Japón revisa a la baja su PIB entre dudas sobre el ritmo de recuperación

  • Japón revisó hoy drásticamente a la baja su estimación del Producto Interior Bruto (PIB) entre abril y junio y situó la contracción en un 2,1 por ciento interanual, en un dato que refleja la difícil recuperación del país tras el desastre nuclear de marzo.

Tokio, 9 sep.- Japón revisó hoy drásticamente a la baja su estimación del Producto Interior Bruto (PIB) entre abril y junio y situó la contracción en un 2,1 por ciento interanual, en un dato que refleja la difícil recuperación del país tras el desastre nuclear de marzo.

La estimación preliminar del Ejecutivo, publicada en agosto, anunciaba una contracción del Producto Interior Bruto (PIB) del 1,3 por ciento, pero el dato revisado supone un revés que constata el retroceso por tercer trimestre consecutivo de la economía nipona, técnicamente en recesión.

Los analistas atribuyen la revisión al tremendo impacto de la tragedia de marzo, de la que el domingo se cumplen seis meses y que se tradujo en una caída de la inversión empresarial del 0,9 por ciento en el segundo trimestre.

Ello contrasta con el informe preliminar, que apuntaba a que, pese al terremoto, la inversión de capital había crecido un 0,2 por ciento.

Respecto al trimestre precedente, el PIB nipón se contrajo un 0,5 por ciento, dos décimas más de lo esperado, mientras que en términos nominales el descenso fue del 6 por ciento interanual (tres décimas más del dato preliminar) y del 1,5 por ciento trimestral (una décima más).

La caída se vio sin embargo suavizada por un incremento de la inversión pública del 4,3 por ciento en el segundo trimestre, por encima del 3 por ciento anunciado inicialmente, como consecuencia del gasto para la reconstrucción del noreste del país.

Con la revisión del PIB a la baja y la reciente publicación de los pedidos de maquinaria de julio, que cayeron un 8,2 por ciento, Japón cierra una semana preocupante para sus principales inversores.

Los datos muestran un escenario nada halagüeño para las empresas privadas, perjudicadas por la crisis global y la fortaleza del yen respecto al dólar y al euro, que perjudica a los exportadores, un pilar que sustenta el 40 por ciento de la economía nipona.

Pese a este complejo panorama, los analistas muestran cierto optimismo con vistas a los próximos trimestres, cuando se prevé que la inyección que supone la reconstrucción de las zonas devastadas por la catástrofe haga crecer la demanda.

Se espera que el Gobierno nipón invierta más de 10 billones de yenes (unos 92.800 millones de euros) para acelerar la rehabilitación de las áreas arrasadas, algo que tendría un impacto positivo en el PIB.

Además, los expertos señalan que la cautela en la que actualmente se escudan las empresas podría dejar paso en un futuro a una actitud más optimista que se materialice en un fuerte repunte de sus inversiones.

"El espacio para la recuperación (de las inversiones) es extremadamente grande", asegura la casa de valores SMBC Nikko Securities en un informe que recoge hoy la agencia local Kyodo.

"Esperamos que la economía japonesa emprenda una senda de recuperación firme, ya que en el segundo trimestre de este año fiscal (que termina en marzo de 2012) emergerá con toda su fuerza la demanda para la reconstrucción", indicó por su parte Mitsumaru Kumagai, del Instituto de Investigación Daiwa.

Los analistas no descartan que en los próximos trimestres el PIB sea positivo, mientras las empresas que vieron golpeada su producción por el terremoto podrían recuperar su ritmo antes de lo previsto pese a que, en plena crisis nuclear, han tenido que afrontar un verano de ahorro energético.

Gigantes del motor como Toyota, Nissan y Honda se han visto obligados a tomar medidas para cambiar los turnos de producción para hacer frente a las restricciones energéticas, que se aplicaron desde el 1 de julio y llegaron hoy a su fin.

La cuestión energética es otra de las sombras que planean sobre la recuperación nipona, ya que actualmente tan solo once de los 54 reactores nucleares del archipiélago se encuentran en funcionamiento, mientras el resto, casi el 80 por ciento, están paralizados por precaución y revisiones.

La costosa reconstrucción supone un nuevo peso para la ya abultada deuda pública de Japón, la mayor de un país industrializado y que se espera alcance este año el 230 por ciento del PIB.

El nuevo primer ministro de Japón, Yoshihiko Noda, que llegó al poder hace una semana, defiende la disciplina fiscal y una subida impositiva para cubrir los gastos de la reconstrucción y evitar así que la deuda se dispare aún más, algo a lo que sin embargo es contraria la oposición e incluso una parte del partido gobernante.

No obstante, se considera inevitable que una parte se tenga que sufragar con deuda, algo para lo que hace dos semanas el Parlamento aprobó una ley que regula la emisión de bonos destinados a cubrir el déficit presupuestario del país.

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