Habrá un parón hasta el verano

Tragedia de Zaldibar: Joaquín y Alberto seguirán sepultados varios meses más

  • Las familias de los dos trabajadores desaparecidos anhelan "cerrar el duelo", pero advierten que "alguien tendrá que pagar por las muertes"
Zaldibar
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Fue hace tres meses ya. El pasado 6 de febrero el vertedero de la empresa Verter Recycling en Zaldibar (Vizcaya) se derrumbó sepultando los cuerpos de dos trabajadores, Joaquín Beltrán y Alberto Sololuze, bajo millones de toneladas de tierra y residuos industriales. Hoy, más de noventa días después de la tragedia, sus cuerpos siguen sin ser encontrados. Dos familias sepultadas por la tragedia y, dicen fuentes de estas dos familias, "mucho silencio institucional, falta de gestión y de empatía" por parte del ejecutivo presidido por Íñigo Urkullu. Y lo peor es que la situación se va a alargar varios meses más. Hasta verano, como mínimo.

"Nuestro único objetivo es que se encuentre a Alberto y a Joaquín", explica el hermano de éste, 'Txisko', "y se va a conseguir". Así, "cerraremos el duelo", sentencia. Pero advierte: "Las muertes de Alberto y mi hermano no tienen que quedar en vano. Alguno tiene que pagar por ello"

Mientras, el Gobierno vasco afirma que se ha gastado ya 9 millones de euros en los trabajos de estabilización y cribado del vertedero y en las labores de búsqueda de los cuerpos de los dos trabajadores y ha encargado una auditoria externa para examinar la gestión del vertedero por parte de la empresa. Además, el portavoz del ejecutivo de coalición PNV-PSOE, Josu Erkoreka (PNV), dice que el mayor problema político que sufre estos días Euskadi es encontrar fecha para las elecciones, aplazadas por la crisis del coronavirus, mientras que el consejero de Medio Ambiente, Iñaki Arriola, considera que "nuestra actuación en Zaldibar no tiene tacha".

A la vez, este pasado 6 de mayo, miles de vecinos de los municipios colindantes al vertedero, Zaldibar, Eibar, Ermua, Elgeta, Mallabia, Zalla y Markina-Xemein, secundaron el llamamiento de la plataforma Zaldibar Argitu (Aclarar Zaldibar) e hicieron ofrendas florales en recuerdo de los dos trabajadores para, ya por la noche, llevar a cabo una sonora cacerolada desde sus balcones exigiendo responsabilidades políticas por lo sucedido. 

Hace tres meses, el derrumbe del vertedero de Zaldibar, que recibía materiales de construcción, restos siderúrgicos y lodos de papeleras, abrió una crisis medioambiental y política en Euskadi, en plena precampaña electoral. Hoy, se han suspendido las elecciones y la crisis es sanitaria y económica por la Covid-19 y, aunque los trabajos siguen en el vertedero para encontrar a los dos operarios, la tragedia, pese al recuerdo de estos días al cumplirse los tres meses del derrumbe, parece haber caído, en cierto modo, en el olvido. Aunque hay dos familias, que ni perdonan ni olvidan.

Como una macabra premonición, a mediados de febrero, los habitantes de la zona se manifestaban por el derrumbe y lo hacían con mascarillas (en una imagen que entonces nos sorprendía a todos) por la mala calidad del aire, repleto de dioxinas y furanos por los incendios causados por el derrumbe. Los patios de los colegios de la zona estaban vacíos y se suspendía el derby guipuzcoano de LaLiga entre el Eibar y la Real Sociedad. Mascarillas, muertos, colegios vacíos y sin fútbol... Una situación que, debido a la pandemia que sufrimos, se ha extendido por toda España y la mayor parte del mundo.

Los trabajos para encontrar a Joaquín y a Alberto se ralentizaron el sábado 14 de marzo al decretarse el estado de alerta, pero días después se autorizó para que siguieran a pleno rendimiento.  Hasta el punto de que "la crisis generada por la pandemia y  el confinamiento decretado no ha supuesto un parón en la búsqueda de Joaquín y Alberto", señalan a La Información fuentes familiares de los desaparecidos, "e incluso se puede decir que es el momento en el que se ha trabajado mejor, a mayor ritmo, porque allí, en le vertedero, están quienes tienen que estar, nadie más".

