Madrid, 30 ene.- Los recortes presupuestarios para reequilibrar las finanzas públicas, el descenso del consumo de los hogares y el declive de la inversión empresarial son los causantes de la recaída de la economía española, después de dos años de una precaria recuperación que ha sido insuficiente para crear empleo.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha confirmado hoy que el PIB cayó el 0,3 % en el cuatro trimestre de 2011 y que en el conjunto del año avanzó el 0,7 %, seis décimas por debajo de la previsión oficial del anterior Ejecutivo, que no modificó el cuadro macroeconómico porque no presentó presupuestos, pero reconoció que el crecimiento anual se quedaría en el entorno del 0,8 %.
La caída de tres décimas en el cuarto trimestre ya fue adelantada la semana pasada por el Banco de España, que augura otros cuatro trimestres negativos, con lo que no prevé que la economía se recupere hasta comienzos de 2013, en tanto que se retrasa la creación de empleo neto hasta el segundo semestre de ese año.
A la espera de que el 16 de febrero publique los datos detallados de la contabilidad nacional, el INE ha avanzado que la recaída es achacable a una contribución más negativa de la demanda nacional (gasto público, consumo privado e inversión).
Por el contrario, el sector exterior (exportaciones e importaciones) creció respecto al trimestre anterior, con lo que sigue siendo el único componente de la economía que crece, gracias a la buena evolución de las exportaciones y al empuje del turismo.
Como muestra de ese dinamismo están los datos publicados hoy por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, según los cuales el gasto realizado por los turistas extranjeros en España marcó un nuevo máximo histórico en 2011 al alcanzar los 52.800 millones de euros.
Respecto a 2012, todos los organismos y analistas internacionales que han revisado sus proyecciones prevén una caída de la economía española en el conjunto del año, que el Fondo Monetario Internacional (FMI) cifra en el 1,7 % y el Banco de España, en el 1,5 %.
El Gobierno aún no tiene un cuadro macroeconómico oficial para este año porque quiere que sus previsiones estén en consonancia con las de la Comisión Europea (CE), que serán difundidas el próximo 23 de febrero.
Esta es la intención del presidente Mariano Rajoy y así lo ha reafirmado hoy en Bruselas, donde se ha reunido con el presidente de la CE, José Manuel Durado Barroso, y donde esta tarde se encontrará con los demás líderes de la UE en el Consejo Europeo.
Rajoy ha explicado que tras conocer la proyección de la Comisión, el Ejecutivo español hará sus previsiones, aprobará el techo de gasto y presentará antes del 31 de marzo los nuevos presupuestos, que mantendrán la senda de ajuste ya iniciada.
España ha venido insistiendo en los últimos días que cumplirá su compromiso de reducción el déficit público, tanto si el objetivo para 2012 se mantiene en el 4,4 % del PIB como si se cambia para ayudar a que la recesión sea más suave.
El problema de la economía española es que se encuentra inmersa en un círculo vicioso en el que la desconfianza de los mercados en su capacidad para equilibrar las cuentas y pagar su deuda empeora las condiciones de financiación y obliga a severos ajustes, con el efecto negativo que ambas cosas tienen sobre el crecimiento económico y el empleo.
Así lo ha señalado el Banco de España, que considera que la insuficiente coordinación de las políticas económicas en el ámbito europeo puede originar nuevos episodios de inestabilidad en los mercados financieros que podrían dar lugar a una contracción más severa del PIB este año.
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