La mayoría de consumidores estadounidenses se queja de no poder participar en la política social de las empresas

El 84% de los estadounidenses creen que sus ideas podrían ayudar a las empresas a crear productos y servicios beneficiosos para los consumidores, el sector empresarial y la sociedad. Sin embargo, sólo la mitad (53%) consideran que las empresas están adoptando las medidas precisas para que puedan participar en sus políticas de responsabilidad social y medioambiental, según el estudio “2010 Cone Shared Responsiblity Study”, elaborado por la consultoría Cone.

Según dicho estudio, la mayoría de los consumidores desearía poder tomar parte en cuatro áreas fundamentales de los negocios responsables, a saber, la manera en que las empresas conducen sus negocios (85%), sus productos y envases (83%), su apoyo a temas sociales y medioambientales (81%) y su publicidad y marketing (74%).

Asimismo, los consumidores se muestran dispuestos a invertir tiempo y dinero para influir sobre las prácticas sociales y medioambientales de las compañías mediante la participación en encuestas e investigación (70%), adquiriendo o dejando de comprar ciertos productos y servicios (44%) o mediante campañas telefónicas o por e-mail, entre otros.

En lo que se refiere a la interacción con los consumidores, tres cuartas partes de los encuestados asignaron una baja puntuación a las empresas, en lo que se refiere a los cauces que ponen a disposición de los clientes para que éstos puedan participar en asuntos fundamentales de su negocio.

El estudio de Cone subraya que brindar más oportunidades de participación a los consumidores podría beneficiar a las compañías, ya que un 60% de los encuestados afirmó que estaría más dispuesto a adquirir productos y servicios de empresas que tuvieran en cuenta sus opiniones, el 54% aseguró que serían más leales, y el 51% que las recomendarían a otros.

Asimismo, la mayoría de los encuestados consideraban a las empresas responsables de una gran variedad de problemas globales, entre ellos eliminar el uso de químicos peligrosos; garantizar la seguridad de los trabajadores, los derechos humanos y laborales; del reciclaje y la reducción de emisiones de CO2; de la protección de los recursos naturales y las especies en riesgo de extinción; de la promoción de la diversidad y la salud, la mejora de la nutrición, la lucha contra la obesidad y la pobreza.

También apuntaron vías para lograr esos objetivos, entre ellas el desarrollo de nuevos productos; el uso de materiales sostenibles; la promoción del voluntariado entre sus trabajadores; la cooperación con gobiernos, ONG y otras empresas en la resolución de problemas, y la oferta de información a empleados y consumidores sobre como contribuir a esos fines.

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