Lisboa.- La economía portuguesa creció inesperadamente un 1% en el primer trimestre de este año en relación al anterior, informó hoy el Instituto Nacional de Estadística (INE) de Portugal.
En comparación con el primer trimestre de 2009, el crecimiento es aún más significativo, del 1,7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), según la estimaciones oficiales reveladas hoy.
El anuncio del crecimiento, que pone a Portugal a la cabeza de ese indicador en Europa, se produce cuando su Gobierno prepara un nueve paquete de medidas de ahorro para reducir el déficit fiscal del país, situado en el 9,4% al finalizar 2009, y afrontar su grave crisis económica.
El indicador de crecimiento superó ampliamente las previsiones de los analistas, que apuntaban a menos de la mitad, gracias a una recuperación generalizada de todos los sectores económicos excepto el de la construcción.
En el trimestre anterior, el cuarto de 2009, el PIB portugués cerró casi dos años de crisis con una disminución del 1 por ciento en relación al mismo periodo de 2008.
El INE señaló que a la recuperación del PIB contribuyeron también un aumento de la demanda interna y externa y los indicadores de consumo privado y público.
El organismo también informó de un repunte de la inflación, que subió el 0,7 por ciento en abril en relación al periodo homólogo de 2009 y el 0,2 por ciento en comparación con marzo pasado.
Con esa evolución, el índice de precios al consumo durante este año suma el 0,4 por ciento.
Al aumento contribuyeron sobre todo los precios de los productos energéticos y de los alimentos, sin los cuales los precios habrían registrado un descenso de medio punto.
Los indicadores anunciados hoy por el INE fueron acogidos por los comentaristas económicos como una muestra de recuperación de la economía lusa y la posibilidad de que su salida de la crisis se produzca más deprisa de lo esperado.
Las malas previsiones económicas de Portugal, la rebaja de sus calificaciones de crédito y su elevado déficit fiscal han presionado la deuda nacional en los mercados, que desconfían de la capacidad del país para gestionar su alta dependencia de los recursos financieros externos.
El Gobierno del primer ministro socialista José Sócrates, presentó el mes pasado un plan anticrisis a Bruselas que se vio obligado a reforzar poco después y que debe revisar una segunda vez en los próximos días ante las presiones comunitarias y de los mercados.
Sócrates, que ya se había comprometido a vender empresas públicas y congelar el salario de los funcionarios, anunció el pasado fin de semana que revisará las inversiones en obras públicas y otros gastos para intentar reducir más este mismo año un déficit fiscal que planeaba bajar al 2,8 a lo largo de cuatro años.
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