No más del 15%

La devolución millonaria a las eléctricas difumina la rebaja de la luz de Ribera

La compensación que deben pagar los consumidores y las empresas de tarifa regulada será menor a medida que se incorporen a ese pago los contratos a largo plazo que se renueven durante el año. 

Pedro Sánchez Teresa Ribera
Pedro Sánchez Teresa Ribera
CONTACTO vía Europa Press

Los 6.300 millones que la Comisión Europea estima como compensación a las compañías eléctricas españolas que producirán electricidad a partir del gas durante el próximo año supondrá un coste muy alto para el recorte previsto por el Gobierno en el recibo de la luz, que dejará la rebaja estimada en un inicio en su nivel más corto. Fuentes técnicas y empresariales conocedoras del mercado advierten que esa devolución de dinero que hay que hacer cada día a las compañías parte de un cálculo muy elevado, el mayor de cuantos se habían estimado hasta ahora, que deberá ser sufragado por los beneficiarios directos de la rebaja y mediante el cobro a Francia por el aumento previsto de sus compras de energía a España a un precio muy por debajo del resto del mercado europeo.

A falta de desglosar el montante que va a pagar cada una de estas dos partes (Red Eléctrica y los usuarios), fuentes cercanas al mercado ibérico de la electricidad estiman que la rebaja real que los consumidores que utilizan la tarifa regulada (unos 10 millones de hogares con PVPC) y las empresas que compran directamente en el mercado no superará el 15% y, en muchos casos, estará en el entorno del 5%, una proporción muy por debajo de la previsión que el Gobierno tenía hace dos meses. Una de las claves sobre las devoluciones de dinero que hay que hacer esta en el número de contratos a largo plazo (PPA) que durante el año en vigor de la medida tengan que renovar sus condiciones con el nuevo tope rebajado, lo que les obligará a entrar en el grupo de quienes deben compensar a las eléctricas. 

Las estimaciones del sector apuntan a que los planes a precio fijo o largo plazo son cerca de la mitad del mercado en España, si bien esos datos se sabrán con más exactitud una vez que las comercializadoras cumplan con la obligación de entregar los datos sobre su demanda de energía al operador del mercado (OMIE), con el objetivo de dejar fuera de la compensación a quienes tengan aún plazo pendiente de cumplirse o tengan acuerdos a más de un año. A medida que esos contratos se metan en las nuevas condiciones del sistema, la compensación contará con mas base sobre la que repartirse y permitirá mejorar la rebaja para todos. Aún así, los técnicos consultados manejan una horquilla de hasta el 30% como recorte máximo de la factura si hubiera una inclusión masiva de PPA al precio rebajado. 

Desde el ámbito empresarial advierten que nadie sabe ahora el coste real de la medida, dado que dependerá de la evolución de los precios del gas, que desde la UE prevén que sigan muy altos en los próximos doce meses, a la vista de que el conflicto con Ucrania y las presiones de Rusia en el mercado energético van para largo. Las complicaciones que han surgido con Argelia tras el cambio español de postura sobre Marruecos y el Sáhara tampoco auguran un buen escenario para la llegada de gas a España, que ya busca mercados alternativos en Qatar y Nigeria para traer más gas licuado con metaneros, aunque su precio sea mayor que el del gasoducto de Argel. 

Frente al fiasco de Argelia

A nivel político, el visto bueno definitivo, esta vez sí, de Bruselas llevó al Gobierno a movilizarse al más alto nivel. Primera decisión: comparecencia de Teresa Ribera. Se hizo todo acelerado, se tuvo que grabar y emitir con un teléfono móvil desde el Ministerio para la Transición Ecológica. Era importante presumir de “una buena noticia” y destacar que la Comisión Europea no ha puesto ninguna pega a la propuesta española, que se ha aprobado tal cual se envió. Segunda decisión: intentar opacar la noticia negativa de la tarde, que no era otra que la decisión de Argelia de dar por nulo el tratado de amistad con España. Nuevo rapapolvo desde el país africano, al que Moncloa intentó hacer sombra con estas maniobras.

Sobre el retraso y los problemas para recibir el sí final, Teresa Ribera cargó en esa comparecencia improvisada contra Portugal y lamentó que el Gobierno luso remitiera una versión del mecanismo para topar el gas más recortada que la propuesta española. La Comisión requirió más explicaciones a Lisboa y eso dificultó todo, según el Ejecutivo español. Los días festivos que se han celebrado en Bruselas también han provocado esta demora que rozará finalmente las doce semanas desde el Consejo Europeo en el que Sánchez y Antonio Costa salieron victoriosos.

El Gobierno somete este jueves a votación en el Congreso la convalidación del decreto del tope del gas. No se espera en Presidencia problemas para poder sacarlo adelante, pero el PP no había decidido al cierre de esta edición si abstenerse, posición que mantenían hasta última hora del día de ayer, o votar a favor. Ribera les tenderá la mano desde la tribuna. Génova está estudiando las opciones y leyendo la letra pequeña del mecanismo validado por Bruselas para poder pasar al voto afirmativo.

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