Datos de la Agencia Tributaria

La facturación de las grandes empresas aguanta en enero y da oxígeno al PIB

Sus ventas en territorio nacional alcanzaron de media los 3.162 millones de euros al día en enero, un 2,5% más que en en igual mes del año anterior, en un contexto de mejora de la confianza del sector privado

La vicepresidenta primera, Nadia Calviño
La vicepresidenta primera, Nadia Calviño
Europa Press

La economía española resiste en el arranque del año pese al contexto de fuerte incertidumbre global, de tipos al alza, inflación elevada y pese a que el PIB viene de haber frenado en seco en la segunda mitad de 2022, con un avance trimestral del 0,2% tanto en el tercero como en el cuarto. Los indicadores macroeconómicos de que dispone el Gobierno en estas primeras semanas de 2023 llaman al optimismo desde la prudencia. El mercado laboral resiste (la Seguridad Social sumó 67.012 afiliados desestacionalizados desde mediados de enero a mediados de este mes), la confianza del sector privado mejora paulatinamente y las previsiones de organismos dentro y fuera del país apuntan a un avance del PIB mayor de lo previsto este año. Incluso el Ibex 35 ha alcanzado máximos desde febrero de 2020 tras despedir la semana en los 9.333 puntos.

Uno de los últimos datos que avalan hasta qué punto la actividad aguanta en medio de una coyuntura volátil es la facturación de las grandes empresas. De acuerdo con los datos que la Agencia Tributaria (AEAT) reúne a través del Sistema de Suministro Inmediato de Información (SII), sus ventas en territorio nacional alcanzaron de media los 3.162 millones de euros al día en enero, un 2,5% más que en en el mismo mes del año anterior, aunque un 21% menos que en diciembre. El último mes del año suele ser mucho mejor en términos de facturación para estas compañías y, de hecho, el descenso de las ventas en enero de este año en relación a diciembre es menos acusado que el que se produjo en el mismo periodo hace justo un año. 

Esta estadística recoge la evolución de las ventas de las empresas con un volumen de operaciones superior a los 6 millones de euros, de los grupos de IVA (el régimen opcional al que pueden acogerse los empresarios o profesionales que formen parte de un grupo de entidades) y las de aquellas pymes y autónomos que están acogidos al Registro de Devolución Mensual del IVA (REDEME). La información abarca alrededor del 70% del total de ventas interiores del conjunto de contribuyentes del IVA y ofrece datos de una gran diversidad de actividades, desde la industria manufacturera, al suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado, la construcción, la venta y reparación de vehículos a motor y motocicletas, el comercio al por menor o la hostelería, entre otras.

En enero, el aumento de la facturación de las grandes empresas coincide con una mejora de la confianza del conjunto del sector privado. En el caso de los consumidores aumentó por tercer mes consecutivo hasta su registro más elevado desde mayo del año pasado (73 puntos), tal y como pusieron de manifiesto los datos publicados por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) la pasada semana. Al mismo tiempo, la confianza empresarial ha regresado a tasas positivas tras subir un 1,4% en el primer trimestre gracias a que los indicadores de expectativas y de situación actual han mostrado registros más positivos. 

A lo largo del año se recuperarán los niveles de PIB precovid

Fuentes del Ministerio de Asuntos económicos inciden en que los indicadores macro de los que disponen marchan bastante bien en las siete semanas que van de año y constatan la fortaleza de la economía española. Esta cuenta con una base sólida tras crecer dos ejercicios consecutivos al 5,5%, un avance sin precedentes que se moderará en adelante. En el departamento que capitanea Nadia Calviño prevén que los niveles de PIB previos al estallido de la Covid se recuperen a lo largo de este año y ponen en valor cómo el resto de indicadores han vuelto a los registros prepandemia o anteriores a los de crisis de 2008. 

Es el caso de la inversión, el empleo, los ingresos públicos o el sector exterior, que mantiene un superávit de la balanza de pagos por cuenta corriente -la diferencia entre las exportaciones, incluido el turismo, y las importaciones respecto al PIB-. La inversión extranjera viene, además, de incrementarse un 55% en los tres primeros trimestres del año pasado, otra diferencia notable en relación a lo que sucedió tras la pasada crisis financiera, según las fuentes consultadas. 

Se trata, según explican, de cambios cualitativos porque la inversión que más crece es la productiva, en tecnología e intangibles, y los sectores donde se están acelerando más las afiliaciones a la Seguridad Social son los de Ciencia, Tecnología, el digital o el de investigación. "Tenemos un flujo de inversión productiva importante" gracias al apoyo de los fondos europeos, cuyo mayor impacto en la economía se concentrará en el periodo que va de los próximos meses a 2025, añaden.

Cautela y prudencia ante un escenario incierto

En el Gobierno mantienen sus estimaciones de cara al conjunto del ejercicio, para el que prevén un avance de la actividad del 2,1%. Los últimos días, tanto el Banco de España como la Comisión Europea han mejorado sus previsiones de crecimiento para la economía nacional, situándolas en el 1,6 y en el 1,4%, respectivamente, gracias a la marcha del mercado laboral y del turismo. Bruselas la coloca, de hecho, como la economía que más crecerá entre las de mayor tamaño, por encima de Alemania, Francia e Italia, y descarta que la zona euro o el conjunto de los Veintisiete vayan a verse afectados por la recesión técnica de la que advertía hace solo unos meses. 

Con todo, instituciones y gobiernos inciden en el mensaje de prudencia y cautela ante un escenario en el que la guerra en Ucrania, la subida de los tipos de interés o eventuales roturas de las cadenas de suministro en China podrían dar lugar a sorpresas negativas. La inflación sigue siendo uno de los principales caballos de batalla para la economía mundial, a pesar de que las perspectivas de los distintos organismos también sean más positivas.

En España, la tasa interanual se estancó en el 5,8% en enero tras eliminarse la subvención de 20 céntimos a los carburantes, si bien los precios cayeron dos décimas en relación a diciembre, con retrocesos del 1,6% en los alimentos a los que se aplicó una rebaja del IVA a comienzos de año -el conjunto siguió aumentando por encima del 15% afectados por el aumento de los costes de producción y de la energía, que se visibilizan con un cierto desfase temporal-. 

Esos costes de producción son una de las principales preocupaciones de las empresas junto con la financiación, que se ha encarecido a medida que el Banco Central Europeo (BCE) ha ido elevando los tipos de interés al ritmo más acelerado desde la creación del euro para colocarlos en el 3% este mismo mes. Nunca antes las economías de la Eurozona han tenido que encarar un proceso de normalización monetaria como este, que está elevando sus costes de financiación. 

Este endurecimiento no ha impedido que España redujera su volumen de deuda pública en diciembre hasta 1,503 billones de euros -por debajo del récord de noviembre- el equivalente al 113,1% del PIB, 2,1 puntos por debajo de lo previsto en el Plan Presupuestario y acercándose incluso al cumplimiento del objetivo para el cierre de 2023. Es una reducción sin precedentes de esta ratio, al menos en las últimas décadas. 

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