Expectativas de tipos más altos e impacto en el crédito

Una consecuencia evidente de la estabilización bancaria y de los datos preocupantes de inflación es que las expectativas de tipos oficiales se están recuperando y pueden seguir haciéndolo a corto plazo, como recuerdan desde la consultora de análisis de mercados MacroYield. Las recientes declaraciones de miembros del BCE -y de los de la Reserva Federal al otro lado del charco- apuntan en esa dirección. Así, si bien no esperan que vayan a superarse las expectativas de tipos previas a la crisis bancaria, que dejará huellas duraderas en forma de condiciones financieras más restrictivas, "sí es posible que se recuperen niveles cercanos", apuntan desde la firma.

En Renta4 coinciden en que el récord de la inflación subyacente podría determinar subidas de tipos superiores a las descontadas del mercado, que actualmente sitúa el nivel de llegada del tipo de depósito en el 3,5%, frente a un 4% que descontaba a principios de marzo, antes de que se desatasen los movimientos sísmicos en la banca estadounidense y en nombres concretos del sector en Europa. "Los datos de inflación y la evolución de la estabilidad financiera determinarán el nivel de llegada final", sentencian.

Sin embargo, ese último episodio de turbulencias financieras podría llevar a los bancos a ser más cautelosos a la hora de conceder créditos, lo que en opinión de Pedro del Pozo, director de inversiones financieras en Mutualidad de la Abogacía, representaría un "aliado inesperado" para los bancos centrales en su lucha contra el alza de los precios por la vía de una mayor ralentización económica. Hasta el momento, parece los bancos europeos están capeando bien el ajuste monetario iniciado por el BCE. Los tipos de interés hipotecarios se han duplicado, provocando una reducción de la demanda de nuevos préstamos. Desde la gestora DWS no descartan que una política monetaria más restrictiva en general debilite las dinámicas de crédito y que los préstamos en circulación también disminuyan en los próximos meses.

En cualquier caso, los organismos internacionales ya venían advirtiendo desde hace tiempo de que la economía se debilitará este año -lo que se percibirá especialmente en el segundo semestre- por lo que desde Bank of America descartan sorpresas a corto plazo si ese escenario empieza a materializarse antes, aunque sea solo en parte. En la entidad sostienen además que tanto el consenso del mercado como el propio BCE son "demasiado optimistas" sobre la fuerza del rebote económico. "Los flujos de préstamos ya se habían ralentizado significativamente antes de los últimos acontecimientos (de las turbulencias financieras) y se espera que sigan haciéndolo", zanjan. 

 

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