La caída del consumo del gasto público empeora una décima del PIB del cuarto trimestre

Los analistas se han llevado una sopresa de órdago a cuenta de la décima de menos del PIB en el cuarto trimestre del año. El crecimiento del 0,2% el Producto Interior Bruto frente al 0,3% esperado deshincha un tanto la euforia del Gobierno en materia económica. Y es que la décima perdida respecto a la previsión preliminar tiene un gran efecto sicológico, porque habría sido la mayor subida en un trimestre desde un ya muy lejano primer cuarto de 2008, cuando la economia española avanzó un 0,5%.

El 0,2% definitivo supone igualar los crecimientos de los dos últimos trimestres de 2010 y el primero de 2011, aquellos famosos brotes verdes que tardaron muy poco en secarse -en España y en toda Europa- haciendo saltar por los aires las expectativas de recuperacion del Gobierno presidido entonces por José Luis Rodríguez Zapatero. Pero según los analistas, esta vez noy hay riesgo de marcha atrás.

Creen que las grandes cifras contenidas en los datos del INE son los suficientemente esperanzadoras como para confirmar las expectativas del Gobierno, que prevé un crecimiento del PIB del 1% este año y del 1,5% en 2014 después de un 2013 que se salda con una contracción de la economía del 1,2%.

"Una décima no es significativa. La desviación a la baja se justifica por la caída del gasto público. Lo que habría sido grave es un pinchazo de las grandes palancas en las que se tiene que apoyar la recuperación, como el gasto de las familias o las exportaciones", explica Nicolás López, de MG Valores, que considera que hay que valorar positivamente que las Administraciones se estén aplicando en sus políticas de reduccion de gasto.

Las cifras del cuarto trimestre son elocuentes. El gasto en consumo final de las administraciones públicas registró un descenso del 3,9% y del 3,5% en términos intertrimestrales e interanuales, respectivamente. No se había producido un tijeretazo mayor desde que Mariano Rajoy llegó al poder. De hecho, en el primer y en el tercer trimestre del año pasado este epígrafe registró crecimientos positivos del 1% y del 0,6% respectivamente en la comparación trimestral.

Pero el resto de epígrafes de la demanda nacional permiten ser optimistas sobre el futuro inmediato. El gasto en consumo final de los hogares experimenta un crecimiento interanual del 0,7%. La cifra es la mejor de los 14 últimos trimestres, aunque su mejora no ha sido suficiente para contrarrestar el impacto de la caída del gasto público.

La otra cifra esperanzadora es que la inversión repunta un 0,7% en tasa intertrimestral, repitiendo el mismo resultado del tercer trimestre y dejando atrás parece que definitivamente las cifras negativas, que en el segundo trimestre arrojaban un retroceso del 1,9%. En la comparación interanual, la inversion se ha encogido un 1,7%, pero hay que remontarse a 2008 para encontrar un nivel tan bajo. En los momentos más duros de la crisis, la caída se ha aproximado al 20%.

En el otro lado de la balanza, la contribución de la demanda exterior a la economía española se ha reducido en seis décimas respecto al tercer trimestre desde el 1% al 0,4%. Las exportaciones aumentan dos décimas su crecimiento del 3,5% al 3,7%, mientras que las importaciones aceleran el ritmo con una tasa de variación anual que pasado del 0,6% al 2,7%. ¿Qué significan estas cifras? Que si hasta ahora eran las exportaciones la mejor baza de la economía española para consolidar la salida de la crisis, ahora la demanda interna está tomando el relevo. Las cifras dicen que las importaciones están creciendo al ritmo más salto desde hace más de dos años.