"La Ley de Transparencia debería obligar a los altos cargos a hacer pública su agenda"

    • Juan Francés, autor de '¡Qué vienen los lobbies!': "Las leyes en España no las hacen los ministros, ni el Parlamento. Una gran cantidad de agentes intervienen e influyen en el proceso"
    • "Hacer lobby no es una actividad perjudicial en sí misma, el problema es que se haga sin transparencia"

Todo apunta a que la futura Ley de Transparencia introducirá por primera vez en España una regulación del mundo del lobby. Hablamos con Juan Francés, periodista y autor de '¡Qué vienen los lobbies!', un manual imprescindible para conocer la importancia que los grupos de presión han tenido en la política española de los últimos años.Una regulación para los lobbies

¿Qué aspectos debe recoger la futura regulación de los lobbies?

Debe crear un Registro Público que controle todos los organismos que quieran actuar como grupo de influencia en España. Éstos deberían tener la obligación de realizar informes periódicos sobre su actividad en los que precisen: la identidad de las personas que han hecho lobby, los contactos que han mantenido, el dinero que se ha destinado al proceso y las leyes sobre las que se ha querido influir.

¿Alguna cosa más?

La ley debe obligar a que los diputados y responsables del Gobierno hagan pública su agenda y den cuenta de todos los contactos que mantengan en el ejercicio de sus responsabilidades.

Eso parece demasiado ambicioso, ¿no cree?

Corremos el riesgo de perder una oportunidad. No avanzar ahora en la transparencia ahondaría la brecha de desconfianza que existe entre los ciudadanos y la clase política.

¿Y cree que esa brecha se cerrará con mayor transparencia?

Una mayoría de ciudadanos piensa que los políticos están al servicio de los poderes económicos. Introducir una mayor transparencia en las relaciones entre el poder político y el económico sería una buena forma de desmontar ese cliché y mejorar la imagen de la política.Riesgos y ventajas

¿No cree que la desconfianza nace, precisamente, de que haya relaciones tan estrechas entre ambos?

Las leyes no las hacen los ministros, ni siquiera el Parlamento. Promulgar una ley es un proceso complejo. Hay una gran cantidad de agentes que intervienen en el proceso e influyen en el mismo, defendiendo unos intereses que son legítimos.

¿Quién hace las leyes en España entonces?

Todas las normas que se aprueban, todas, son objeto de presión por parte de los grupos de interés. Al final, son el resultado de una negociación en la que consiguen algunas cosas y ceden en otras. Pero los ciudadanos deben saber que muchas de las enmiendas que presentan los grupos parlamentarios no están redactadas por los diputados, sino por bufetes de abogados que representan a un grupo de interés, cuando no por las propias empresas.

¿Y esa forma de hacer no cuestiona la democracia representativa?

Sería muy peligroso que un Gobierno o un Parlamento tomara decisiones sin escuchar los argumentos de aquellos ciudadanos, empresas o sectores que resultan directamente afectados por las mismas. La existencia del lobby no es, en sí, perjudicial, el problema es que esa actividad se haga sin transparencia, sin estar sometida al escrutinio público.

Dice que la existencia de los lobbies no es perjudicial, pero ¿qué ventajas tiene?

En su acepción más conocida, la de palanca de defensa de intereses económicos concretos, prestan un asesoramiento técnico imprescindible a la hora de regular realidades complejas, ayudan a identificar problemas en el funcionamiento de los sectores económicos y, en último término, llegan a contribuir a mejorar la competitividad de una economía.

¿Es que hay otros niveles?

El lobby se practica a diario en España por parte de un innumerable grupo de colectivos de todo tipo, unos con ánimo de lucro pero también sin ánimo de lucro. Hay colectivos con finalidad social, ONG, organizaciones religiosas, que hacen lobby y, además, de forma muy profesional y muy activa en defensa. Todos recordamos la campaña del 0,7% para la cooperación al desarrollo. La presión de las ONG fue también decisiva para que España se adhiriese a la Convención de Dublín contra el uso de las bombas de racimo.

Entonces, ¿por qué cree que los lobbies tienen tan mala prensa en España?

La falta de transparencia ha hecho que la ciudadanía confunda la acción de los grupos de interés con el tráfico de influencias. El lobby hecho de forma profesional es, sencillamente, la defensa de unos intereses particulares antes el poder ejecutivo o legislativo, el tráfico de influencias es diferente, es el ofrecimiento de una contraprestación en dinero o en especie a cambio de obtener un beneficio particular. Lo primero es legítimo y, en mi opinión, hasta necesario. Lo segundo es delito.La necesidad de transparencia

Otra vez el problema de la falta de transparencia...

Es esencial para distinguir las actividades que son lícitas de las que no lo son y eliminar toda sombra de sospecha. ¿Se hace más lobby en Estados Unidos que en España? No. Pero allí su actividad está mas normalizada y es aceptada. ¿Por qué? En Estados Unidos cuando un lobbista descuelga el telefóno para hablar con un congresista, esa llamada y el motivo de esa llamada queda consignado en un informe semestral que puede consultar cualquier ciudadano...

¿Legitimaría esa transparencia la figura de los 'lobbistas'?

Los mismos 'lobbys' han solicitado su inclusión en la Ley de Transparencia porque creen que su regulación eliminará la desconfianza que existe sobre ellos. Lo que se consigue es dar más instrumentos a los ciudadanos para que conozcan el proceso de toma de decisiones del Gobierno o del Parlamento. Si en un proceso de reforma de la Ley Hipotecaria descubres, por ejemplo, que el gobernante de turno se ha reunido siete veces con la patronal bancaria y ninguna con la Plataforma Antidesahucios pues ya dispones de una información importante.

¿Cómo funcionan los lobbies en España?

De una forma cada vez más profesional. Aun quedan rescoldos de los 'conseguidores' de toda la vida, gente relacionada con los círculos de poder, que conoce a Fulanito de Tal y consigue que te puedas sentar con él. En una estrategia de lobby profesional no basta con conseguir sentarte con un cargo con poder de decisión, debes elaborar un argumentario, en un lenguaje no especialmente técnico y saber, además, la persona exacta con la que tienes que hablar, porque el objetivo es hacerle comprender que tu interés particular coincide con el interés general de los ciudadanos.

¿El lobby español es de izquierdas o de derechas?

Es verdad que las organizaciones empresariales pueden tener una mayor sintonía ideológica con gobiernos de centro derecha y que sindicatos y ONG tienen a priori canales de diálogo más fluídos con el centro izquierda, pero la conclusión a la que he llegado es que los lobbies son capaces de influir en cualquier gobierno con independencia del color que sea.

Titulas el libro '¡Qué vienen los lobbies!', ése es el futuro que nos espera.

Sí, vamos hacia una presencia cada vez mayor de los lobbies en España, aunque en realidad no es que vayan a llegar ahora. No los hemos visto, pero siempre han estado ahí.

Mostrar comentarios