José Carlos Díez: "Es injusto culpar de la crisis a ZP y el plan E, que sí funcionó"

  • Alerta de la creación de una nueva burbuja inmobiliaria y cree que el gran reto es aumentar el tamaño de las empresas y trabajos de calidad.
Fotografía de José Carlos Diez
Fotografía de José Carlos Diez
EFE

José Carlos Díez, profesor de Economía de la universidad de Alcalá de Henares y presidente de Global Economic Analysis ha sido economista jefe de Intermoney y participado en el Banco de expertos del Banco Central Europeo y de Funcas. Su nombre sonó en la terna de candidatos a ministro de Economía, sobretodo en la era de José Luis Rodríguez Zapatero, aunque él niega haber sido uno de los economistas de cabecera del expresidente, "mi relación fluida con él fue posterior a su Gobierno", explica. Sí que formó parte del equipo que elaboró el programa económico para el PSOE, aunque más próximo a Susana Díaz que a Sánchez. Publica ahora su último libro 'De la indignación a la esperanza' (editorial Plaza&Janés). 

Usted nada a contracorriente. Es de los pocos que defiende la gestión económica de ZP y su plan E, tan denostado.

Sí, es cierto. Lo que yo defiendo es que el 'Plan E' incluyó ayudas al automóvil, al sector hotelero y dio oxígeno a la financiación a las pymes. Pero se hizo la demagogia con el coste de los carteles. En cuanto a ZP es mi forma de provocar, pero culparle, como a Rajoy, de la crisis, junto a las cajas, es injusto. De hecho Zapatero resistió las presiones para un rescate. Se olvida la ley del suelo de Aznar y su política de emitir deuda y dar hipotecas, la burbuja inmobiliaria y de que la bajada de seis puntos en los tipos fue vital para relanzar la economía. Esta es cíclica, también con ZP se tuvieron unos datos de empleo como nunca o superávit.

También parece ir a la contra con su crítica radical a una reforma laboral que aplaude Bruselas y que otros economistas consideran de lo mejor que hizo Rajoy en el Gobierno.

Yo defiendo lo mismo desde 2012, la reforma lo que ha provocado es una devaluación salarial, es un símbolo de la austeridad. Al final era más idóneo lo que luego se hizo, bajar tipos a cero y depreciar el euro. Pero en este país falta ambición empresarial, los beneficios no se reinvierten, van a comprar acciones. Es necesario un marco nuevo de relaciones laborales y flexibilidad en las empresas que pasen por dificultades, pero con salarios dignos. Si no, pasa lo que ha pasado, una reacción de protesta. 

En su libro, aunque habla de esperanza, hace casi una enmienda a la totalidad de la política económica de Rajoy.

No, tampoco es una enmienda total. Pero es cierto que con Rajoy hubo rescate, y su política ha sido no hacer nada a partir de 2013. Un año junto con 2012 desastroso. Pero también hizo cosas bien. El ICO ha funcionado como fondo para la innovación de las empresas. Lo que hay que hacer es pedir más fondos para el Sur, por ejemplo del plan Juncker. España debe crecer en renta y empleo y buscar negocio fuera de Europa.

También es usted muy crítico con Merkel y el papel de Alemania en la crisis con su apuesta por la austeridad y los recortes.

Hay que ser conscientes de que Alemania vivió una hiperinflación. La gente perdió sus ahorros, los precios de las cosas se duplicaban en horas, eso está en su ADN. Se entiende la base emocional, el miedo. Era necesario un ajuste, pero no de esas dimensiones y hay que pagar las deudas, claro, pero si lo que fomentas con las recetas es precariedad, la gente se indigna.

La primera crisis de deuda dice usted que se dio en el siglo VI a.C. en el Templo de Delfos. La unión fiscal y la moneda única fracasaron por falta de gobernanza y no hacer frente a los pagos. Suena actual.

