La industria española del automóvil quiere que el contrato eventual (cuya duración máxima es de 12 meses) se eleve hasta entre 3 y 5 años, de tal forma que quede ligado a la vida del producto. Según se recoge en la Memoria Anual 2017 de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), si se quiere mantener a la industria de la automoción nacional como referencia a nivel mundial (actualmente fabrica más de 40 vehículos, de los que 20 son en exclusiva para todos los mercados), hay que seguir apostando por la competitividad.
En opinión de Anfac el sector necesita de "un apoyo decidido" de la administración para afrontar la transición tecnológica que "inevitablemente tiene que realizar la industria".
Al respecto, se destaca en la Memoria que, en materia de políticas de empleo, la "escasa duración" de los contratos eventuales (máximo 12 meses), hace que las empresas fabricantes de vehículos "tengan que prescindir de estos trabajadores cuando los contratos llegan a su duración máxima, lo que supone una merma en la competitividad e inestabilidad para los empleados". Esto se evitaría con un contrato eventual "de más larga duración, de entre 3 y 5 años" y "ligado al ciclo de vida del producto".
Respecto al contrato de relevo -que Anfac afirma que utilizan más del 80% de los fabricantes-, la patronal advierte de que sus condiciones de utilización partir del 1 de enero de 2019 serán "más gravosas y pueden poner en peligro un número importante de puestos de trabajo".
Su propuesta es llevar a cabo "una reducción de jornada y salario de un mínimo del 20 % y de un máximo del 85 %, que la cotización de relevado y relevista sea por el tiempo real de trabajo y que, para aquellas empresas que ya tengan acuerdos, establecer una prórroga de su vigencia hasta final de 2022".
Sobre el absentismo, el vicepresidente ejecutivo de Anfac, Mario Armero, ha propuesto reducirlo 1,5 puntos a través de medidas de "microgestión" que podrían ayudar a su control.
Anfac también reclama -para rebajar los costes de producción- mejorar la logística (aumentar la capacidad de los camiones hasta 4,5 metros de alto y 44 toneladas de masa máxima), reducir las tasas portuarias y normalizar los trenes de 750 metros de longitud y mejorar su intermodalidad con los puertos.
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