La crisis y los mercados imponen el adelanto electoral

  • La tozuda realidad de la crisis económica y los embates de los mercados contribuyeron al anticipo en cuatro meses de las elecciones generales, anunciado el viernes por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Madrid, 30 jul.- La tozuda realidad de la crisis económica y los embates de los mercados contribuyeron al anticipo en cuatro meses de las elecciones generales, anunciado el viernes por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

El sector empresarial opinó que el adelanto, al 20 de noviembre próximo, con el que Zapatero busca proyectar certidumbre económica, debe reforzar la credibilidad.

Las elecciones harán posible que España entre en el 2012 con el Gobierno fuerte que necesita, señaló, por ejemplo, el presidente del BBVA, Francisco González.

Los analistas afirman que anticipar las elecciones no resuelva las incertidumbres sobre la capacidad de España para hacer frente a la deuda soberana.

Eso dependerá, según dicen, de las medidas que adopte la Unión Europea después de que el acuerdo sobre el segundo rescate a Grecia, anunciado el jueves 21, apenas tuvo un efecto balsámico momentáneo.

La incapacidad de Atenas para hacer frente a los vencimientos de su deuda tras el verano y el impago selectivo que las agencias de calificación de riesgo vieron en la participación de la banca acreedora en el plan de rescate provocaron nuevos sobresaltos.

Según la agencia de calificación de riesgo Moody's, que tiene a España en su punto de mira, el adelanto electoral es potencialmente positivo, pero lo principal serán las medias de ajuste que impulse el próximo Gobierno y si el mismo nace con capacidad para imponer disciplina fiscal a las regiones autónomas.

El viernes, a la par que Zapatero hacía el anuncio electoral, se volvía a ver la cara mas dramática de la crisis: 20,89 % de paro o 4.833.700 personas, casi la mitad desempleados de larga duración, según la Encuesta de Población Activa (EPA).

El mismo día, Moody's amenazó con degradar por tercera vez la solvencia de España, de seis autonomías, incluidas Cataluña, Andalucía y las dos Castillas, y de cinco bancos, entre ellos Santander, BBVA y Caixabank.

Ante una mayor vulnerabilidad financiera de España, la prima de riesgo acabó la semana en 354 puntos básicos, su segundo mayor marca desde la implantación del euros -tras el récord de 375 puntos del 12 de julio-, con la rentabilidad del bono a diez años en el 6,036 %.

España sigue en zona de peligro, advirtió el mismo viernes el Fondo Monetario Internacional (FMI), que demanda nuevas reformas para poder alcanzar en 2014 el objetivo de equilibrio fiscal, dice que la perspectiva es complicada para la banca española y advierte de que hay un rebrote inflacionario.

Julio cierra como el peor mes del año en la bolsa española, con unas pérdidas del 7 %, más de la mitad (4,26 %) durante la última semana, afectada por la desconfianza que hizo retroceder en la misma medida las acciones europeas y las italianas en casi un 9 %.

El acoso de los mercados también a Italia elevó su prima de riesgo casi al nivel de la española, hasta los 333 puntos.

La semana se vio agravada por la falta de acuerdo en Estados Unidos para la necesaria elevación de su endeudamiento, pues el desencuentro entre demócratas y republicanos puede provocar que el país entre en suspensión de pagos.

Del mismo modo, las magras cifras sobre el crecimiento de EEUU en el segundo trimestre, la menguante confianza de los consumidores y el menor gasto individual hicieron crecer los temores al fantasma del estancamiento o, incluso, de la vuelta a la recesión en la primera economía mundial.

La bolsa de Nueva York sufrió un retroceso similar a la de Madrid y fue su peor semana desde mayo de 2010 por los desalentadores datos macroeconómicos.

En la cataratas de resultados presentados durante la semana, predominaron la reducción de beneficios al cierre del primer semestre de las grandes corporaciones, aunque en la mayoría de los casos fueron superiores a lo previsto.

El Banco Santander los rebajó un 21 %, hasta los 3.501 millones de euros; el BBVA un 7,5 %, hasta 2.339 millones, y Telefónica, el 16 %, hasta 3.162 millones, mientras que Repsol los mantuvo, con un muy leve incremento hasta los 1.344 millones.

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