La flota muestra optimismo moderado sobre las negociaciones con Marruecos

Madrid, 16 jul.- La Confederación Española de Pesca (Cepesca) ha mostrado hoy "optimismo" y "prudencia" sobre las negociaciones que celebrarán el jueves y el viernes en Rabat los representantes de la Comisión Europea (CE) y Marruecos, para tratar de alcanzar un nuevo acuerdo pesquero.

El secretario general de Cepesca, Javier Garat, ha dicho hoy a Efeagro que la negociación entre ambas partes "ha avanzado muchísimo" en cuestiones políticas y técnicas, incluso en algunas que obstaculizaban un pacto, por lo que es posible pensar en que de esta reunión pudiera surgir un compromiso.

Según el responsable de Cepesca "parece que hay avances" en asuntos como la contrapartida económica que la Unión Europea (UE) debe pagar a Marruecos a cambio de que los barcos comunitarios faenen en sus aguas o en "temas relacionados con los Derechos Humanos".

Hasta ahora, ha habido cinco rondas oficiales de negociación entre europeos y marroquíes y la última de ellas, en Rabat, concluyó en febrero sin acuerdo, por diferencias precisamente relacionadas con la compensación económica y los derechos de las poblaciones del Sahara occidental.

Asimismo, Garat ha confiado en que la visita del Rey Juan Carlos I, que se encuentra en el país magrebí esta semana, contribuya a crear un buen clima entre los negociadores europeos y marroquíes.

En relación a los puntos técnicos que quedan por resolver, el responsable de Cepesca, patronal de los armadores, ha mencionado aspectos relacionados con cuotas para algunas especies, como las de "profundidad", que si se solucionaran permitirían acceder a aguas marroquíes a barcos ahora excluidos de otros acuerdos.

Se ha referido, por ejemplo, a los cefalopoderos (pulpo o calamar) de Galicia o de Canarias que se ven afectados por no poder acceder al caladero de Mauritania en el nuevo acuerdo pesquero o a barcos perjudicados por la falta de actividad en Guinea Bissau.

El último convenio entre la UE y Marruecos cesó en diciembre de 2011 por el veto del Parlamento Europeo, quien consideró que interfería en los recursos de la población saharaui.

La interrupción del acuerdo obligó a abandonar el caladero marroquí y volver a puerto a unos 70 barcos españoles y a sus 650 tripulantes, de Andalucía y de Canarias.