¿Pagarán los inmigrantes las pensiones? Ya ocupan el 30% de los nuevos empleos

Una trabajador extranjero
Una trabajador extranjero
MINISTERIO DE EMPLEO - Archivo

La inmigración se plantea con frecuencia como la solución mágica al problema de las pensiones en España. La importación de mano de obra extranjera es, de hecho, una de las apuestas firmes del Gobierno socialista para incrementar los ingresos del deficitario sistema de la Seguridad Social. Pero, ¿será suficiente? De momento, la afiliación de extranjeros crece mucho más deprisa que la de trabajadores españoles y los inmigrantes ocupan ya tres de cada diez nuevos empleos.

La Seguridad Social ha sumado en el último año 490.401 cotizantes, de los que 149.938 son extranjeros, algo más del 30%. Según los datos facilitados por el Ministerio de Trabajo, el ritmo de crecimiento interanual de la afiliación extranjera alcanzó en julio el 7,42%, una velocidad muy superior al 2,58% que aumentó el empleo total. Así, la mano de obra foránea alcanza ya los 2.170.368 ocupados, lo que supone el 11% del total de personas cotizando (19.533.211).

A la vista de los datos, no cabe duda de la masiva incorporación de inmigrantes al mercado laboral español. Pero, ¿es suficiente con mantener esta tendencia? España necesitará tener 28,5 millones de personas cotizando a la Seguridad Social en 2050 para poder pagar las 15 millones de pensiones previstas para esa fecha, lo que supone que en 30 años el sistema tendrá que sumar unos nueve millones de afiliados más de los que hay actualmente, según cálculos de BBVA Research.

Pero cumplir estas previsiones se antoja complicado en la situación actual. Después de cinco años de crecimiento ininterrumpido, y tras la peor crisis que se recuerda, la economía española ha entrado ya en fase de desaceleración. Los principales indicadores se resienten, incluida la creación de empleo, tal y como confirmaron tanto la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre como los datos de afiliación a la Seguridad Social del pasado mes de julio. 

Y mientras el mercado laboral se frena, la nómina de las pensiones no para de crecer. El sistema abona mensualmente más de 9,7 millones de pensiones contributivas, de las que más de seis millones son de jubilación, y el gasto supera ya los 9.662,13 millones de euros al mes. Los ingresos por cotizaciones sociales crecen a buen ritmo, pero no al necesario para garantizar la sostenibilidad del sistema. Según los cálculos de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) la recaudación por esta vía aumentará un 7,5% este año, mientras el gasto repuntará un 5,9%, lo que dejará el déficit de la Seguridad Social por encima de los 16.000 millones de euros, en torno al 1,3% del PIB.

El cóctel es explosivo. Menos empleo, contratos precarios que se quedan de media en 47 días y en uno de cada cuatro casos no superan ni siquiera la semana de duración, y más pensionistas cobrando pensiones más altas por las mejores condiciones de retiro generadas a lo largo de sus carreras profesionales. Y, para más inri, la población envejecida gracias a la mayor esperanza de vida... y la tasa de natalidad por los suelos. En los últimos tres años han muerto más personas de las que han nacido en España, el INE calcula 7,9 nacimientos por cada mil habitantes y apenas 1,25 hijos por mujer de media en nuestro país.

Ante esta tesitura, los expertos lo tienen claro. La mano de obra extranjera será fundamental para apuntalar los ingresos por cotizaciones sociales y garantizar la sostenibilidad del sistema de las pensiones. Incluso más que el aumento de la natalidad o la caída de la tasa de paro, que todavía se sitúa en el 14%. En definitiva, esto significa que España necesita inmigrantes. En concreto, la llegada de 270.000 inmigrantes cada año hasta 2048 permitirá reducir en un 2,2% del PIB el déficit de la Seguridad Social, según las estimaciones de la AIReF. 

Atraer más profesionales

De acuerdo con la Estadística del Padrón continuo del INE, actualmente hay en nuestro país unos 5 millones de ciudadanos extranjeros. De ellos, algo más de dos millones cotizan a la Seguridad Social. La intención de la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, es que se incorporen cada vez más trabajadores foráneos al mercado laboral español. Eso sí, la clave está en los salarios. El reto pasa por promover el ingreso en el mercado de trabajo de profesionales mejor pagados que aporten mayores ingresos a las arcas públicas vía cotizaciones sociales. 

Esto debería implicar, en la práctica, un mayor nivel educativo de los trabajadores. Y aquí la formación es clave. El presidente de la patronal, Antonio Garamendi, afirmó recientemente que el futuro de las pensiones es un asunto "prioritario y medular" para el que será necesaria la llegada de trabajadores inmigrantes que aporten las cotizaciones necesarias para alimentar el pago de las pensiones, no sin advertir de que a los inmigrantes que vengan a trabajar "habrá que formarlos", al igual que se debe hacer con los futuros empleados españoles.

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