La falta de una tradición continuada, el "mal" del coleccionismo español

  • Mila Trenas.

Mila Trenas.

Madrid, 14 nov.- La falta de una tradición continuada en el coleccionismo en España ha llevado a la situación actual de escaso desarrollo del coleccionismo privado, en el que también influye la aplicación del 21 % del IVA cultural y la falta de una ley de mecenazgo y de unas condiciones más propicias.

Estas son algunas de las conclusiones del primer estudio histórico sobre el coleccionismo en España, promovido por la Fundación Arte y Mecenazgo que impulsa La Caixa para el estudio y la divulgación del coleccionismo de arte como fuente de mecenazgo de la cultura.

En el informe se radiografía la frágil situación de los actuales coleccionistas privados, que siguen siendo pocos y poco conocidos. "El coleccionismo privado español sigue siendo escaso y mayormente silencioso, y continúa estando bajo un marco fiscal adverso", señala el informe.

El pasado año se presentó "El mercado español del arte en 2012", que alertaba sobre la contracción del mercado de arte en los últimos años y la ausencia de dinamismo del sector.

La Fundación reclamó entonces la necesidad de reformar la estructura fiscal y regulatoria, dos factores que han repercutido en el escaso desarrollo del fenómeno del coleccionismo, y en la precariedad de su contexto, circunstancia que, a su vez, desincentiva el coleccionismo.

Hechos como los sucedidos en la subasta celebrada en Nueva York por la casa Sotheby's, en una sesión en la que el tríptico de Francis Bacon, "Tres estudios sobre Lucian Freud", se convirtió en el cuadro más caro jamás subastado al alcanzar los 142,4 millones de dólares (105,9 millones de euros), nada tienen que ver con la idea que afronta el estudio hecho publico hoy.

"Han aparecido nuevos coleccionistas que han deformado el valor de la obra de arte" y situaciones como las que se viven en algunas subastas internacionales "no hacen más que distorsionar" el mercado del arte, en opinión de Leopoldo Rodés, presidente de la Fundación Arte y Mecenazgo.

En el estudio presentado, "inédito en nuestro país y de gran utilidad", según Rodés, se plantea un acercamiento histórico a la cuestión del coleccionismo en España y, a partir de ahí, se da una visión panorámica de lo que ha ocurrido en otras esferas, como la cultural, política y económica, afirmó su autora, María Dolores Jiménez-Blanco.

"Partimos de la necesidad de hacer algo sin construir, que era la historia, y esta, junto con el contexto, permite entender la situación actual y ver por qué el coleccionismo está como está", comentó.

El informe se remonta al Siglo de Oro "para entender que en España hubo momentos en que se hizo un coleccionismo muy interesante, del que estaba pendiente toda Europa".

Felipe IV consiguió crear una trama de coleccionistas, un interés social que llevó "a un momento álgido", al que se sumó un nuevo tipo de coleccionista burgués. Con Fernando VII se produjo un quiebro del mecenazgo real y se agudizó una tendencia a la escasa sensibilidad personal por el patrimonio artístico heredado.

A lo largo del siglo XIX y buena parte del XX, la posición oficial hacia lo artístico acusó la actitud displicente de las nuevas élites política españolas.

La autora citó nombres como los duques de Alba, el marqués de Salamanca, Sebastián Martínez, Lázaro Galdiano y José Sala Ardiz como ejemplo de coleccionistas privados, resaltando la labor de Francisco Cambó, "verdadero mecenas que coleccionó no solo para él sino para instituciones españolas" como el Museo del Prado.

Los momentos de finales del XIX y principios del XX fueron "los más delicados". España "vuelve a ser foco de atención de los coleccionistas internacionales que se quieren aprovechar", y muchas piezas salen de sus colecciones originales para incorporarse a las extranjeras.

En la transición, con la creación del Museo Reina Sofía y con un programa de exposiciones muy importante con Carmen Giménez al frente, "se destacó la labor del coleccionismo, dándole visualización".

A esto su sumó la creación del Museo Thyssen, y "alrededor de todo ello empezó a haber una especie de entusiasmo que dio lugar a actividades en todos los niveles. Fundaciones e instituciones empezaron a hacer sus propias colecciones". Además, el deseo de modernización del país dio lugar a muchos museos por toda la geografía.

"Todo ese esfuerzo no cristalizó en un 'boom' del coleccionismo, y la clave está en que ese vacío de finales del XIX y principios del XX rompió una tradición histórica", destacó María Dolores Jiménez-Blanco, para quien a pesar del nacimiento de ferias, museos y nuevos coleccionistas "todo ese esfuerzo no ha cambiado la situación de un coleccionismo que tiene mucho por hacer".

La solución pasa por una educación sobre la conveniencia del coleccionismo público y privado "y por una solución política, con una nueva ley de mecenazgo y un tema fiscal menos hostil, pero nada de lo que escuchamos nos hace estar esperanzados", según la autora, que alertó de que muchos coleccionistas tienen que vender sus obras en subastas porque no pueden mantener sus colecciones.

Mostrar comentarios