La gran industria avisa: el suministro de fármacos corre riesgo tras un Brexit duro

  • Admite que las aduanas y la suspensión de vuelos causarán retrasos y provocarán la falta "real" de medicamentos y suministros críticos.
Theresa May en Belfast, Brexit
Theresa May en Belfast, Brexit
EFE

Evitar el desabastecimiento de medicamentos tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea se ha convertido en una de las prioridades de la industria farmacéutica del continente y de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), que han mantenido reuniones durante los últimos meses para afrontar una situación que tendrá su fatal desenlace el próximo 30 de marzo. Apenas quedan 40 días para que se materialice el traumático divorcio y la incertidumbre en el sector sigue existiendo, pese a que reconocen que han hecho los deberes.

En una reunión celebrada a finales de enero en Londres entre los responsables de la EMA y las principales asociaciones y patronales que representan a la industria farmacéutica europea-Aesgp, Vaccines Europe, Efpia y Eucope, entre otras-, las empresas dejaban patente en un documento sus temores ante un casi inevitable Brexit duro. Así, a pesar de que admitían que han puesto en marcha toda su maquinaria para anticiparse al peor de los escenarios -una salida sin acuerdo-, también reconocían que existe "una clara amenaza de interrupción en el suministro de medicamentos en toda la UE".

Entre los problemas que se generarán, las organizaciones y asociaciones europeas que representan a la gran industria farmacéutica apuntaban a los retrasos en el transporte en la frontera con el Reino Unido y la importante complicación que supondrá que el envasado, los procesos de fabricación e, incluso, las medidas de seguridad vayan a ser diferentes en las legislaciones de la Unión Europea y del Reino Unido. 

Además, advertían que se producirán situaciones que quedarán totalmente fuera de su control, "como lo que pase en las fronteras entre el Reino Unido y la UE", y que, en el caso de que no haya acuerdo, "las aduanas y otros controles en los puertos y fronteras causarán retrasos, al igual que la posible suspensión de vuelos", que provocaría la "interrupción real de la disponibilidad de medicamentos y suministros críticos ensayos clínicos". 

Como alternativa, la industria planteaba utilizar diferentes rutas hacia y desde el Reino Unido donde existe capacidad, pero aseguran que son limitadas y que las dificultades surgirán con el almacenamiento, la refrigeración de los medicamentos y con los controles aduaneros que surjan. Además, recordaba que en la actualidad hay 18 medicamentos para diversas enfermedades que tendrán problemas graves de suministro después del 30 de marzo y que el Grupo de Coordinación de procedimientos de Reconocimiento Mutuo y Descentralizado (CMDh) tiene "muchos más" medicamentos autorizados a través de los procedimientos nacionales que están en riesgo.

Por último, la gran industria farmacéutica solicitaba a Bruselas y a todos los Estados europeos que buscasen vías conjuntas con el Reino Unido para evitar la interrupción en el movimiento de medicamentos y de materiales de ensayos clínicos en todo el continente, con el fin de proteger el suministro a los pacientes, que son la prioridad.

El Brexit, una amenaza 

Hace solo unos días, Eduardo Pastor, presidente de la cooperativa farmacéutica Cofares, que gestiona más de 190 millones de pedidos al año y tiene un catálogo de 40.000 referencias de medicamentos, reconocía que la salida de Reino Unido de la Unión Europea supone "una amenaza". Además, apuntaba que "el mercado europeo está desabastecido por el acaparamiento de fármacos de Reino Unido" y que el Gobierno británico está trabajando en varios planes de emergencia para garantizar el suministro continuo de medicamento a la isla.

En la misma línea, se manifiestaba Carlos Gallinal, vicepresidente de la patronal de las farmacéuticas FEFE, que aseguraba a La Información que una de las causas del desabastecimiento de medicamentos actual -451 con problemas de suministro- tiene que ver con el acaparamiento del Reino Unido. "Ante los problemas arancelarios que puede puede provocar un Brexit duro, algunas grandes cadenas británicas, como Boots -con 2.500 establecimientos, casi 59.000 trabajadores y con un gran potencial de compra-, han decidido hacer acopio de determinados fármacos. Desde el punto de vista empresarial es una opción correcta, pero desde el ético desde luego no", admitía.

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