La escasez de combustible y los estudiantes calientan la víspera de la huelga

  • París.- El recrudecimiento de la protesta contra el retraso de la jubilación en Francia aumentó hoy la presión contra el Gobierno de Nicolas Sarkozy, que vio como la escasez de combustible y la implicación estudiantil soliviantaron la víspera de una nueva jornada de huelga para intentar hacer recular al Ejecutivo.

Los camioneros franceses bloquean puntos estratégicos del país
Los camioneros franceses bloquean puntos estratégicos del país

París.- El recrudecimiento de la protesta contra el retraso de la jubilación en Francia aumentó hoy la presión contra el Gobierno de Nicolas Sarkozy, que vio como la escasez de combustible y la implicación estudiantil soliviantaron la víspera de una nueva jornada de huelga para intentar hacer recular al Ejecutivo.

El cierre de cientos de gasolineras llevó hoy al Ejecutivo a crear un centro de crisis para gestionar la situación, después de que las doce refinerías de Francia, en huelga indefinida, permanezcan cerradas desde el pasado martes.

Al paro de éstas se sumaron las operaciones de bloqueo de algunos depósitos por parte de los sindicatos de camioneros y el repostaje masivo de automovilistas, que optaron por llenar los tanques de sus vehículos por precaución.

Por ello, se han multiplicado el número de páginas webs en las que los internautas pueden informarse sobre el estado de las gasolineras para repostar de cara a eventuales complicaciones, punto que preocupa al Gobierno porque podría esquilmar aún más las reservas de las distribuidoras.

Según el ministro de Industria, Christian Estrosi, no se puede hablar de "penuria" de carburante, aunque sí de "problemas de aprovisionamiento", causados por la prudencia exagerada de los conductores y por el paro de las refinerías.

El Gobierno no aceptará que haya "un bloqueo en el conjunto de las refinerías" y para impedirlo tomará "las medidas que sean necesarias", dijo Estrosi, quien recordó que impedir el acceso de los no huelguistas a sus lugares de trabajo es "ilegal".

Según los distribuidores independientes, que contabilizan el 60 por ciento de la venta de carburante en Francia, los depósitos se agotan y al cierre de cientos de estaciones de servicio podría seguirle la sequía total de aquí al fin de semana, si no se reconduce la situación.

Además de los problemas en el sector energético, la movilización se ha endurecido en la calle ya que los sindicatos de alumnos han respondido a la llamada de las agrupaciones de trabajadores, que intentaban reclutar a los más jóvenes en su lucha.

Numerosas concentraciones estudiantiles por todo el territorio francés han provocado el cierre de cientos institutos y enfrentamientos con la policía en Lille y Roubaix (norte), Mulhouse y Rennes, (noroeste), Lyon (este) o Marsella (sur), y a las afueras de París, entre otras.

Los intercambios de piedras y gases lacrimógenos entre estudiantes y policías en algunos puntos del país, sumados a la quema de algunos vehículos en la vía pública, se han saldado con la detención de unos doscientos jóvenes.

La protesta afecta, además, a los transportes, especialmente a los ferroviarios y aéreos.

La mitad de los trenes previstos para hoy han sido anulados, a lo que se sumarán al menos el treinta por ciento de los vuelos programados para mañana en Francia (hasta el 50% de los vuelos del aeropuerto de Orly, al sur de París), cuando el país vivirá la quinta jornada de movilizaciones del otoño.

Los efectos sobre el tráfico aéreo de los paros se dejarán notar entre las 17.00 GMT de hoy, martes, y las 05.00 GMT del próximo miércoles, indicaron los servicios aeroportuarios.

A pesar de las protestas, que comenzaron el pasado febrero y que se han intensificado progresivamente desde el pasado septiembre, el Gobierno se muestra firme y sigue calificando de indispensable la reforma, que se votará esta semana en el Senado.

El Ejecutivo, que hace dos semanas introdujo algunas reformas menores en el texto para apaciguar los ánimos, asegura que no dará su brazo a torcer en el punto más controvertido del nuevo sistema, que prevé elevar dos años la edad de jubilación.

Así, la edad mínima para el retiro pasaría de los 60 a los 62 años y la edad para cobrar el total de la pensión se aumentaría de los 65 a los 67 años.

Los sindicatos, por su parte confían en que las protestas puedan obligar a dar marcha atrás al Gobierno antes de que el conjunto del texto se someta al Senado -el miércoles o el jueves- ya que algunas de las agrupaciones de trabajadores han sugerido que no tendría sentido continuar con la movilización si la cámara alta refrenda el texto.

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