Del AVE a Galicia y Asturias a la 'Y' vasca: faltan 92.000 millones en equipamientos

  • Las infraestructuras han sido un gran reclamo de los diferentes partidos para conseguir votos, pero muchas de ellas se han quedado en papel mojado.
Gráfico infraestructuras
Gráfico infraestructuras
Nerea de Bilbao

La alta velocidad, las autovías, los puertos y en general las grandes infraestructuras, sobre todo las del transporte, han sido objeto de promesas electorales desde el principio de la democracia. Pero muchas de estas obras faraónicas se han quedado en eso, en promesas, y años después, algunas empezadas y otras aún sobre el papel, siguen en un cajón. Por todo ello, en total, y según datos de Seopán, en nuestro país existe un déficit inversor de 92.000 millones en infraestructuras. 

La mayoría de estas grandes actuaciones son de sobra conocidas por gran parte de la población, ya que llevan años y años en boca de partidos de uno y otro color. Es el caso del AVE a Galicia o Asturias. Estas dos comunidades autónomas del norte del país -junto con varias más como Cantabria o Extremadura-, ven como cada año, a las puertas de la cada cita electoral, estos proyectos vuelven a salir a relucir.

En el caso de la alta velocidad a Galicia, y con las obras ya en marcha desde hace años, se ha anunciado su finalización para el año 2020, pero los retrasos acumulados hacen que parezca que el momento de subirse a un tren de alta velocidad no va a llegar nunca. El caso de Asturias es aún más sangrante. Con la variante de Pajares -que evitaría el actual recorrido de subida y bajada del puerto- atascada desde hace casi dos décadas y continuos fallos en la construcción de los túneles, aún no hay una fecha para la puesta en servicio de este tramo, pero eso no ha hecho que las promesas cesen. En total, y según el presupuesto oficial, esta actuación suponía 1.085,5 millones de euros pero, según diferentes cálculos, el sobrecoste ya supera los 2.000 millones de euros. 

Por todos es sabido que la red de alta velocidad en España es la segunda más amplia del mundo, gracias sobre todo a las aportaciones de la Unión Europea que subvencionó las obras con más de 11.200 millones de euros solo entre los años 2000 y 2013. De hecho, nuestro país se enfrenta, según las últimas cuentas de Adif, a la posibilidad de tener que devolver unos 30 millones si las obras subvencionadas -entre las que se encuentran la de Asturias y Galicia- no se finalizan antes del cierre de este ejercicio, algo que parece altamente improbable. 

Pero también hay otros territorios que tampoco han tenido suerte en el reparto de la alta velocidad. Es el caso de Extremadura, en el que, según palabras de expertos del sector e incluso de los propios viajeros, "el tren es una vergüenza", y así se ha visto con los continuos incidentes que ha sufrido. Con la casi totalidad de los trayectos sin electrificar, la llegada de la alta velocidad es casi una utopía y la red que debería unir Madrid con Extremadura y llegar hasta la frontera con Portugal "ni está, ni se la espera". 

Siguiendo con las líneas ferroviarias y en el norte de la península, resulta especialmente llamativo el caso de la denominada 'Y' vasca. La unión de Vitoria con Bilbao y San Sebastián, llegando hasta la frontera con Francia, es también un proyecto inacabado y que sale a relucir en cada campaña electoral. Más de 700 millones de euros para unas obras cuya fecha de fin se espera para 2023.

También es importante el Corredor Mediterráneo, una doble vía de alta velocidad que discurrirá desde la frontera francesa hasta Algeciras, uniendo ciudades como Barcelona, Valencia, Alicante, Murcia y Málaga y conectándolas a su vez con el resto de Europa. Con apenas seis tramos en servicio, hay otros ocho en obras o fase de proyecto, e incluso se ha creado una plataforma de recogida de firmas para que se termine, de una vez por todas, esta faraónica propuesta. 

Viajando hasta las Islas Canarias, en concreto en Gran Canaria, hay otro gran proyecto que se ha quedado en papel mojado. El fin de esta obra es unir el núcleo turístico por excelencia, Maspalomas, con la capital, Las Palmas y todo con el objetivo de descongestionar la única vía que circula por la isla y en la que cada día se viven importantes atascos. Unos 1.800 millones de euros de presupuesto que la harían realidad en 2015, pero que hoy, cuatro años después siguen sin ponerse en marcha. 

Las carreteras

Más allá del ferrocarril, las autopistas también han sido objeto de debate alrededor de la campaña electoral. Dejando de lado desdobles, arreglos y aumentos de carril, la construcción desde cero de una vía que comunica dos capitales de provincia -Cuenca y Albacete- es una de las que más llama la atención. Esta vía, proyectada hace años, ha sufrido innumerables cambios pero aún no tiene fecha de entrada en servicio. 

En total, y según Seopán -la patronal de las constructoras- se estima que el déficit de inversión en infraestructuras en nuestro país alcanza los 92.000 millones de euros. De ellos, unos 38.000 millones estarían relacionados con la movilidad y la accesibilidad urbana y otros 46.000 millones más con la interurbana. La mayor parte de esta cantidad se ha acumulado como consecuencia de la caída de la inversión desde la crisis. Mientras otras partidas, como las de salud, educación y seguridad social, cayeron levemente y fueron recuperándose poco a poco, la dedicada a infraestructuras sufrió un desplome del que aún no ha conseguido recuperarse. 

Ahora, queda por ver si en los próximos cuatro años -con los gobiernos regionales que salgan de las urnas de este domingo y el central que se forme próximamente, estas históricas obras inacabadas llegan a su fin o si, por el contrario, siguen guardadas en un cajón 'sine die'. 

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