La incertidumbre sigue al alza

El IPC, el consumo y el BCE tiñen de negro los planes económicos de Calviño

Distintos organismos advierten al Gobierno de que las medidas aprobadas para contener los precios no están teniendo los efectos esperados. La subida de tipos del BCE endurecerá las condiciones financieras.

Pedro Sánchez, Nadia Calviño, Yolanda Díaz
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a las vicepresidentas Nadia Calviño y Yolanda Díaz.
Europa Press

"Los riesgos son muchos, considerables y a la baja". Así resumía este viernes el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, el escenario que rodea las perspectivas económicas que acaba de presentar el organismo. El dato más reciente del índice de precios al consumo (IPC) muestra que la inflación repuntó en mayo hasta el 8,7%. Incluso con las medidas aprobadas por el Gobierno, los carburantes siguieron subiendo de precio y la compra en el supermercado fue aún más cara. Las perspectivas son de una inflación que perdurará durante más tiempo del previsto y que hará que los españoles puedan comprar menos con el mismo dinero. Además, la subida de tipos de interés que el Banco Central Europeo (BCE) acometerá en julio endurecerá las condiciones financieras, primero para los bancos y estos, a su vez, para los hogares y las empresas.

El Gobierno estaba convencido de que la inflación había tocado techo en marzo, cuando el IPC subió hasta el 9,8%. Desde ahí, Moncloa contaba con que el índice iniciara un descenso, pero mayo ha roto esa expectativa y ha marcado un nuevo repunte. "Todos los analistas seguimos revisando al alza nuestras previsiones", apuntaba Gavilán. El Banco de España cree que la inflación media será del 7,2% este año y que el tope al gas que entrará en vigor la próxima semana solo contribuirá a rebajar medio punto el IPC. Pero el supervisor pone el foco en la alimentación y señala, en su último informe que en el primer trimestre del próximo año, los precios de los alimentos seguirán aumentando alrededor de un 3%. Por ello, estima que la inflación subyacente se mantendrá por encima del nivel de estabilidad de precios que marca el BCE a lo largo de todo el año que viene y el siguiente.

También la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha puesto el foco sobre la inflación, con una expectativa del 8,1% para este año y de casi el 5% para el próximo. Esta situación no es un problema únicamente para España, y este no es un argumento de Moncloa, que también, sino del Banco de España. Los cuellos de botella y la escalada de los precios energéticos han llevado a registrar tasas de inflación que no se veían en varias décadas en la mayoría de economías mundiales. En esto se apoya la vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño, que defiende que "hay más de diez países europeos que están por encima de España en términos de inflación". El Ejecutivo ha anunciado la prórroga de las medidas contra el impacto económico de la guerra de Ucrania, pero a tenor de los datos de mayo y aunque Calviño asegura que las iniciativas "funcionan", parece necesario más apoyo económico para los hogares vulnerables.

Moncloa mantiene su apuesta por el segundo semestre del año como los meses en los que se va a producir un mayor crecimiento económico, en esto coincide con el resto de instituciones económicas. En la segunda parte del año, el Gobierno espera lanzar convocatorias del Plan de Recuperación por valor de 11.000 millones de euros. El año comenzó con un crecimiento de apenas tres décimas y con una caída inesperada del consumo privado. Ahora, el Banco de España pronostica un avance ligeramente más favorable en el segundo trimestre del año, del 0,4%. No obstante, las previsiones de crecimiento para el conjunto de 2022 se han revisado a la baja desde la Moncloa hasta Bruselas. La Comisión Europea es la más pesimista y contempla un crecimiento del 4% para este año, el BdE lo sitúa en el 4,1% y el Gobierno considera que crecerá un 4,3%.

La reactivación económica de los sectores más afectados por la pandemia está impulsando el crecimiento del PIB en lo que va de año. La Semana Santa superó las expectativas del sector turístico y tanto el Banco de España como el Gobierno esperan que la llegada de turistas extranjeros a nuestro país consolide la recuperación de la hostelería, los alojamientos y la restauración este verano. Con todo, aunque Calviño defendió en la presentación del Programa de Estabilidad que la mayoría de indicadores ya daban por recuperado el nivel económico previo a la pandemia, tanto el BdE como la Comisión Europea consideran que esto no se producirá hasta finales de 2023. El Ejecutivo confía en que el consumo privado aporte casi la mitad del crecimiento al PIB, pero la inflación podría desmontar estos planes. Los cálculos del BdE son que el consumo crecerá un 1,4%, tres puntos menos que el pasado año y mucho menos de lo que estima el equipo económico del Gobierno (4%).

En el ámbito laboral, el crecimiento del empleo es una realidad. El pasado mes, España bajó de los tres millones de parados por primera vez desde la crisis financiera. Los afiliados a la Seguridad Social crecen por encima de los 20 millones por primera vez en la historia. El Gobierno se ha puesto la meta de reducir el desempleo al 10% en 2025, para ello, espera que el descenso sea hasta el 12,8% este año hasta el 11,7% en 2023 y al 10,6% en 2024. Tanto la Comisión Europea como el Banco de España son más moderados y creen que, aunque el paro descenderá en los próximos dos años, seguirá en el entorno del 13%. Sin embargo, el aumento de los cotizantes no irá de la mano del crecimiento del consumo, que se prevé más intenso en 2023, pese a que el empleo medido en horas crecerá entonces solo un 1,5%, frente al 4,6% de este ejercicio.

Tipos de interés, deuda y déficit

El endurecimiento de las condiciones de financiación derivado de la subida de tipos de interés también tendrá consecuencias para las empresas y los hogares. El Banco de España no descarta que el incremento del euríbor a 12 meses se traslade al coste de la financiación para operaciones empresariales de hasta un millón o incluso a partir de esa cuantía. El supervisor subraya que las condiciones de financiación "podrían experimentar un tensionamiento adicional en el futuro más próximo, lo que podría incidir negativamente en el grado de dinamismo de la actividad". Sobre el coste que la subida de tipos tendrá para las arcas públicas, Calviño ha subrayado que desde el Tesoro se ha "aprovechado este periodo de tipos de interés favorables para alargar la duración de la deuda y bajar el tipo de interés medio y, por tanto, nuestras condiciones de financiación actuales son más favorables que antes de la pandemia".

España deberá hacer frente al escenario que plantean el conflicto de Ucrania, los problemas en las cadenas de suministro, el tensionamiento de los precios y ahora también a la crisis de Argelia, con unos niveles de deuda y déficit más abultados que los previos a la pandemia. Si bien la buena evolución del empleo y de la recaudación tributaria allanan el camino para la reducción del déficit, la deuda no correrá la misma suerte, según las previsiones de la Comisión Europea, del Fondo Monetario Internacional (FMI) o del Banco de España. Las instituciones económicas reiteran la necesidad de aprobar una senda de consolidación fiscal a medio plazo que reconduzca las finanzas públicas. Para el futuro más inmediato, las mismas instituciones piden al Gobierno que proteja a los más vulnerables con medidas temporales y bien dirigidas a este colectivo.

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