La crisis enturbió y redujo la temporada taurina de 2013

  • La crisis económica, sumada a la subida del IVA, continuó un año más afectando al sector taurino, hasta el punto de enturbiar el discurrir de una temporada en la que ha vuelto a reducirse el número de festejos.

Paco Aguado

Madrid, 30 oct.- La crisis económica, sumada a la subida del IVA, continuó un año más afectando al sector taurino, hasta el punto de enturbiar el discurrir de una temporada en la que ha vuelto a reducirse el número de festejos.

Sin que se conozcan aún cifras oficiales, es evidente que en la campaña recién finalizada se ha mantenido, sobre todo en cosos de tercera, el descenso paulatino de espectáculos que se inició a partir de 2007, cuando se alcanzaron números máximos de récord.

El reflejo de esta tendencia a la baja se observa en los distintos escalafones, donde los números dicen que de los 239 matadores que hicieron algún paseíllo en 2007 se ha pasado este año a 170.

En un año en el que solo ocho diestros han alcanzado los cuarenta festejos, el líder ha sido el jerezano Juan José Padilla, con 66 actuaciones, lejos de las 97 que sumó El Cordobés justo antes del estallido de la crisis.

Una tendencia similar se observa entre los rejoneadores, mientras que en la tabla de novilleros la caída ha sido aún más acusada y alarmante: de los 222 noveles que actuaron en 2007 solo 140 lo han hecho esta temporada.

De cara al futuro, preocupa especialmente este descenso de las novilladas con picadores, a las que ha afectado muy directamente la subida del IVA al 21 por ciento, cuando hasta el otoño de 2012 estos festejos solo se gravaban con ocho puntos

La reducción de las novilladas, aún por definir con exactitud, ha sido tan acusada que José Garrido, el líder numérico del año, solo ha hecho 26 paseíllos, por los 66 de Pepe Moral en 2007, año en que un total de 33 aspirantes superaron los 20 festejos, cifra a la que ahora sólo han llegado cuatro. Del mismo modo, en 2013 solo se han registrado catorce alternativas por las 34 de hace seis temporadas.

La subida del IVA, que ha afectado al sector taurino tanto como a otros espectáculos, ha provocado también un incremento en el precio de las entradas, con una consecuente reducción de espectadores.

Por esta circunstancia, y por una merma en la calidad de muchos carteles, plazas como la de Sevilla han reducido su programación en la misma medida que ha descendido el número de sus abonados, que en Las Ventas han sido un diez por ciento menos que en 2012.

La buscada reducción de gastos de los empresarios, apretados también por cánones de arrendamiento de los años de la burbuja inmobiliaria, ha definido un extraño escalafón de matadores en el que se ha extendido la competencia desleal y en el que ha primado más el reducido caché que los méritos en el ruedo, hasta el punto de que las primeras figuras han sido relegadas a lugares secundarios.

Por su parte, los ganaderos, acuciados por la fuerte subida de los gastos de producción y el gran excedente de animales en los cercados, se han visto obligados a reducir los precios de sus corridas a niveles de hace treinta años o a mandar sus reses directamente al matadero o a los festejos populares.

Pero no todo ha sido negativo en una temporada en la que el toreo ha seguido siendo un espectáculo de masas en el país, a pesar también de los ataques antitaurinos y de decisiones políticas como la San Sebastián, donde el grupo de Bildu en el ayuntamiento dejó sin toros la Semana Grande.

Con el taquillero José Tomás en dique seco, Miguel Ángel Perera e Iván Fandiño han tenido la mayor regularidad en el triunfo, mientras que Morante de la Puebla ha dejado más huella en el aficionado. Otras figuras, como El Juli, Enrique Ponce, Alejandro Talavante o José María Manzanares, han defendido su puesto con éxitos aislados.

Tras ellos, algunos veteranos como Antonio Ferrera y varios toreros de la nueva generación han intentado abrirse camino en un enrarecido sistema de despachos, con especial mención para Jíménez Fortes, Alberto Aguilar, Joselito Adame, Manuel Escribano, Juan del Álamo, Antonio Nazaré o Paco Ureña.

A pesar de la notable reducción de las novilladas, en 2013 ha destacado un nutrido grupo de aspirantes que ha despertado las esperanzas del aficionado, en especial los extremeños Garrido, Posada de Maravillas, Rafael Cerro y Tomás Campos, que han copado cuatro de las cinco primeras plazas de su escalafón.

Por su parte, Diego Ventura ha liderado con holgura la tabla de rejoneadores, seguido de Hermoso de Mendoza, que alterna sus temporadas entre España y América, y de varios jóvenes que anuncian una inmediata renovación en el toreo a caballo.

En el apartado ganadero, la norma ha sido la desigualdad, con toros de excelente juego entre encierros decepcionantes de todos los encastes, tanto el dominante Domecq como los llamados "minoritarios". En un año en el que se han lidiado muchos cinqueños sobrantes de 2012, la ganadería de Domingo Hernández ha sido la de mayor regularidad.

Y para recordar que el toreo sigue siendo un arte de riesgo, la de 2013 ha generado también una larga lista de cornadas y lesiones de mucha gravedad, tanto de figuras como El Juli, en abril, o de novilleros como Luis Francisco Abanades, ya a mediados de octubre.

Finalmente, y como nota esperanzadora del año, el mundo del toro espera que se promulgue definitivamente la ley de protección y fomento de la tauromaquia que en estos meses se está debatiendo en las dos cámaras de representantes, motivada por la ILP presentada a primeros de año.

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