La huelga de taxistas mantiene en jaque al sector turístico griego

Atenas, 1 ago.- Los taxistas griegos, en huelga por tercera semana consecutiva, intensificaron hoy sus protestas ante la decisión del Gobierno de liberalizar el sector, con cortes de carreteras que están afectando gravemente a la industria turística.

Los taxistas mantuvieron hoy una breve reunión con el ministro de Transportes, Redes Yanni Ragousis, que no sirvió para desbloquear las posturas de ambas partes.

La liberalización de la profesión forma parte del paquete de medidas de ahorro aprobadas por Atenas para reducir el déficit y la deuda.

Los taxistas pidieron al Gobierno que mantenga los criterios demográficos a la hora de conceder licencias, mientras que el ministro advirtió de que se tomarán medidas para evitar desórdenes sociales y las pérdidas económicas que está causando la huelga, informó el Ministerio en un comunicado.

De hecho, Ragousis ya pidió que la Policía intervenga en los casos de perturbación del tráfico y bloqueos a sitios arqueológicos del país.

Por su parte, los taxistas siguieron con sus movilizaciones y bloquearon el puente de Rion-Antirion, que conecta el Peloponeso con Grecia central.

También anunciaron que cerrarán durante 48 horas los accesos al Ministerio de Trabajo, en cuyos alrededores se han desplegado fuerzas policiales.

Asimismo, hoy bloquearon el aeropuerto de Heraklion, en Creta, donde varios vuelos tuvieron que ser cancelados, y durante varias horas los puertos de El Pireo, Heraklion, Samos y Corfú, donde atracan grandes cruceros de turistas.

Aunque aún no se han dado datos oficiales, los operadores turísticos y hoteleros advirtieron de que las movilizaciones supondrán grandes pérdidas para un sector esencial de la maltrecha economía griega, y anunciaron medidas legales contra los huelguistas.

Algunos touroperadores ya anunciaron que agencias de viajes extranjeras están pensando en desviar cruceros a otros puertos para evitar atracar en Grecia.

La crisis política que viven varios países del norte de África había despertado las expectativas de que la temporada veraniega atrajera a más turistas a Grecia.