La barraca "La Genuina" sirve hoy su última paella

  • "La Genuina", una centenaria barraca valenciana convertida en restaurante, sirve hoy sus últimas paellas después de veinte años en los que ha ofrecido a sus clientes una carta con la más tradicional gastronomía mediterránea en un enclave tan incomparable como el entorno del Parque Natural de L'Albufera.

Mónica Collado

Valencia, 17 oct.- "La Genuina", una centenaria barraca valenciana convertida en restaurante, sirve hoy sus últimas paellas después de veinte años en los que ha ofrecido a sus clientes una carta con la más tradicional gastronomía mediterránea en un enclave tan incomparable como el entorno del Parque Natural de L'Albufera.

Las irregularidades urbanísticas han puesto fin a uno de los restaurantes referente de Valencia, ubicado en la pedanía de Pinedo y en el que la familia Soler ha puesto su empeño en aunar "gastronomía, arquitectura típica, cultura y turismo".

Hace pocos días llegó la orden de cese de actividad dictada por el Ayuntamiento de Valencia por haber realizado varias obras sin licencia, especialmente la terraza cubierta, que se ha convertido en el "principal escollo" para que continúe abierto, como ha reconocido a EFE su actual propietario, Rafael Soler.

"El principal problema es conjugar la barraca con la pequeña terraza", afirma Soler, para quien sin ésta, "La Genuina es inviable y no tiene sentido". "En Valencia -reivindica- disfrutamos de buen clima y a la gente le gusta estar en la parte de fuera".

Nadie se esperaba el cierre de este emblemático local pese al anuncio de una muerte anunciada, ya que los últimos quince años han sido de polémicas con el consistorio por las distintas ampliaciones que han realizado para adecuar los antiguos locales de ganadería y vivero para añadirlos al restaurante.

"Esto no nos lo esperábamos", asegura la cocinera más veterana, Pilar, que lleva dieciocho años trabajando en La Genuina y que en sus palabras refleja el sentimiento de tristeza ante el cierre del local de "trabajadores, propietarios y vecinos del pueblo" que les "tienen mucho cariño".

Artistas, intelectuales y deportistas de elite se encuentran entre los ilustres comensales de La Genuina, a la que, según el padre de Rafael, quien inició el negocio junto a su mujer, también han acudido "gente del pueblo, de las fallas y trabajadores que querían conocer cómo era una barraca".

La actividad no ha cesado hoy en la cocina de La Genuina. Los trabajadores están "tristes" pero se afanan por preparar las últimas paellas, los últimos arroces "en fesols i naps" (con alubias y nabos) y las últimas tapas de "esgarraet" (pimiento y bacalao en aceite).

En la terraza también hay movimiento antes de que lleguen los primeros comensales. El padre de Rafael, su tío y sus amigos disfrutan de un aperitivo típico y una paella en el último día de La Genuina, al menos, de momento porque confían en llegar a un entendimiento con el Ayuntamiento.

"Mañana estará cerrado pero confiamos en encontrar una solución", asevera Rafael, para quien su local ofrece "algo positivo para la ciudadanía" porque permite disfrutar de un arroz tradicional en un ambiente típico, junto a la Albufera y las playas de Pinedo.

Algo que, ha reconocido, está reñido con el plan general de ordenación urbana que, donde está la barraca, dispone que debe haber "una calle y un edificio de cinco alturas".

Con el cartel de "cerrado", nueve personas se quedarán sin trabajo aunque Soler confía en que todo sea temporal, después de la "puerta abierta" que les ha dejado el Consistorio para subsanar las deficiencias.

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