Javier Aja
Dublín, 10 dic.- Un año después de abandonar el rescate de la Unión Europea (UE) y el FMI, la economía de Irlanda continúa dando señales de sólido crecimiento, si bien la inestabilidad de la zona euro es vista como una amenaza para su recuperación.
Para una economía tan globalizada como la irlandesa, muy expuesta a los vaivenes de los mercados internacionales, los últimos doce meses, de pobre crecimiento entre sus socios de la moneda única, han supuesto una prueba de fuego para el Gobierno de Dublín, que, por su parte, asegura que la ha superado con nota.
Así lo reflejan, al menos, los números, casi todos positivos desde que Irlanda puso fin el 15 de diciembre de 2013 al programa de ayuda solicitado tres años antes a la UE y al Fondo Monetario Internacional (FMI), un rescate valorado en 85.000 millones de euros.
Fuera ya del tutelaje internacional, el ministro irlandés de Finanzas, el conservador Michael Noonan, fijó entonces el objetivo de acudir a los mercados de deuda para buscar fuentes de financiación alternativas a las del rescate a intereses razonables y evaluar el grado de confianza de los inversores extranjeros en el futuro de su economía.
En ese contexto, el Ejecutivo de coalición entre democristianos y laboristas recaudó en enero 3.750 millones de euros a un interés del 3,54 % con una emisión de bonos de deuda con vencimiento en 2024, la primera a largo plazo desde 2009, cuando se le cerraron los mercados ante la evidencia de la quiebra de su sistema bancario.
El Gobierno, a través de la Agencia Nacional de Gestión del Tesoro (NTMA), continuó en los meses siguientes ingresando cantidades menores con deuda de vencimiento a corto plazo, hasta que ésta se le ha quedado pequeña.
El pasado 20 de noviembre, la NTMA subastó letras a seis meses por un valor de 500 millones de euros a cambio de un interés del 0,044 %, con una demanda que superó de nuevo la oferta, pues se solicitaron 1.875 millones de euros, casi cuatro veces más de lo subastado.
No obstante, la NTMA se vio obligada a extender el plazo de vencimiento de su deuda a corto plazo a seis meses después de que el pasado septiembre captara otros 500 millones de euros con la emisión de bonos a tres meses a un interés del 0 %.
También se alcanzó una cifra récord cuando a principios de noviembre se captaron 3.750 millones de euros a un interés del 2,487 %, con una subasta de bonos a 15 años, en la primera emisión de este tipo de deuda desde hace siete años.
A este respecto, el primer ministro irlandés, Enda Kenny, ha señalado que el país ya está en condiciones de devolver antes del plazo fijado el préstamo de 23.550 millones de euros concedido por el FMI en el rescate, lo que podría representar un ahorro de unos 1.500 millones de euros.
Con las necesidades de financiación cubiertas para 2015, el líder conservador irlandés puede presumir también de que, después de años de austeridad y sacrificios de la ciudadanía, las cuentas públicas están relativamente saneadas.
La Comisión Europea (CE) ha constatado que los planes presupuestarios de Irlanda cumplen estrictamente con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, lo que sugiere que Dublín llegará a situar su déficit público por debajo del 3 % del producto interior bruto (PIB) el próximo año, tal y como exige Bruselas.
Frente al optimismo moderado de Dublín, se sitúa el riesgo de un largo estancamiento en la zona euro, según han alertado organismos internacionales que, ante las expectativas de una muy baja inflación en los dos próximos años, prevén rebajas de hasta medio punto del PIB en 2015 y un punto en 2016.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha calculado que la economía de los países de la moneda única crecerá un 0,8 % este año, un 1,1 % en 2015 y un 1,7 % en 2016, al tiempo que no descarta el riesgo de deflación.
Ese es el escenario temido por el Gobierno de Irlanda, cuyo Banco Central estima que el PIB crecerá un 4,5 % en 2014, casi el doble de lo pronosticado hace apenas seis meses, y un 3,4 % al año siguiente.
Entre los asuntos pendientes, la troika comunitaria que supervisa la marcha de la economía irlandesa ha advertido a Dublín de que debe hacer más esfuerzos para reducir el desempleo, que cayó hasta el 11,1 % en el tercer trimestre del año, su cifra más baja desde 2012.
Asimismo, los inspectores quieren que el Gobierno insista en las medidas encaminadas a hacer frente a los problemas de deuda que presentan algunos préstamos para pymes e hipotecas, lo que debería incluir también a los préstamos comerciales e inmobiliarios.
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