Su prestación se sitúa en 2.299

Los funcionarios 'boomers' aumentan la brecha entre jubilados en 900 euros 

Pueden retirarse cinco años antes, a los 60 con 30 años en la Administración, y eso hace que el número de jubilados en Clases Pasivas aumente a un ritmo tres veces mayor que en el Régimen General desde 2018. 

Montero, Díaz y Escrivá, Consejo de Ministros
Los funcionarios 'boomers' aumentan la brecha entre jubilados en 900 euros.
Agencia EFE

La posibilidad de que los funcionarios incluidos en el Régimen de Clases Pasivas pueden retirarse voluntariamente desde los 60 años de edad, siempre que tengan reconocidos 30 años de servicios al Estado, ha hecho que los empleados de la Administración que nacieron entre 1958 y 1977, durante el 'baby boom', lleven al menos cinco años de ventaja a los del Régimen General a la hora de jubilarse. Estos, la mayoría de los trabajadores por cuenta ajena, están obligados a retirarse a partir de los 65, si pueden acreditar 37 años y seis meses de cotización, y empiezan ahora a jubilarse masivamente, aunque algunos ya lo han hecho a los 63 con penalizaciones, que pueden reducir un 21% la pensión.

La última estadística de Clases Pasivas, que recoge la web del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, muestra que el número de pensiones de jubilación de los funcionarios crece a un ritmo casi tres veces mayor que las del Régimen General, que han aumentado en cinco años un 5,9%, pasando de 4,26 millones en diciembre de 2018 a 4,51 millones a febrero de 2020. Esto ha hecho que la masa salarial para pagar estas prestaciones se incremente en este periodo un 26% en el caso de los funcionarios y el 18,6% en el caso de los trabajadores asalariados inscritos en el Régimen General.

Hay que tener en cuenta que en número de pensiones de jubilación en la Función Pública apenas supone un 10% de las que se pagan en el General, 410.093 frente a 4,2 millones. Mientras en este Régimen hay 250.000 jubilados más que hacer cinco años, en el de Clases Pasivas el aumento es de 56.000, que suponen algo más de una sexta parte del total. En referencia a la cuantía de la prestación, también se constata un aumento en la brecha entre pensiones, que ya es de 900 euros. Mientras los jubilados del sector privado han visto como de media su pensión subía un 8,5% desde 2018, hasta alcanzar los 1.398 euros, la de los empleados públicos aumentaba un 11,6%, hasta los 2.299 euros. 

Largas carreras, sueldos que suben todos los años y un blindaje mayor antes las crisis hacen que las pensiones de los funcionarios sean mucho mayores

El Régimen de Clases Pasivas es un sistema en extinción, aunque su desaparición total va a ser muy lenta y el aluvión de jubilaciones de trabajadores públicos de la generación del 'baby boom' en los próximos años será muy importante. La mayoría de los que se ya se han retirado y de los que lo harán a partir de ahora entraron en la Administración en los años 80 y principios de los 90, por el desarrollo del Estado de las autonomías y la mejora del bienestar social en España, y han consolidado largas carreras de cotización frente a las del sector privado, con importantes lagunas que afectan fundamentalmente a las mujeres. Por esta razón, los empleados públicos se jubilan con pensiones mayores que las de los asalariados del sector privado, expuestos a las crisis, a empeoramientos de la condiciones laborales -pueden ver reducidos sus ingresos- y al paro.

Todos los funcionarios de carrera que han entrado en la Administración a partir de 2011 ya están encuadrados en el Régimen General, con las mismas condiciones que el resto de los asalariados y sometidos a una jubilación a los 65 años sin penalización, cinco años más tarde que la prevista para sus compañeros más antiguos, si se han cotizado más de 37 años y seis meses. El año pasado, las competencias sobre Clases Pasivas pasaron del Ministerio de Hacienda -ahora también de Función Pública- al Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Sin embargo, no está previsto en la reforma del sistema de pensiones ningún cambio excepcional en este régimen.

El envejecimiento de la plantilla pública, en la que más de un millón de efectivos -de los 2,6 millones actuales- tiene entre 50 y 59 años y en la que áreas como la Seguridad Social cuentan con trabajadores que de media tienen 56 años, está determinando este aluvión de retiros. Las administraciones perderán hasta 2025 casi 331.000 efectivos tras llegar a la edad de jubilación y cerca de 900.000 en la próxima década, la mayoría funcionarios del 'baby boom'. La Subdirección General de la Gestión de Clases Pasivas, dependiente de la Secretaría de Estado de la Seguridad Social y Pensiones, muestra que la edad media de retiro de los funcionarios se situó en 61,97 años en 202o, casi dos años y medio menos que los trabajadores vinculados a los regímenes de la Seguridad Social. Desde 2018, la edad media de jubilación entre los funcionarios ha subido solo tres meses, una evolución que previsiblemente variará poco tras el espaldarazo de los representantes de PSOE y Partido Popular en la Comisión del Pacto de Toledo a este colectivo y su singular jubilación.

La AGE es con diferencia la administración más envejecida, pero las comunidades, que gestionan la educación, se enfrentarán en breve problema con los profesores, un colectivo en el que además asume un número muy elevado de interinos. Mientras, en el caso de los docentes, el fin de los incentivos -18.000 euros- por retirarse a los 60 con el 100%, que desaparecieron en 2011, ha generado ahora una plantilla con una edad muy elevada y que muchos de estos profesores estén a punto de jubilarse.

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