Primero se vació la parte baja del vertedero y ahora se trabaja principalmente en la zona alta, las denominadas 'zonas calientes', donde se cree que pueden estar los dos cuerpos. Unos trabajos de "descabezamiento" y de estabilización para poder seguir con mayor intensidad con el cribado y vaciado de material.

Sin embargo, la colmatación de la celda construida para depositar los materiales que se extraen de la ladera derrumbada, se estima que está ya saturada al 90%, lo que va a suponer "un parón" en la búsqueda de los cuerpos de Joaquín y Alberto, que dirige el Gobierno vasco, y que fuentes familiares estiman "en unos dos meses". El propio hermano de Joaquín, 'Txisko', que trabajaba junto a su hermano en el vertedero, así lo reconoce: "A día de hoy se trabaja mucho mejor, nos han hecho caso y parece que hay más hincapié en los trabajos de búsqueda, pero ha habido un poco de imprevisión en el tema de los acopios, queda mucho que descabezar todavía y las labores pueden llegar al verano perfectamente".

Desde fuentes próximas a los trabajos de búsqueda se reconoce que hace falta ampliar la celda actual a la que llegan los materiales extraídos o construir otras para seguir trabajando y desde las familias se estima con pesar que si no se encuentran los cuerpos en la zona de la balsa del vertedero, donde se trabaja actualmente,  habrá que esperar varios meses para retomar las labores de búsqueda . "Si no aparecen los cuerpos en esta zona caliente no se podrá empezar a buscarles con garantías en la báscula", zona en la que trabajaba Alberto, "hasta el verano".

Justo cuando se declaró la alerta sanitaria, los familiares de las dos víctimas mantuvieron un tenso encuentro con el lehendakari Urkullu en el que el hermano de Joaquín y la cuñada de éste abandonaron la reunión después de que los familiares tacharan de falsas las informaciones del presidente del ejecutivo vasco sobre la cantidad de tierra removida hasta entonces y acusaran de "lentas" las labores de búsqueda y de que Urkullu les dijera que el problema del derrumbe de la instalación se debía a Verter Recycling, propietaria del vertedero, y a la empresa de Joaquín Beltrán, que se dedicaba a distribuir los residuos que llegaban al vertedero. Las relaciones parecen ahora haberse reconducido: "El objetivo a hora es encontrar los cuerpos", insisten las familias, "y ya llegará la hora de pedir y exigir responsabilidades". "Ahora se ve que se están haciendo cosas", explica Nahia Sololuze, la hija de Alberto.

La crisis sanitaria por la pandemia de la Covid-19 también ha paralizado, desde el 14 de marzo, aunque los interesados creen que en esta etapa de desconfinamniento se acelere y retome,  la instrucción judicial que sobre el accidente se llevaba en un juzgado de Durango (Bizkaia) y en la que estaban personadas las familias, el propio Gobierno vasco y Ekologistak Martxan (Ecologistas en marcha).

Este grupo pretende depurar las responsabilidades penales que se deriven, además de las políticas y administrativas, porque entiende que "los graves hechos ocurridos en el vertedero de Zaldibar, a partir del 6 de febrero, no son casuales o debidos a un imprevisible y fatal accidente. Son consecuencia de una nefasta gestión del vertedero y un deficiente control de su proceso de llenado y funcionamiento" (...) Además de "la realización de trabajos de emergencia y rescate sin equipos y material de seguridad adecuados, durante varias horas, en un vertedero que almacenaba 16.148 toneladas de residuos de construcción con amianto, mezclados con el resto de los residuos, sin ningún tipo de tratamiento previo, aislamiento o separación".

Mientras, durante el confinamiento por la alerta sanitaria, la espera y la incertidumbre se ha hecho aún más dura para las familias de Alberto y Joaquín. "Se nos está haciendo muy largo y muy duro", confiesa Nahia Sololuze. "Con el confinamiento estamos encerrados en casa y tenemos más tiempo para pensar". "Después de tres meses la familia todavía no nos hacemos a la idea de que mi hermano siga ahí enterrado. Es una cosa inexplicable. Es muy duro", dice Txisko Beltrán al borde de la emoción. "Ha sido el cumpleaños de mi sobrino", hijo de Alberto, "ha sido el día de la madre... Yo llego todos los días donde mi cuñada y le digo cómo están las cosas y que no pierda la esperanza porque el objetivo nuestro es econtrarle y se va a conseguir".

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