XXXII Congreso en Granada

Los inspectores reclaman más presencia en el exterior para combatir el fraude

En un documento de propuestas para la reforma de las administraciones tributarias denuncian la "insuficiencia crónica de recursos" y recuerdan que en cinco años se jubilará el 25,6% de la plantilla

Julio Ransés Pérez Boga, presidente de la Asociación Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado
Julio Ransés Pérez Boga, presidente de la Asociación Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado
Asociación Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado

Los inspectores de Hacienda reclaman al Gobierno que ponga fin al proceso de desmantelamiento de las consejerías de finanzas en el exterior y que refuerce la presencia de las autoridades fiscales españolas en las Embajadas, sobre todo en aquellos países en los que existen mayores intereses económicos, como media esencial de la lucha contra el fraude. En un encuentro organizado en el marco del XXXII Congreso que la Asociación Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado (AIHE) celebra en Granada, han recordado cómo la labor de estas figuras (que son también expertos en la fiscalidad del país donde se establecen) es esencial tanto en la lucha contra el fraude -para combatir, por ejemplo, el narcotráfico o el contrabando- como en el seguimiento de las medidas relacionadas con el comercio internacional o la fiscalidad de las multinacionales a través del intercambio de información con otras agencias. También a la hora de controlar los cambios de residencia fiscal de las grandes fortunas.

Los inspectores de Hacienda reclaman que se fijen con claridad cuáles son sus competencias (que tengan catálogo definido) y que operen como un eslabón más de la cadena y no como islas tributarias, como sucede en la actualidad. "Es conveniente aumentar la dotación de medios materiales y personales en los servicios fiscales en el exterior, que se encuentran, en muchos casos, sobrepasados por el volumen de trabajo y no pueden atender adecuadamente a la ciudadanía y a las empresas españolas allí presentes", apuntan en su documento de propuestas para la reforma de las administraciones tributarias. El presidente de la AIHE, Julio Ransés Pérez Boga, ha hecho hincapié en que estos funcionarios "deberían ser la delegación de Hacienda en cada uno de esos países".

Falta de inspectores y riesgo de politización 

Sobre uno de los problemas que la asociación viene denunciando desde hace tiempo, la falta de personal, los inspectores han puesto en evidencia cómo la Agencia Tributaria adolece de una insuficiencia crónica de recursos humanos, si bien han recalcado que en los últimos años la situación se ha convertido en "dramática", con una pérdida de efectivos muy importante en la década 2010 a 2020, posterior a la crisis financiera, pasando de 28.000 a 25.000, como consecuencia de la falta de reposición. Y el futuro es más sombrío aún, pues en los próximos cinco años se jubilará el 25,6% de su actual plantilla, alrededor de 7.000 empleados de la Agencia

Ana de la Herrán, vicepresidenta de la asociación, ha explicado que sería necesario pasar de los 26.000 efectivos actuales a los 30.000 para que España pudiera equipararse a los países de su entorno. "La recuperación que se está produciendo ahora tenía que haberse dado en años anteriores", ha puntualizado, si bien ha dejado claro en que esa recuperación no puede darse a cualquier precio. No se trata solo de que haya más inspectores, sino de que los que se incorporen estén bien preparados para garantizar el correcto desempeño de sus funciones. 

En este sentido, desde la AIHE se muestran preocupados por la simplificación de los requisitos para acceder a la profesión que lleva aparejado el futuro diseño de la promoción interna que dará acceso a sus funciones -y en cuyo diseño, tal y como han venido denunciando, no están participando los cuerpos superiores del Estado, entre los que se encuentran los propios inspectores-. También por el incremento de los puestos de libre designación porque puede derivar, desde su punto de vista, en una "politización" e incluso en que la selección de los profesionales se produzca por "amiguismos". El expresidente de la asociación, José María Peláez ha incidido en que el bien más preciado del cuerpo de inspectores es la independencia del poder político y de las posibles injerencias que de él se deriven. "No digo que la AEAT esté politizada pero sí se han dado casos particulares de politización en el pasado", ha sentenciado.

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