Mayoritariamente crédito al consumo

Los juicios rápidos por impagos suben a niveles récord desde la crisis financiera

Este tipo de procesos superaron la cota de los 800.000 en 2021 por primera vez desde 2009-2010 y el avance continúa este ejercicio. Cataluña y Aragón son las comunidades con mayor incremento en 2022.

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Los juicios rápidos por impagos suben a niveles récord desde la crisis financiera.
Nerea de Bilbao (Infografía)

Los monitorios, un procedimiento específico en el que particulares y empresas se reclaman facturas impagadas sin límite de cuantía regulado en los artículos 812 y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Civil, se han disparado y retornan a niveles similares a los de la crisis financiera. En 2021, de acuerdo con datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) se registraron 804.686. Fue la primera vez que se rebasaba la cota de los 800.000 desde los fatídicos años de aquel crash económico que se produjo en España entre 2008 y 2014. Los datos, de hecho, se acercaron a los de 2009  (con 856.875) y 2010 (con 895.127), y el récord podría estar en riesgo si atendemos al ritmo de crecimiento que llevamos en 2022.

Así, durante el primer semestre de 2022, estos juicios rápidos crecieron un 10%, hasta los 457.773. Con las perspectivas económicas deteriorándose y la inflación aumentando, el escenario parece proclive a que la cifra continúe ampliándose. Por el momento, las comunidades autónomas donde se registra un aumento más significativo son Cataluña y Aragón, con un incremento del 35,5% y del 12,2% respectivamente. La evolución del empleo será clave para que la situación no se agrave

El punto débil del crédito al consumo

El principal foco de este tipo de juicios rápidos procede de deudas ligadas al consumo. De acuerdo con fuentes cercanas al CGPJ consultadas por La Información, hasta un 80% de los procesos estaría ligado a impagos ligados a los créditos personales (casi el 80% según fuentes cercanas CGPJ), pues son los primeros que se dejan de pagar en el arranque de un ciclo de incremento de la morosidad. El resto corresponden al incumplimiento de créditos hipotecarios y la quiebra de empresas de menor tamaño. En los monitorios, por lo general, se reclaman impagos de pequeña cuantía por cuotas impagadas que irían desde los 500 a los 1.000 euros.

Tanto el sector financiero, como el propio Gobierno de Pedro Sánchez, en pleno debate sobre si la crisis que se atisba en el horizonte puede derivar en algo parecido a la de 2008, defienden que la situación de endeudamiento de las familias es mucho menor que entonces y descartan un golpe similar. De acuerdo con datos del Banco de España, al cierre de septiembre las familias debían unos 693.000 millones, teniendo en cuenta tanto el crédito hipotecario como los préstamos al consumo. Estos últimos, que se considera que cuentan con mayor riesgo de impago, alcanzaban los 178.000 millones. En contraposición, en enero de 2008, la deuda de las familias ascendía a 842.000 millones. 

Sin embargo, en los últimos años sí se ha producido una aceleración de la concesión de préstamos para usos distintos que la adquisición de vivienda. Justo hace una década, en el 2012, se marcó el mínimo en concesión en el periodo, con 12.800 millones. En 2019 se firmó el récord y alcanzó los 36.237 millones. Desde entonces la cifra se ha moderado, aunque se mantiene bastante por encima de los niveles de 2012. Según el Banco de España, durante 2021 se concedieron 28.419 millones este tipo de préstamos. Hasta septiembre, se habían firmado unos 21.900 millones en nuevas concesiones.

Un préstamo detrás de otro

Aunque el endeudamiento es más reducido que en la crisis financiera, la subida de tipos de interés y el incremento de la inflación puede incrementar los problemas de pago de este tipo de créditos o los ligados a las polémicas tarjetas revolving, que de media está cargando unos tipos de interés del 18,01%. La deuda pendiente de pago unida al 'dinero de plástico' alcanzaba en septiembre los 11.210 millones; una cifra superior a la de diciembre de 2021, que era de 10.061 millones, pero también más inferior a los niveles de 2019, cuando se colocó en los 13.620 millones.

Una de las situaciones que se producen cuando las familias se ven más justos para abonar este tipo de préstamos, es que buscan refinanciaciones. En un escenario de encarecimiento del crédito este tipo de operaciones aumenta la deuda total y, en el caso de las revolving, ha llevado en algunas situaciones a provocar que la deuda final fuera realmente difícil de pagar por el recálculo de los intereses.

Para evitar que estos problemas de impagos puedan generar un incremento de las ejecuciones hipotecarias ligadas al incremento del Euríbor, bancos y Gobierno están negociando condiciones específicas para estos colectivos; pero el crédito al consumo se quedará al margen, por lo que no se salvaría de ir a un juicio rápido.

Tampoco hay que olvidar el impacto que la crisis está teniendo sobre el tejido empresarial, que arrastra una situación complicada tras el covid. Entre abril de 2020 y junio de 2022 se presentaron más de 21.000 concursos, de acuerdo con datos del CGPJ. Solo en 2021 la cifra superó las 10.000. La mayor parte de ellas se corresponde a compañías con menos de diez empleados, que son siempre más frágiles en las crisis. 

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