La crisis de deuda soberana en Europa y EEUU, en el punto de mira de Lagarde

  • La crisis de deuda soberana en Europa y Estados Unidos está en el punto de mira de la recientemente designada directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, quien ve en ese problema el principal reto para que la economía mundial recupere la senda del crecimiento estable.

Teresa de Miguel

Nueva York, 26 jul.- La crisis de deuda soberana en Europa y Estados Unidos está en el punto de mira de la recientemente designada directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, quien ve en ese problema el principal reto para que la economía mundial recupere la senda del crecimiento estable.

"Es esencial que los compromisos alcanzados en la cumbre (de Bruselas, donde se pactó el rescate a Grecia) sean implementados rápidamente", afirmó hoy Lagarde en una conferencia en el Council of Foreign Relations de Nueva York.

Subrayó también su confianza "en que esa valentía política demostrada por los líderes europeos será seguida pronto por una acción fiscal inteligente en Estados Unidos".

En la que supuso su primera comparecencia pública desde que tomó las riendas del FMI el pasado 5 de julio, la exministra francesa de Economía volvió a dejar claro que los problemas relativos a la sostenibilidad de las cuentas públicas de Europa y Estados Unidos se sitúan en lo más alto de sus prioridades como líder de esa institución económica multilateral.

Por ello Lagarde, primera mujer en hacerse con los mandos del FMI, urgió a los líderes europeos a aplicar cuanto antes los compromisos alcanzados el jueves de la semana pasada en la cumbre de Bruselas, en la que finalmente se pactó un nuevo paquete de rescate a Grecia valorado en casi 160.000 millones de euros con el que trataron de zanjar la crisis de la deuda.

"El acuerdo demuestra que los líderes europeos creen en la eurozona y harán lo que sea necesario para asegurar su destino. Ha sido bienvenido por los mercados, como se puede ver en el fortalecimiento del euro y el descenso de la prima de riesgo de los países de la periferia", reconoció la francesa.

Sin embargo, Lagarde alertó de que "las turbulencias podrían volver rápidamente" y recordó que "incluso, las duras medidas fiscales y estructurales adoptadas por los países afectados no han convencido a los mercados de que se ha implementado una solución duradera".

En ese sentido, la dirigente del FMI volvió a expresar su preocupación por la falta de acuerdo entre republicanos y demócratas en el Congreso de Estados Unidos para elevar el límite de endeudamiento del país, fijado por ley hasta ahora en 14,29 billones de dólares y que se alcanzará el próximo 2 de agosto, en menos de una semana.

"El reloj sigue sonando" advirtió Lagarde, quien dijo que ese asunto "claramente se tiene que resolver inmediatamente".

Si bien reconoció que el impacto de un plan de consolidación fiscal es "probablemente negativo" en el corto plazo, la abogada francesa, que ganó la contienda por el puesto de dirigente del FMI al gobernador del Banco Central de México, Agustín Carstens, aseguró que en el largo plazo la reducción de la deuda tendría efectos positivos sobre la economía estadounidense.

"Unas medidas creíbles de consolidación fiscal probablemente tendrían efectos contractivos muy modestos sobre la demanda, mientras que posiblemente tendrían efectos positivos, ya que la confianza aumentaría", explicó Lagarde.

Así, la máxima responsable del FMI puso sobre la mesa los que suponen a su juicio los principales retos para que la economía mundial recupere su senda de "crecimiento sólido, estable y equilibrado", en un momento en el que la fortaleza de la recuperación económica en las economías desarrolladas continúa dando señales de debilidad.

Fuera de la crisis de deuda soberana en Europa y EE.UU., Lagarde también destacó como importantes problemas para la economía global el crecimiento y la inestabilidad social.

"En Oriente Medio y el Norte de África, hemos visto cómo el crecimiento socialmente desequilibrado ha contribuido a la agitación política", manifestó la francesa, quien explicó que en los países emergentes preocupan las elevadas tasas de desempleo y un encarecimiento de las materias primas que en un año envió a 44 millones de personas a la pobreza extrema.

Pero los problemas sociales también echan raíces en los países desarrollados, donde la dirigente del FMI afirma que la dificultad de los jóvenes para encontrar trabajo y la lucha de los mayores por mantener sus beneficios podría llevar a un "choque de generaciones".

Para enfrentarse a esos retos y que la institución que dirige "sea más efectiva", Lagarde aseguró que el FMI "debe entender, incluso, mejor los importantes cambios en la economía global, y en particular el dramático aumento de las interconexiones entre los diferentes países".

Mostrar comentarios