La "Capilla Sixtina" de Málaga, cita obligada para los grandes artistas

  • La "Capilla Sixtina" de Málaga, así llama el escritor Manuel Alcántara a la bodega El Pimpi, punto de encuentro de grandes artistas, políticos y famosos de toda índole, que en sus 43 años de historia ha recibido visitas de la talla de Sean Connery, John Malkovich, Tony Blair, la Duquesa de Alba o la familia Picasso.

Marta Ramos

Málaga, 4 nov.- La "Capilla Sixtina" de Málaga, así llama el escritor Manuel Alcántara a la bodega El Pimpi, punto de encuentro de grandes artistas, políticos y famosos de toda índole, que en sus 43 años de historia ha recibido visitas de la talla de Sean Connery, John Malkovich, Tony Blair, la Duquesa de Alba o la familia Picasso.

Esta peculiar bodega, situada en un caserón malagueño del siglo XVIII, abrió sus puertas el 4 de agosto de 1971 y ya gozaba de la magia y el embrujo que la caracteriza, pues el edificio antes de albergar esta casa del vino de Málaga había pasado de ser un convento de monjas a la primera sala de fiestas de la Costa del Sol.

Eran tantos los personajes conocidos que llegaban al Pimpi cautivados por el olor a vino moscatel y las tradiciones malagueñas, que sus dueños pensaron que debían dejar constancia y comenzaron a ofrecer sus barriles a modo de lienzo para que dejaran dedicatorias.

La anécdota se hizo tradición y ha convertido a la bodega en un auténtico museo del autógrafo, que recoge miles de dedicatorias de personajes tan variopintos como la baronesa Thyssen, que no pisa Málaga sin visitarla, el pintor Barceló o el escritor Antonio Gala cuya firma dice "si algún día me pierdo que me busquen en El Pimpi".

Entre los barriles ocupa un lugar privilegiado el autógrafo de Antonio Banderas, "el embajador de Málaga", como lo llama José Cobos, uno de los dos fundadores del Pimpi, que muestra orgulloso el recuerdo que dejó el actor en una de sus visitas: "viva Málaga, los malagueños y muy especialmente las malagueñas".

Emocionado, Cobos relata que aunque todos los autógrafos y dedicatorias le hacen "mucha ilusión" hay uno que guarda con "especial cariño" y es el de la reina de Bután, Jetsun Pema, que visitó la bodega hace un par de años y quedó "tan fascinada" que quiso montar un Pimpi en el país asiático.

La apuesta por la cultura en todos sus ámbitos es la esencia distintiva de este peculiar lugar, por él han pasado artistas de toda índole desde Imperio Argentina, Plácido Domingo o Alaska, hasta otros más modernos como Pablo Alborán o Dani Martín.

"El Pimpi bombea sabor a Málaga por todos los puntos cardinales de la Tierra", comenta gozoso el propietario, asegurando -en declaraciones a Efe- que este lugar "recibe tantos visitantes como la Catedral, el Museo Picasso y el Museo Thyssen juntos".

Muchos son los personajes que han pisado el terrazo de esta bodega, pero hay uno que a Cobos haría especialmente feliz, se trata del Papa Francisco, a quien invita a plasmar su firma en un barril.

Una de las últimas caras conocidas cautivada por el embrujo del lugar ha sido la presentadora Mayra Gómez Kemp, que aprovechó su estancia en Málaga para visitarlo, pues, según aseguró a Efe, "había oído mucho hablar de él, pero nunca había venido" y "es un sitio precioso, con mucha solera y que huele muy bien".

Refugio de tertulias de los jóvenes escritores y pintores de la Málaga de los años setenta fue también este lugar, reuniones culturales fundadas hace más de 40 años por el periodista José Infante y que a día de hoy aún se celebran.

Infantes recuerda aquellas tardes de verano en las que comenzaba a trabajar como periodista y entrevistaba en las estancias de la bodega a escritores y pintores. "Es mi segunda casa", dice sonriendo, "tiene un encanto y un embrujo que no se puede definir", añade.

Este caserón ha contemplado miles de anécdotas y curiosidades, desde fiestas privadas de la familia Picasso hasta recitales de poesía de la "musa del Pimpi", la escritora Gloria Fuertes, que pasaba las horas sentada en la fuente romana que preside el patio central deleitando con sus poemas a los visitantes.

Y no solo autógrafos exhibe este museo con olor a vino; de sus antiguas paredes cuelga una de las colecciones de carteles de toros y fiestas populares más importantes de España, con ejemplares que anuncian festejos pintorescos desde 1800 hasta la actualidad.

El secreto del éxito, explica el fundador, reside en hacer sentir "como en casa" a cada uno de los visitantes, tal es así que los primeros clientes, cuatro jóvenes parisinos, siguen acudiendo a la bodega más de cuarenta años después, ahora menos jóvenes y acompañados por sus mujeres, hijos y nietos.

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