Lo que ha ocurrido en Europa es triste. Se han cambiado las reglas para asegurar a Merkel su supervivencia. Y en cuanto a la inmigración, Europa sabe que tiene una población envejecida y los necesitará, lo que no significa puertas abiertas. Lo que ha demostrado el Banco Central Europeo en esta crisis es que cuando las instituciones actúan de forma correcta, mejoran la vida. No es fácil ejercer el liderazgo en la sociedad de hoy y preservar el prestigio de las instituciones, pero es vital.

Apuesta usted ahora por una subida de salarios que muchos consideran también un 'boomerang' contra el empleo. 

Draghi ha dicho que hay que subir los salarios. Se habla del 2%, tampoco una locura. No olvidemos que el FMI pidió un recorte salarial del 10%. No será posible si las empresas no crecen, sin ambición empresarial. Ahí tenemos a Mercadona, Zara, Antolín... empresas de referencia. Si las empresas con beneficios pagan el salario mínimo...

También prevé una nueva burbuja inmobiliaria.

Es que parece que no hemos aprendido nada. El empleo en el ladrillo crece el doble que en el resto de sectores, los ahorros vuelven a ir allí, la burbuja de las bolsas en EEUU está ahí y las viviendas ya suben mucho más que los salarios. En el sistema financiero no ha cambiado nada y la deuda de las familias ya está por encima de 2007.

Estamos fomentando otra burbuja inmobiliaria

Fotografía de José Carlos Diez
José Carlos DíezEconomista

Vayamos a la esperanza de su libro. Usted cree que en Estado de Bienestar es sostenible.

Sí, pero necesitamos un capital humano más preparado, más preparación tecnológica, más empresas, una apuesta por las renovables y acabar con esos incentivos que carga el diablo. Hay que repartir mejor la riqueza y ser competitivo. No es fácil en un mundo global donde la hija de Trump produce en China. Pero claro, si un Gobierno dice que subirá el IVA al 25% no le vota nadie. En España ya hay una intolerancia a la subida de impuestos, porque eso de decir que solo se le va a subir a los ricos es una mentira. Al final los impuestos que recaudan son el IRPF, las cotizaciones y el IVA. Tampoco creo como se dice que los hijos hoy vivan peor que sus padres. Se nos olvida la reconversión, el paro de esa época... lo que ocurre es que la crisis fue dura y brusca.

Construir la españa del bienestar es posible

Las perlas de 'De la indignación a la esperanza'

Merkel siempre reconoció en privado que si no se hubiera puesto dura con la crisis europea le habría salido un partido de extrema derecha. Tenía razón. Aun así, le ha salido.
Zapatero tuvo un gran error al no nombrar el término crisis y no reconocerla como tal.
Trump es el presidente con más apoyo entre sus votantes des de Bush hijo tras el 11S. Puede volver a ganar. Y no ha inventado los aranceles. Nixon ya los puso.
España era una economía adicta al crédito.
Aznar, Rajoy y su equipo prometieron que su Ley del suelo bajaría el precio de la vivienda. 
Aznar, neocon confeso, creyó y practicó el dogmna del déficit cero. Debería haber practicado una política fiscal prudente y generado superávit para frenar la euforia de gasto de empresas y familias, la euforia financiera y los bajos tipos del BCE.
España incluyó una regla de estabilidad presupuestaria en la Constitución de 2011, setenta y siete años después de Suecia.
Mitterrand erró con su jornada de 35 horas, la nacionalización, el aumento del gasto.. Toda inversión necesita ahorro para financiarla.
Alemania es el principal productor y consumidor de carbón en Europa y eso es un palo en las ruedas para la regulación energética.
Bankia: La crisis que provocó el decreto aprobado por Rajoy y De Guindos fue ocho veces mayor para España que la de Lehman para EEUU. 
Salarios: Su subida  tendrá un impacto menor que la subida del impuesto de sociedades que Rajoy exigió a las empresas en 2016 por 8.000 millones.
Empresas. El gasto en inversión de las empresas privadas en España al finalizar 2017 sigue siendo un 35% inferior al de 2007.
Draghi es el político que más ha hecho por el proyecto europeo desde el comienzo de la crisis en 2007.

 

Mostrar comentarios