El conservador Orbán es favorito ante el socialista Mesterházy en las urnas

  • Tras una legislatura cargada de polémicas, el primer ministro húngaro, el conservador Viktor Orbán, es el gran favorito en las parlamentarias del próximo domingo, y tendrá como principal rival al socialista Attila Mesterházy con una candidatura que aúna a la oposición de centroizquierda.

Budapest, 3 abr.- Tras una legislatura cargada de polémicas, el primer ministro húngaro, el conservador Viktor Orbán, es el gran favorito en las parlamentarias del próximo domingo, y tendrá como principal rival al socialista Attila Mesterházy con una candidatura que aúna a la oposición de centroizquierda.

Para sus seguidores, Orbán es un jefe de gobierno batallador y decidido, que no ha dudado en hacer frente a oligarcas, a la banca y al propio Fondo Monetario Internacional (FMI), mientras que para sus críticos es un demagogo con claras tendencias autoritarias que no tiene en cuenta a quienes no piensan como él.

Aupado por una mayoría de dos tercios en el Parlamento en las elecciones de hace cuatro años, el ejecutivo de Orbán ha reforzado su control sobre las principales instituciones del país, incluida la Judicatura y el Banco Central, lo que le ha valido duras críticas internacionales.

Esa arrolladora mayoría parlamentaria redactó y aprobó en solitario una Constitución creada a la medida de sus valores conservadores, y que ha sido criticada por la oposición por su fuerte tinte nacionalista y religioso.

Orbán, un abogado de 50 años y padre de cinco hijos, ha puesto el acento en los valores simbólicos conservadores, como la identidad y la independencia nacional.

El veterano político, primer ministro entre 1998 a 2002, es conocido por su gran oratoria y se presenta como el único mandatario lo suficientemente fuerte como para garantizar esa independencia en un tiempo turbulento, marcado por la crisis y la incertidumbre económica.

Conocido por no morderse la lengua, son recordadas las criticas de Orbán a la Unión Europea (UE), al considerar como injerencias las diatribas contra su Gobierno, y hasta la comparó con la Unión Soviética, que dirigía el bloque del Este antes de la caída del telón de Acero.

Por su parte, el líder socialista Mesterházy, de 37 años, ha tenido éxito en los últimos meses para lograr unir bajo una misma marca electoral a toda la oposición de centroizquierda.

De esta manera este economista será el candidato que apoyarán las formaciones de dos ex primeros ministros de centroizquierda, Ferenc Gyurcsány (2004-2009) y Gordon Bajnai (2009-2010), entre otras.

El principal obstáculo para la coalición opositora es que todavía debe superar el descrédito de los recortes que aplicaron Gyurcsány y Bajnai y que generaron un gran malestar social.

Por ello, y según los sondeos, el apoyo a los socialistas no ha crecido de forma clara en los últimos cuatro años, y ese descrédito lastra también al nuevo líder opositor.

Mesterházy, casado y padre de dos hijos, es considerado más gris y menos carismático que Orbán, pero ha mostrado gran habilidad en las luchas internas de la coalición opositora y consiguió finalmente imponerse Bajnai como candidato cabeza de lista.

Aún así, el futuro político de Mesterházy depende en gran medida de que sea capaz de evitar que los conservadores consigan en las urnas de nuevo una mayoría de dos tercios en el Parlamento.

Para activar a los votantes indecisos, Mesterházy, presidente de los socialistas desde 2010, ha prometido crear empleo, un aumento del salario mínimo y la reducción de los precios de los alimentos básicos, entre otros compromisos.

En la campaña electoral, Orbán se negó a participar en un debate televisado con Mesterházy, minimizando su papel como líder de una coalición en la que hay otras dos líderes, Gyurcsány y Bajnai.

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