La bombilla de bajo consumo no termina de encenderse

Son más eficientes. Por la misma cantidad de luz, consumen menos energía y ahorran dinero al consumidor. Sin embargo, éste no termina de ver las ventajas a la bombilla de bajo consumo. El corto plazo sigue primando a la hora de comprar una lámpara, es decir, el precio. Si una bombilla estándar cuesta alrededor de 0,60 céntimos de euro, la de bajo consumo arranca en tres euros. Esta es la principal razón de que este tipo de lámparas tarden en hacerse un hueco en los hábitos de consumo de los españoles.

Según las estimaciones de Gas Natural Unión Fenosa, el 35% de los hogares españoles han introducido en sus casas la bombilla de bajo consumo que el Ministerio de Industria y Tecnología empezó a repartir hace poco más de medio año de forma gratuita en las oficinas de Correos. Pese a que la compañía tilda la tendencia de “éxito”, lo cierto es que, siempre según sus propias estimaciones, la conciencia del consumidor medio sobre la eficiencia energética de su hogar no sólo no ha crecido durante el último año, sino que se ha reducido.

Ni el aumento de la factura eléctrica ni el momento de crisis económica están logrando dar un empujón al objetivo del Gobierno de mentalizar al consumidor para que ahorre energía. El quinto índice sobre eficiencia energética elaborado por Gas Natural Unión Fenosa arroja que, pese a que los españoles podrían ahorrarse 1.500 millones de euros en su factura gracias a un mejor consumo de energía, el 52% de la muestra de población entrevistada no considera que el ahorro sea importante. Es más, es la primera vez que desciende el índice de eficiencia, es decir, no tanto lo que se ahorra como lo que se consume mejor.

¿La razón? Sobre todo el desconocimiento de lo que se paga en cada factura. Si hacer un seguimiento del consumo telefónico resulta más o menos fácil, por visible, los megavatios siguen siendo incomprensibles para el consumidor. Así que, a falta de información, menor cultura y esfuerzo de ahorro. Un 30% de los más de 3.800 encuestados para la realización del índice "dice desconocer cuál es su consumo eléctrico", según la compañía.

Según el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, "una lámpara de bajo consumo ahorra unos 100 euros durante su vida útil, ya que consume un 80% menos de energía y dura entre 6 y 8 veces más que las bombillas incandescentes".