Tarragona, 29 sep.- La Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) cree que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha tomado nota de la última fuga producida en Ascó (Tarragona) y ha mejorado aspectos relacionados con la inspección y la comunicación, informa el CSN.
El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha recibido del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) el informe final de la evaluación del seguimiento de la misión IRRS (Integrated Regulatory Review Service), que se desarrolló en la sede del regulador español durante ocho días entre los meses de enero y febrero de este año.
La misión de seguimiento se centró en los progresos acometidos por el CSN para dar respuesta a las recomendaciones de la OIEA.
Dentro del informe, que abarca desde la organización interna hasta la preparación ante emergencias, así como las competencias en desmantelamiento de instalaciones y gestión de residuos, se recoge que el CSN ha mejorado de forma significativa sus actividades.
De esta forma, la OIEA subraya que el regulador español ha avanzado en la mayoría de las áreas de mejora identificadas por la misión de 2008 en el informe de conclusiones, por lo que éstas se consideran cerradas.
En el capítulo de sugerencias, remarca que el Consejo ha actuado conforme a un plan de acción integral y sistemático, en particular en lo que atañe al trabajo de actualización del Estatuto del CSN.
Asimismo, como complemento a las fortalezas identificadas durante la misión de 2008, el informe remitido al Consejo incluye como buenas prácticas las mejoras en la inspección y la comunicación pública derivadas de las lecciones aprendidas del suceso de liberación de partículas en Ascó.
También, el establecimiento de marcos formales de cooperación entre el CSN y varias organizaciones gubernamentales, como por ejemplo el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad así como el Ministerio del Interior, en el ámbito de la protección radiológica y de la protección física.
Otra lección aprendida es la interacción al máximo nivel del CSN con los titulares de las centrales nucleares para abordar aspectos relacionados con la planificación estratégica, las inversiones en seguridad y los recursos humanos.
El cuarto punto del informe se refiere al desarrollo del ejercicio internacional INEX-4, en el que se gestionaron las consecuencias una emergencia radiológica.
El informe también recoge recomendaciones y sugerencias para reforzar las labores del organismo regulador español como establecer una política formal sobre la utilización de los órganos asesores técnicos para adoptar decisiones reguladoras de carácter técnico o acompañar el trabajo de los agentes relevantes hacia la consecución del almacenamiento definitivo de combustible gastado y de residuos de alta actividad.
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