Irán trabaja en el seno del Consejo de Seguridad para evitar las sanciones

  • Teherán.- El régimen iraní se ha embarcado en una campaña diplomática en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU cuyo objetivo es tratar de desactivar la nueva batería de sanciones en la que trabaja Estados Unidos para castigar las sospechas que levanta su programa nuclear.

La unidad entre Oriente y Occidente no podrá con Irán, advierte Ahmadineyad
La unidad entre Oriente y Occidente no podrá con Irán, advierte Ahmadineyad

Teherán.- El régimen iraní se ha embarcado en una campaña diplomática en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU cuyo objetivo es tratar de desactivar la nueva batería de sanciones en la que trabaja Estados Unidos para castigar las sospechas que levanta su programa nuclear.

La iniciativa arrancó el pasado 17 de abril en Teherán, en el marco de la conferencia internacional sobre desarme atómico organizada por el Gobierno persa.

Irán aprovechó el foro para recordar que el Ejército estadounidense es el único que ha utilizado armas nucleares y pidió la formación de un "grupo independiente, con plenos poderes de la Asamblea de la ONU" encargado de dirigir el desarme atómico mundial.

Exigió, asimismo, una reforma del Consejo de Seguridad y enmendar algunas cláusulas del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNPN).

Desde entonces, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, ha viajado a Uganda, y su ministro de Asuntos Exteriores, Manoucher Mottaki, a Bosnia, ambos miembros no permanentes del citado Consejo de Seguridad.

En Sarajevo, Mottaki afirmó que "el Consejo de Seguridad debe democratizarse más y permitir que todos los países, piensen, analicen y toman las decisiones en base a sus propias reflexiones".

Además, hasta Teherán han viajado en estas dos semanas los jefes de la diplomacia de Brasil, Celso Amorim, y de Turquía, Ahmet Davutoglu, que también ocupan silla rotatoria en el órgano de la ONU.

Ambos han enarbolado en los últimos tiempos la bandera del diálogo como solución al conflicto con Irán, país al que gran parte de la comunidad internacional acusa de ocultar un programa nuclear con fines bélicos.

El objetivo, como subrayó Motakki durante el foro de desarme, es lograr que el pulso atómico sea abordado por los quince miembros del Consejo de Seguridad y no solo por los cinco que tienen derecho a veto.

De estos últimos, solo China parece reticente a aplicar nuevas sanciones a la República Islámica, ya que incluso Rusia se sumó esta semana a la iniciativa que defienden EEUU, el Reino Unido y Francia.

Precisamente, ese derecho a veto, criticado por una serie de países emergentes, es una de las instrumentos elegidos por Irán para tratar de atraer aliados.

La semana pasada, un día antes de recibir a Amorim, el presidente iraní definió el veto como "una herramienta diabólica" al servicio de la opresión.

Amorim quiso dejar claro que esta cuestión quedó al margen del diálogo bilateral con la República Islámica, ya que en su opinión se debe discutir en el seno de la propia ONU, pero no ocultó que su país también es partidario de una reforma.

"No he tenido una discusión reciente con las autoridades iraníes a este respecto, pero la postura es que el Consejo de Seguridad debe ser reformado", afirmó durante un encuentro con agencias de noticias extranjeras acreditadas en Irán.

Amorín, quiso dejar claro, no obstante, que la prioridad ahora es solucionar el conflicto nuclear iraní.

En este sentido, el jefe de la diplomacia brasileña pareció echarle un capote al régimen iraní al sugerir que deben ser otros países los que puedan bajar también al ruedo.

"Deje que le de mi opinión, igual los iraníes tienen la suya. ¿Por que el 5+1? Olvidemos Brasil. ¿Por qué un país europeo puede entender mejor a Irán que Turquía? Parece que siempre ha sido: Occidente resuelve los problemas, aceptamos a Rusia y China pues son miembros permanentes pero ningún otro. No creo que sea bueno", dijo.

Amorim sostuvo su argumento en las transformaciones económicas que se han producido en el mundo en los últimos años.

"La economía ha cambiado, es evidente para cualquiera. El G-20 ha reemplazado al G-8, no creo que mismo ocurra en el Consejo de Seguridad, pero algo similar debe ocurrir en el Consejo de Seguridad", explicó.

En una senda similar, aunque más belicosa, Ahmadineyad reitera desde hace meses que la sociedad capitalista ha muerto y la era de "los países que acosan" ha fenecido.

Analistas y diplomáticos coinciden en señalar que es un tema que aún no está sobre el tapete, y que más allá del deseo compartido de reforma en la arena internacional, existen grandes diferencias entre Irán y otros estados.

Pero destacan, asimismo, que a varios países emergentes les place ver a resguardo como el régimen iraní critica abiertamente y con dureza una cuestión como la del veto, que también quieren ver desaparecer.

Y advierten que ha logrado desviar parte del debate hacía la cuestión de quien tiene el derecho a controlar el desarrollo nuclear, que encuentra apoyos entre ciertos, país, en particular aquellos que critican el arsenal atómico israelí.

En este entorno, la próxima parada será la reunión sobre el TNPN que se celebra la semana entrante en Nueva York y en la que Irán ya ha anunciado su presencia.

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