Tras descender del 9,8% en marzo al 8,3% en el mes de abril, los precios vuelven a subir ligeramente en mayo. El índice de precios al consumo (IPC) en tasa interanual marca el 8,7%, un día antes de que termine el mes, en el dato avanzado por el Instituto Nacional de Estadística. Pese a los descuentos a los carburantes aprobados por el Gobierno y, en algunos casos, ampliados por las gasolineras, los precios de los combustibles vuelven a subir. También lo hacen los de la alimentación y bebidas no alcohólicas.
En el lado contrario, el INE advierte un abaratamiento de los precios de la electricidad, igual que en abril, que presionan al IPC a la baja. No obstante, entre el pasado mes y el actual, el IPC crece un 0,8%, en la misma proporción que lo hizo entre enero y febrero de este año. Los datos publicados este lunes son provisionales hasta que Estadística haga públicas las cifras definitivas a mediados del próximo mes.
El incremento de precio las materias primas y de los costes de producción están presionando al alza los precios y las medidas puestas en marcha por el Ejecutivo tienen un impacto muy limitado, según muestran los datos de Estadística. No obstante, fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos señalan que "la próxima entrada en vigor de la limitación de los precios de la electricidad en el mercado mayorista proporcionará un seguro adicional ante posibles alzas del precio de la energía en los mercados internacionales".
Por otra parte, la inflación subyacente -que excluye productos energéticos y alimentos no elaborados del cómputo total- sigue su escalada y crece en medio punto con respecto al mes anterior. En el mes de mayo, se sitúa en el 4,9%, lejos del 2% que marca la estabilidad de precios, según el Banco Central Europeo (BCE). Si se confirma este dato, sería el más alto desde 1995, según el INE.
La previsión, tanto del Gobierno como de instituciones económicas, es que la inflación comience a rebajarse en la segunda mitad del año. No obstante, el departamento de Calviño no descarta "oscilaciones durante los meses de verano, derivados de posibles efectos base, y teniendo en cuenta la alta incertidumbre derivada del contexto económico global". Cabe recordar que la crisis energética que ha agravado la invasión de Ucrania empezó a desatarse durante el pasado verano, cuando los precios de la electricidad ya batían récords.
Moncloa estudia prorrogar las medidas que incluía el plan de respuesta a la guerra y que pasan por el descuento a los combustibles, las rebajas fiscales ligadas a la electricidad o el tope a la revalorización de los alquileres. No obstante, la evolución de los precios de los carburantes ya se comen parte del descuento aprobado por el Ejecutivo. Además, el tope al gas, la iniciativa más ambiciosa dentro del paquete de medidas sigue sin entrar en vigor, a la espera de la aprobación definitiva de Bruselas.
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