¿La fusión de Oza y Cesuras? Bienvenida sea, si trae trabajo...

  • Un año después en la mesas del bar "O Moderno", en Oza dos Ríos (A Coruña), la fusión de este municipio con el de Cesuras vuelve a ser el tema de todas las conversaciones. Aquí hace tiempo que en las parejas de tute la fusión está consolidada, por lo que la única preocupación de unos y otros es que llegue empleo.

Pablo L. Orosa

A Coruña, 7 jun.- Un año después en la mesas del bar "O Moderno", en Oza dos Ríos (A Coruña), la fusión de este municipio con el de Cesuras vuelve a ser el tema de todas las conversaciones. Aquí hace tiempo que en las parejas de tute la fusión está consolidada, por lo que la única preocupación de unos y otros es que llegue empleo.

¿La fusión? Bienvenida sea, si trae trabajo. Esta es la respuesta entre los jóvenes de ambas localidades coruñesas sobre cuya espalda, con una población dispersa y cada vez más envejecida, descansa el futuro del nuevo ayuntamiento. "Si no hay trabajo, poco a poco se seguirán marchando", lamenta Leonardo, uno de los veteranos del lugar.

Las pequeñas empresas y producciones agrícolas que durante décadas sirvieron de sustento a miles de familias de esta comarca del interior de la provincia de A Coruña han ido desapareciendo arrastrando una pequeña migración rural.

El paisaje de Oza-Cesuras es hoy el de un pueblo envejecido en el que las aulas del colegio público cada vez están más vacías.

La fusión de las plantas embotelladoras de Coca-Cola en España es lo que verdaderamente preocupa a los vecinos. La reciente creación de la embotelladora única Coca Cola Iberian Partners deja en el aire el proyecto de Begano de construir un nuevo centro logístico en la parroquia de Santa Cruz de Mondoi, donde adquirió más de 354.000 metros cuadrados de superficie.

Muchos jóvenes de la zona esperaban encontrar aquí un empleo.

La creación de la planta embotelladora, junto a un centro de biomasa de ENCE, eran la base de un proyecto de fusión que garantizaba el bienestar y el desarrollo económico de la zona.

Sin ellos, el futuro del nuevo ayuntamiento, que con 5.400 habitantes repartidos en 150 kilómetros cuadrados bordea las cifras de viabilidad que manejan los expertos, está en entredicho.

En Oza-Cesuras nadie duda de que será el hasta ahora alcalde de Oza dos Ríos, Pablo Gónzalez, quien liderará el nuevo ayuntamiento tras la marcha el pasado mes de mayo de su homólogo de Cesuras, Julián Lucas, condenado a un año de inhabilitación para sufragio pasivo por un delito de estafa.

Gónzalez tendrá la responsabilidad de hacer cumplir las promesas en forma de inversiones que tanto el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, como el de la Diputación de A Coruña, Diego Calvo, han repetido incesantemente durante la tramitación del expediente.

La oposición ya se ha apresurado a denunciar los incumplimientos mientras los vecinos permanecen expectantes.

"La fusión está bien si es buena para todos, sino es tiempo perdido", afirma Francisco, uno de los jóvenes de la zona.

El manejo de las inversiones será clave para evitar los recelos entre los habitantes del nuevo ayuntamiento, especialmente después de que se haya constatado que la sede de la casa consistorial permanecerá en Oza dos Ríos.

La Xunta ha garantizado que mantendrá todos los equipamientos, incluidos los dos colegios y centros de salud, pero los vecinos dudan sobre lo que ocurrirá tras las próximas elecciones municipales. Será ese el primer balance de la fusión. EFE

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