La hoja de ruta de los nuevos impuestos

  • Los impuestos especiales (alcohol, tabaco y combustibles no profesionales), la eliminación de la deducción de los 400 euros, las rentas del ahorro o la modificación al alza o a la baja de los componentes del IVA se erigen en los ejes de la 'reforma' oficiosa de la fiscalidad en España.
R. J. Lapetra
R. J. Lapetra

Según datos de la Agencia Tributaria, la recaudación fiscal alcanzó en 2008 la cifra de 173.453 millones de euros, un 13,6% menos que en 2007. "La evolución de la recaudación en 2008 estuvo marcada por dos hechos: el deterioro de la situación económica, con su lógico impacto sobre las bases imponibles, y la aplicación de las medidas de estímulo fiscal adoptadas, desde el lado de los ingresos, para contrarrestar la caída de la actividad transfiriendo renta a las familias y paliando las dificultades de liquidez que la crisis financiera internacional provocó en las empresas", explica Hacienda. El razonamiento recoge las dos razones por las que se ha disparado el déficit público hasta el 4,7% del PIB en julio: entra menos dinero en las arcas públicas y sale más como consecuencia de las ayudas fiscales.

Esta pinza ha colocado al Gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero en situación de subir los impuestos. Para 2009, el descenso caminan por encima del 20%, unos 34.000 millones de euros menos, hasta 140.000 millones, en tanto que el gasto crece en proporciones similares. Es como un particular pasa a cobrar la mitad de su sueldo, pero se gasta el doble que antes. Por eso, y para mantener la promesa de subsidios para aquellos que han dejado de cobrar el paro, el Ejecutivo analiza las modificaciones fiscales, "al alza o a la baja", en palabras del presidente, en toda la batería de peajes fiscales. El objetivo de dañar lo menos posible el consumo y, por ende, el crecimiento, pero recaudar más. Se trata de mover las piezas de la recaudación para controlar un desequilibrio desbocado. Según economistas consultados por lainformacion.com, el Gobierno estudia los siguientes ejes fiscales sobre los que puede actuar.

¿Qué ocurrirá con el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF)? Es una de las grandes incógnitas, después de que algunos miembros del Gobierno aventurasen la posibilidad de subidas de impuestos a aquellos asalariados con rentas brutas superiores a los 50.000 y 60.000 euros. Lo que sí parece cada vez más claro es que se eliminará la deducción fiscal de los 400 euros en el IRPF, una medida con la que el Estado puede recaudar hasta 5.000 millones de euros.

¿Y el Impuesto sobre Sociedades? En junio, la nueva ministra, Elena Salgado, anunció una serie de medidas anticrisis entre las que se encontraba una rebaja de las cotizaciones a la Seguridad Social para aquelas pymes que contratasen nuevos empleados. La medida podría ampliarse, según algunos economistas, al Impuesto de Sociedades, que actualmente gravita alrededor del 30%.

El ascensor en el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA): es la prueba de fuego para la Administración de Zapatero, ya que se trata de una tasa que pocos se atreven a subir en un periodo de recesión. El IVA es el impuesto al consumo y, por tanto, gravar más los productos y servicios podría contraer aún más la actividad. Sin embargo, la posibilidad de elevar las cargas sobre bienes y servicios considerados de lujo está sobre la mesa. Tambiém, asimismo, el Gobierno podría bajar el IVA (desde el 16% actual) en el sector hostelero, a imagen y semejanza de lo que ha ocurrido en Francia como medida de estímulo para uno de los motores de la creación de empleo en el pasado.

Los Impuestos Especiales, carne de subidas: la revisión de las tasas especiales es otra de las medidas que los economistas consideran menos dañinas para el conjunto de la economía. Se trata de gravar todavía más el tabaco, alcohol y combustibles, tal y como se acordó en junio. España cuenta con uno de los marcos fiscales más laxos en esta materia. Los subimpuestos especiales gravan el Alcohol y Bebidas Derivadas, a la cerveza (con un tipo más bajo), los hidrocarburos, el tabaco y la electricidad.Y el quinto elemento, la economía sumergida: el Gobierno también podría plantearse algún tipo de medidas excepcionales con el objetivo de recaudar más dinero. Es un tabú, pero en algunos países, ocasionalmente, se han adoptado diversos marcos de amnistía fiscal para que algunos sectores en la sombra pasen a formar parte del sistema y, por tanto, a tributar. Según la OCDE, la economía sumergida suponía en 2008 cerca del 22% del PIB frente a apenas el 10% de otros países europeos.Relacionado:

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