La factura del contrabando: 260 millones en impuestos, empleos, inseguridad...

    • Los estanqueros culpan al comercio ilícito del desplome de la venta de tabaco en España y estima en miles las pérdidas de empleo causadas.
    • Las fuerzas de seguridad advierten que tras el contrabando de tabaco están organizaciones criminales, que, en algunos casos, tienen vínculos con el terrorismo.

Hacienda calcula que cada año pierde 260 millones de euros en ingresos fiscales por el contrabando de tabaco.
Hacienda calcula que cada año pierde 260 millones de euros en ingresos fiscales por el contrabando de tabaco.
lainformacion.com

Comprar tabaco barato. Para una mayoría de españoles la adquisición de cajetillas por cauces no regulados está justificada y no presenta ningún tipo de reparo ético si con ello se consigue una ventaja económica. Y, por supuesto, se consigue.

Ésa es la naturaleza del contrabando. Ofrecer un producto por un precio inferior al de mercado, bien porque no se trata exactamente de ese producto aunque se simule su aspecto (falsificación), bien porque se ha traído de un territorio con una carga fiscal más reducida y, por tanto, se puede vender por un precio inferior, aún conservando un cierto margen de beneficio.

Lo confirman las fuerzas de seguridad. Entre la ciudadanía la compra de tabaco ilegal se ve como un delito menor, explica Ángel Alonso Miranda, coronel jefe del Servicio Fiscal de la Guardia Civil. Lo que quizá desconocen, continúa el cargo de la Benemérita, es que detrás de esas redes se esconden mafias y grandes organizaciones criminales, algunas de ellas vinculadas incluso con la financiación del terrorismo, como ha puesto de manifiesto recientemente un estudio del think tank Foro Europa Ciudadana.

Al cabo, se trata de un problema económico de primer orden. El secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre, estima en 260 millones de euros la pérdida de ingresos en impuestos sobre el tabaco de la venta ilícita de cajetillas.

Las empresas del sector elevan ese impacto a 500 millones de euros y un estudio privado de otro laboratorio de ideas vinculado a la Universidad Complutense de Madrid elevaba ese impacto global por encima de los 1.000 millones de euros, teniendo en cuenta todos los impuestos y también los impactos fiscales indirectos de estas actividades sumergidas.

Pero, teniendo en cuenta que hablamos de una práctica que supone el 12% del consumo total de tabaco del país, no es el fiscal el único de los impactos relevante del contrabando.

El presidente de la Unión de Asociaciones de Estanqueros de España, Mario Espejo, lo deja muy claro. Ni las subidas impositivas ni la ley antitabaco, si hay un factor que ha desencadenado el desplome del consumo de tabaco en España, ése ha sido el auge del contrabando.

El perjuicio que los estanqueros atribuyen al fenómeno no es menor. En 2012 el consumo cayó un 16,5%, en lo que va de año se ha reducido en un 2% adicional y desde 2006 ha caído a la mitad.

No existe una estimación oficial de pérdidas de empleo en un sector que no está controlado específicamente por la Encuesta de Población Activa y en el que los estancos funcionan por concesión, por lo que mantienen un alto porcentaje de empleo consignado como 'no remunerado', pero las aproximaciones que se aventuran desde el sector hablan de miles.

Según CEOE, en España trabajan en torno a 55.000 personas en el mercado regulado del tabaco. Si el sumergido equivale al 12% del consumo total...Salud e inseguridad

"No sólo es un problema económico o policial, el contrabando también es un problema de salud pública", recalca Mercedes Vinuesa Sebastián.

Una parte relevante, aunque cada vez menos, del tabaco que se vende por cauces ilegales en España es falsificado. Es decir, imita el aspecto de las cajetillas de tabaco de marca pero su contenido es diferente, no controlado y, en algunos casos, tóxico.

"Hay análisis de tabaco incautado por las autoridades que han arrojado sustancias ilegales que podrían tener graves consecuencias sobre la salud", advierte el cargo del Ministerio de Sanidad.

Por último, también tiene consecuencias sociales. Las fuerzas de seguridad han constatado que la permisividad social con la venta ilegal de tabaco hace aumentar la sensación de impunidad en las conductas de los ciudadanos y acaba provocando problemas de inseguridad.

Desde el sector, particularmente desde la industria, también se habla de una cierta permisividad legal. Una presunta permisividad con el fenómeno que, por ejemplo, se percibiría en la reciente decisión del Gobierno de elevar a 15.000 euros la frontera a partir de la cual el comercio o distribución ilícita de tabaco es considerada delito.

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