Bruselas no se moja

La izquierda europea carga contra las nuevas terminales de GNL en Alemania

Construyó en tiempo récord su primera instalación en el puerto de Wilhelmshaven gracias a las excepciones de permisos y a la supresión de las evaluaciones ambientales, lo que ha levantado ampollas entre eurodiputados.

Primera terminal de GNL de Alemania en Wilhelmshaven.
La izquierda europea carga contra las nuevas terminales de GNL en Alemania
dpa vía Europa Press

El plan de Alemania para no depender del gas ruso está levantando ampollas entre algunos eurodiputados. El país germano se ha lanzado a la construcción de terminales de gas natural licuado (GNL) y la forma en la que lo está haciendo no gusta a la izquierda europea. En concreto, Helmut Scholz (del grupo La Izquierda) ha pedido explicaciones a la Comisión Europea ante la idea del Gobierno alemán de levantar una nueva instalación frente a la isla de Rügen y otros lugares del Mar Báltico. 

En concreto, Alemania inauguró su primera instalación flotante de GNL en diciembre (con gas importado desde España) en el puerto de Wilhelmshaven, cerca de Bremen, tras construirla en tiempo récord gracias a las excepciones de permisos y a la supresión de las evaluaciones ambientales. Se levantó en 200 días desde el diseño hasta la puesta en marcha e implicó la colocación de 26 kilómetros de gasoducto. El canciller alemán, Olaf Scholz, dijo que esta solo constituía el primer paso de una estrategia para la seguridad energética que continuaría con la instalación de nuevas terminales de GNL en Lubmin, Brunsbüttel y en Stade. "Para finales del 2024, la capacidad de importación de gas debe superar los 30.000 millones de metros cúbicos, que es más de la mitad de la cantidad de gas que pasó por gasoductos de Rusia a Alemania el año pasado", aseguró.

En este sentido, en menos de un mes estrenó la segunda en Lubmin, en el Mar Báltico. La tercera, la terminal flotante Hoegh Gannet se sitúa en el puerto de Elbehafen en Brunsbüttel, en la desembocadura del río Elba y cerca de la ciudad de Hamburgo. La empresa gallega Reganosa ha sido la elegida por RWE para operarla y mantenerla. Además, según recoge la agencia alemana DPA, ya han comenzado los primeros trabajos para la construcción de otras dos terminales de GNL al este de la isla Rügen. No obstante, se trata de "trabajos meramente exploratorios" que han sido aprobados por la Autoridad de Navegación y Vías Navegables del Mar Báltico, según un portavoz de la compañía energética RWE, encargada del trabajo. 

Bajo este escenario, a través de una pregunta parlamentaria, consultada por La Información, Helmut Scholz cuestiona a la Comisión que si se ha informado al Ejecutivo comunitario de las razones para conceder la exención de llevar a cabo una evaluación de impacto ambiental para dicho proyecto y que cuál es su postura al respecto, teniendo en cuenta que distintos informes señalan que son innecesarias más construcciones. El eurodiputado cita el informe más reciente del regulador energético alemán, la 'Federal Network Agency', que asegura que el suministro de gas en el país es estable. El comisario europeo de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevičius, responde que las autoridades alemanas han informado a la Comisión de su intención de eximir del procedimiento de impacto ambiental para una instalación flotante de almacenamiento y regasificación de GNL en Lubmin, sin hacer mención al proyecto de Rügen.

Direcrtiva europea

Sinkevičius señala que, de acuerdo con el artículo 2 (4) de la Directiva de Evaluación de Impacto Ambiental, "en casos excepcionales", los Estados miembros podrán exceptuar de la aplicación de lo dispuesto en la disposición normativa a todo o parte de un proyecto específico. En tal caso, los Estados miembros deben examinar la conveniencia de otra forma de evaluación y pondrán a disposición del público afectado la información recogida relativa a la decisión sobre dicha excepción y las razones por las cuales ha sido concedida. Los países también tienen que informar a la Comisión, previamente a la concesión de la autorización, sobre los motivos que justifican la exención concedida.

Asimismo, el comisario de Medio Ambiente subraya que, "sin perjuicio del papel de la Comisión como encargada de asegurarse de que los Estados miembro apliquen correctamente la legislación de la Unión Europea, los países "son los principales responsables" de garantizar el cumplimiento de la normativa. Más allá de Alemania, un estudio del Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA) advierte de que más de la mitad de la capacidad europea de importación de GNL podría quedar inservible en 2030. En su opinión, los planes actuales de construcción de instalaciones superará "con creces" la demanda prevista de GNL para finales de década.

El estudio recalca que la capacidad de las terminales europeas de GNL podría superar los 400.000 millones de metros cúbicos en 2030, frente a los 270.000 millones de metros cúbicos de finales de 2022. Sin embargo, IEEFA indica que la demanda de GNL para 2030 se situará alrededor de 150.000 millones de metros cúbicos. Por su parte, S&P Global Commodity Insight prevé 190.000 millones de metros cúbicos. España, Turquía, Reino Unido, Francia, Italia y Alemania son los países con mayor riesgo de tener activos abandonados, según el análisis. "Se trata de la póliza de seguro más cara e innecesaria del mundo. Europa debe equilibrar cuidadosamente sus sistemas de gas y GNL, y evitar inclinar la balanza de la fiabilidad a la redundancia", apunta la autora del informe y analista de energía de IEEFA Europa, Ana María Jaller.

El territorio nacional posee casi el 30% de la capacidad de regasificación de Europa. Enagás, operador del sistema gasista español, tiene plantas de regasificación en Barcelona, Cartagena y Huelva. Además, cuenta con el 50% de la Planta Bahía Bizkaia Gas (BBG), en Bilbao, y el 72,5% de la terminal de Saggas, en Sagunto. Por su parte, la de El Musel (Gijón), que nunca ha llegado a operar desde su construcción, ha recibido también el visto bueno del Gobierno para su puesta en marcha.

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